Si la vida te da mandarinas. Creador: Kim Won-seok. Ficha de identificación y crítica.

 


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UNA SERIE A LA QUE 2,700  USUARIOS DE IMDB HAN CALIFICADO CON UN 9,2, UNA NOTA MEDIA QUE POCAS PRODUCCIONES HAN ALCANZADO EN LA HISTORIA DEL CINE. LA HISTORIA SE CONTEXTUALIZA EN SU ORIGEN EN EL UNIVERSO DE LAS MUJERES BUCEADORAS (LA MUERTA TE LLEGARÁ EN LA TIERRA O EN EL AGUA)


Ficha de identificación:


Título original: Pokssak sog-atsuda
País  Corea del Sur
Año 2025
Formato  serie ; volúmenes 3;  episodios 12 ; duración 60 minutos
Género  drama romántico
plataforma  Netflix
Edad recomendada; mayores de 14 años

Creador: Kim Won-seok
Director: Kim Won-seok
Guion: Im Sang-choon, Lim Sang-chun. Kim Won-seok
Música: Sungil Park
Dirección artística: Ryu Seong-hie

Productor: Kim Won-suk
Compañías: Baram Pictures, Pan Entertainment; distribución: Netflix


Reparto:


Kim Seon-ho: aparición especial
Yeom Hye-ran: Oh Jung-se
Lee Jun-young
Moon So-ri: Ae-soon (mediana edad)
Park Hae-joon: Gwan Shik (mediana edad)
Baek Ji-won
Choi Dae-hoon


SINOPSIS:


Un drama que narra la vida llena de aventuras de la rebelde Ae-soon (Moon So-ri)  y del hombre de hierro fundido  Gwan sik, (Park Hae-joon),ambos nacidos en la Isla de Jeju en la década de los 50  del siglo XX.


LO QUE SE DICE:



De momento solo hay valoraciones cuantitativas y análisis de la forma y el fondo de construir los relatos, en páginas como la norteamericana Imdb, que publica una nota media de 9,2, basada en el voto de  2,800 lectores; Rotten Tomatoes solo publica el índice de aceptación del público que llega al 98 %.


CRÍTICA:



No es la primera vez que chocan frontalmente el cine de encuadre y el de montaje, aquel en el  que sujeto de la enunciación, el narrador, es el fragmento acotado por el realizador que generalmente recurre a planos largos e incluso planos-secuencia, una forma de hacer europea, que llegó a su máxima expresión con la Nouvelle Vague, frente al que intenta conseguir el máximo significado mediante el proceso de cortar y pegar, que unos llaman montaje y otros edición, llegando al paroxismo en algunos casos como en 'Rope' (La soga) de Alfred Hitchcock (1948), que se construyó con tan solo 8 planos-secuencia, lo que provocaba un amontonamiento de los personajes en pantallas de formato cuadrado. En otras ocasiones se ha usado, con el mismo propósito, la entrada y salida de personajes de campo, para mantener el encuadre seleccionado que marca el estilo del realizador. El cine que intenta conseguir el máximo significado en el encuadre se acerca más al cinema verité, que el que lo logra cortando y pegando desde simples fotogramas a secuencias más o menos cortas, que en muchas ocasiones adoptan un tinte ideológico, que tiene como predecesor al letón Eisenstein. Este hecho permite afirmar, como hace Joel Keller , que el disfrute de esta serie por parte del espectador dependerá de su tolerancia a las historias que dependen más de la vida cotidiana que de la trama y el conflicto. Parece que afirma que la serie no tiene trama ni provoca conflicto (Decider). Pierce Conran (South China Morning Post) se limita a decir que la serie tiene una trama íntima y sencilla, maravillosamente escrita, interpretada de manera exquisita y vívidamente realizada.

Hemos visto muchas películas surcoreanas en las que el protagonismo de la serie o película recae en  las buceadoras de la isla de Jeju, con una esperanza de vida de 52 años, aunque algunas sobreviven más tiempo, descendiendo a aguas profundas sin oxígeno ni apenas atrezzo. No cotizan a la seguridad social y se enorgullecen de sacar adelante a sus familias e incluso de dar carreras a sus hijos. Pero 'Si la vida te da mandarinas' amplia el campo y nos deja ver a niños que nacen sufriendo y siguen con una pesada carga hasta superar la adolescencia, como ocurre con Ae-soon, que espera con ansiedad a su progenitora cuando todas las mujeres han emergido a la superficie y la suya sigue bajo el agua, defendiéndose con el argumento de que "la muerte te llegará en la tierra o en el agua", aunque el abuso de su cuerpo para alimentar a su familia hizo que la Parca  se la llevara de este mundo a los 29 años, dejando a sus hijos y especialmente a la adolescente con la única protección de quien la sigue desde que eran niños, Gwan Shik. Dos episodios narrados deliciosamente que nos introducen en la triste historia del país en la década de los años 50, la guerra civil entre Corea del Norte y Corea del Sur, tras sufrir la ocupación japonesa entre 2010 y 2045, 35 años de opresión con un débil pretexto.

Ae-soon y Gwan Shik son dos chicos excepcionales, que no se integran en ese comunismo primitivo que practican las buceadoras, que se consideran una familia que está dispuesta a compartir incluso la comida cuando alguien la necesita, que cuentan con un freno en sus pretensiones: la presencia dentro de alguna de sus familias de chamanas. Un colectivo de mujeres que trabaja duramente, se unen naturalmente con lazos más fuertes que los de los sindicatos, y cuando mueren, dejan, en algunos casos a sus hijos desamparados o integrados en familias de las diferentes buceadoras. La corta esperanza de vida de los habitantes de la isla tiene como consecuencia el que muchas mujeres tengan varios hijos de diferentes padres. Kim Won-seok huye de explicaciones amables y fáciles de digerir, a pesar de su lenguaje directo. Otras cuestiones que se evitan generalmente tienen que ver con la compra-venta de niños, o  con la cesión de las casi niñas a pretendientes que las adquieren para quitar un peso a la familia y ofreciéndoles como dote una caja de juegos, probablemente de procedencia norteamericana. Hay diez episodios y no prometen un relato sin trama ni conflicto. Su creador sabe narrar y pretende que lleguemos hasta el final de su historia.

Muy aconsejable para poder observar de cerca a las mujeres-buceadoras, la forma en que vive y mueren y cómo crecen sus niños. Unos niños que, llegados a la adolescencia tienen una experiencia parecida a la de las familias sin recursos y con muchos niños, a los que cuidan desde la infancia. Por ello Ae-soon no se puede permitir el lujo de amar a alguien como Gwan Shik y solo desea casarse con un hombre rico. Una historia de amor, en la que la piedra en el zapato es el propio amor. Tiro el anillo en un campo de trigo, y luego lo buscó desesperadamente llorando. Una historia en la que se rechaza el amor porque es el mayor lujo que se pueden permitir los hombres y mujeres de Jeju...

Su primavera no fue para albergar sueños, sino  para romperlos...y lo hicieron con gusto.

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