Cassandra.
El copyright de las imágenes pertenece a sus autores
y/o las compañías productoras y distribuidoras
UN BUEN THRILLER QUE TIENE COMO PROTAGONISTA, NO A UN SER HUMANO DESQUICIADO, SINO A UN FENÓMENO DE LA IA, PRODUCTO DE UN PROYECTO FALLIDO. ¿SUPONE UN ALEGATO CONTRA LA FAMILIA TRADICIONAL?
Ficha de identificación:
Título original: Cassandra
País: Alemania
Año: 2025
Formato: serie; episodios 6; duración 50 minutos
Género: ciencia ya no tan ficción
Plataforma: Netflix
Edad recomendada: mayores de 6 años
Dirección: Benjamin Gutsche
Guion: Sina Flammang, Benjamin Gutschen
Dirección de Fotografía: Moritz Kaethner
Música: Mathieu Lamboley
Edición: Ann-Carolin Biesenbach, David Kuruch, Günther Schultens
Diseño de producción: Frank Bollinger
Decoración del set: Gernot Thöndell
Diseño de Vestuario: Pieter Bax
Maquillaje: Gerorg Korpas
Productores: Amara Palacios, Christian Becker, Eva Stadler
Compañías productoras: Rat Pack Filmproduktion; distribución: Netflix
Reparto:
Lavinia Wilson: Cassandra
Franz Hatwig: Horste Schmitt
Mary Amber Oseremen Tölle: Juno Prill
Elias Grünthal: Peter Schmitt
Filip Schnack: Steve
Mina Tander: Samira Prill
Michael Klammer: David Prill
Joshua Kantara: Fynn Prill
Mark Lewis: Horst Schmitt
Pina Kühr: Birgit
SINOPSIS:
La casa más inteligente más antigua de Alemania, despierta después de décadas a su ayudante IA, Cassandra, cuando una nueva familia se muda a ella. Cassandra, decidida a no ser abandonada de nuevo, manipula los acontecimientos utilizando los recursos de la casa para convertirse en parte de la familia.
LO QUE SE DICE:
La serie ha sido muy bien recibida, como se evidencia en la nota media de 6,7 que le atribuyen 14,000 lectores de Imdb, que se traduce en un índice de aceptación del 100% de la prensa, aunque no aporta datos de reseñas, y del 71% del público, del que tampoco da datos. La española Filmaffinity da una nota media de 6,2, basada en 2001 valoraciones de sus usuarios.
Karina Adelgaard (Heaven of Horror) es de la opinión de que la serie mejora a medida que avanza; para Kelcie Mattson (Collider) es una serie elegante y ambiciosa...un grito primario de rabia feminista; el diseño retro de Cassandra, añade algunos encantos de serie B del cine de la década de los 80 (Weiting Liu, Empire)
CRÍTICA:
Todo, desde la sinopsis, la crítica, y el primer capítulo, que introduce una historia circular, nos transmite la sensación de adentrarnos en una historia de mujeres que, aunque parecen distintas, por diferentes parámetros con que medimos a las féminas (una es trabajadora, otra ama de casa, una es escultora casada con un escritor, otra cocina para un marido militar y un hijo al que este hombre desprecia por considerarlo afeminado, -nunca se explicita esto -, una sale de casa y otra es la dueña de su hogar. Pero todos se sienten en un espacio que gira en torno a la madre. La historia de dos mujeres, Cassandra y Samira, se narran de forma paralela, un recurso que permite captar las diferencias entre una y otra; ambas han sufrido recientes tragedias familiares y no están todavía restablecidas, sino sumidas en la tristeza. La serie explora temas de actualidad, como la inteligencia artificial y los límites de la tecnología, y otros permanentes como qué es la naturaleza humana, y si ésta se puede separar del cuerpo (Cassandra es una ia avanzada, creada a partir de la esencia de una mujer y por lo tanto posee inteligencia y capacidad de sentir emociones humanas, lo que nos obligara a reflexionar sobre qué significa ser humano.
Al producirse la transformación, Cassandra deja de ser la mujer que era. Este personaje está inspirada en una serie de televisión italiana, también llamada Cassandra, una serie de ciencia-ficción de 2005 que se lanzó en Netflix, que explora la relación entre la tecnología y la vida familiar, y como la ia puede convertirse en una figura inquietante, que advierte del riesgo de crear seres artificiales que tengan conciencia, un riesgo que ya apuntó Ridley Scott en Prometheus (2012), pero si entonces el background era el conflicto entre la ciencia y la religión, ahora lo son los límites de la tecnología y las limitaciones éticas de crear seres artificiales con conciencia, aquí se complica todo al contextualizarse el conflicto en el seno de una familia, que no puede soportar la existencia de dos mujeres al frente de la familia, una lucha mortal por el poder..
El marido de Cassandra, un militar muy condecorado, ¿un doctor muerte? que investiga con seres humanos para mejorar al hombre y la mujer del futuro, experimenta con su propia mujer, llegando a usarla como cobaya para determinar cómo se pueden crear emociones en seres artificiales, un tema, que tal y como está planteado el film con estilo de cinéma vérité, crea a más de uno problemas éticos. Una mujer que, durante su vida, había optado por estar sola en casa todo el día, mientras el marido apenas la pisaba (muy interesante el único contacto s***al del film entre ambos), y que casi no experimenta cambios en ese sentido, aunque inicia una guerra con la que considera el único obstáculo para conseguir su propósito: no volver a quedarse sola. Dos mujeres en un mismo hogar, intentando dirigirlo, sea cual sea su relación, provoca competencias entre ellas, muchas veces insalvables.
Esta lucha entre dos mujeres por controlar el hogar recuerda la rivalidad atávica entre suegra y nuera (hay otra mujer en la historia que marca incluso a la más pequeña de la familia), un conflicto explorado en numerosas obras de ficción, que aborda las luchas por el control del territorio, la crianza de los hijos, la toma de decisiones familiares (Casandra muere muchos años antes de que Sam vaya a la casa, como hemos dicho antes), la toma de decisiones familiares, o la lucha por dominar al hombre. La ia actúa como un catalizador que agudiza las tensiones preexistentes. La secuencia final nos hace pensar si, de acuerdo con la idiosincrasia alemana, estamos ante una durísima reacción frente a la familia tradicional, frente a la convivencia de todos en una misma casa (ambas protagonistas han experimentado problemas en sus respectivos contextos familiares por la falta de comunicación, la insatisfacción personal y la lucha por la autonomía en las relaciones personales, disfunciones que capta, a su favor la ia.
El último acto, aquel con el que se pone fin a este relato, pude ser concebido como un acto de rebelión contra las estructuras opresivas. Cada cual puede juzgar la actitud del hombre de esta historia, el marido de Sam y habremos de plantearnos si supone una catarsis para todos y una liberación de las cadenas que los han oprimido hasta el momento. Cada espectador juzgará de acuerdo con su sensibilidad ante esta propuesta que Kelcie Mattson califica de elegante y ambiciosa, que conjuga las suspicacias que genera la difusión de la ia, combinada con la revol***on se**al que se está operando a comienzos de la era tecnológica y su influencia en las instituciones más tradicionales.
La importancia del subtexto unida a una puesta en escena dinámica, elegante, con una fuerza arrolladora que gana con el avance de los diferentes episodios, hasta unir el círculo al final del recorrido. Ágil e inteligente, toca diversos temas, muy bien relacionados, e introduce debates sin parecer pretenderlo. Un film que por su forma primitiva de tratar lo que ya no es ciencia-ficción y que nos enlaza con los doctores-muerte de Bergman, el Doctor Vergerous, que precedieron en el cine a los doctores-muerte nazis, que experimentan para mejorar la raza, resulta tan atractiva como el cine de terror de serie B.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Deja tu comentario aquí!