Sunset: La milla de oro. Creador Adam DiVello. Ficha de identificación y crítica.

 

 

SUNSET: LA MILLA DE ORO. Octava temporada. Creador: Adam DiVello

 





El copyright de las imágenes pertenece a sus autores

y/o las compañías productoras y distribuidoras


UN PRODUCTO BIZARRO QUE DISCURRE ENTRE LA FICCIÓN Y EL REALLITY  CON EL OBJETIVO DE EPATAR A LOS MÁS SUSCEPTIBLES AL FALSO GLAMOUR


FICHA DE IDENTIFICACIÓN:

Título original: Selling Sunset
País:  Estados Unidos
Formato: Serie; temporadas 8; duración : en torno a los 30 minutos
Temporada actual: Octava
Género : Comedia ; Reallity Show?  Docunovela? Mockumentary? Quizá un poco de todo. Hay pocos análisis, aunque si mucho público anhelante
Plataforma: Netflix
Edad recomendada: mayores de 18 años

Creador y guionista: Adam DiVello
Director de Fotografía: Paul 'Pablo' Hamilton
Editores: Daniel Schulman, Dana Strom. Jacob Tomko


Productores: Sean Bjordal, Sarah Johnson
Productor ejecutivo: Adam DiVello, Kristofer LindQuist, Sundee Manusakis, Suzy Partner, Skyler Wakil, Christopher Cullen, Jason Oppenheim
Compañías productoras: Doneanddone Productions; distribuye: Netflix


LO QUE SE DICE: 


No hay mucha información sobre  la serie, aunque sí se observa una expectativa, si bien no se ofrecen datos sobre el grado de seguimiento del público. Se habla de un inesperado éxito de público de este retorcido programa protagonizado por siete exmodelos y actrices, llegadas a la cuarentena, que, desplazadas de sus antiguos oficios se dedican a vender casas de lujo, especialmente en Los Ángeles.


SINOPSIS:


'Selling Sunset pone su foco en los agentes inmobiliarios de la firma Oppenheim Group que operan en zonas exclusivas de Los Ángeles (California) y San Diego, con oficinas en San Diego (West Hollywood y en  Newport Beach, expansionándose hacia la costa de Manhattan.


CRITICA:


Hay quien afirma que adopta la forma de una sitcom, que se desarrolla en la agencia inmobiliaria de lujo Oppenheimer , ubicada en Los Ángeles, a cuyo frente se sitúan dos gemelos, Jason y Brett Oppenheimer, que rigen los destinos de una plantilla compuesta por mujeres en perpetuo conflicto vulgar e infantil, que apenas representan lo que parecen pretender. Convertidas en esfinges de piedra, como las casas que intentan vender, cuyo precio depende de la cantidad de cemento y cristal  utilizado en su construcción, y del espacio destinado a almacenar zapatos, bolsos y ropa de todo tipo, sin que en ninguna de sus estancias se pueda encontrar un solo objeto que los caracterice como seres humanos, ya sean libros, discos, fotografías, o cualquier objeto asociado a su deambular por la vida, una réplica de las personas que habitan estas grutas de cemento que venden sus casas y los intermediarios que se enriquecen con la compra y venta de estas 'mansiones' que por muchos metros que tengan son todas iguales y acaban agobiando al espectador. Todo lo que puede crecer en el cuerpo, -pestañas, pecho,  uñas, pelo... -, se sustituye por botox y plástico, y ellas acaban por parecerse a sus propias casas con piscinas infinitas.

Tras ver una sola de estas temporada el espectador está saturado de amplios salones con cristalera que dejan ver el paisaje, llenos de sofás y mesas con muchas sillas para recibir a un grupo considerable de comensales. Pero hay una anécdota que puede que haya pasado desapercibida para el gran público: Una de las protagonistas (no importa cual), de humildes orígenes, salvó a su familia de la miseria con su innovación en la fabricación de empanadas, que acabó produciendo de manera industrial e incluso cotizado en bolsa; es la única forma de hacer caja: producir para las masas. La sociedad capitalista no funciona solo con el comercio de los ricos al estilo europeo bajomedieval, sino que las grandes fortuna se gestan vendiendo empanadas o películas vulgares para epatar a un público que se deja fascinar por un falso glamour. Las disputas entre las mujeres no superan el nivel de la competencia por los hombres más solicitados por su posición y riqueza, que en este caso tienen apellidos como Oppenheimer, ( los dos hermanos que están al frente de la inmobiliaria, gemelos, iguales, recuerdan a Twedledum y Twedledee, personajes de 'Alicia in Wonderland' de Lewis Carroll), cuyo nombre parece hacer una alusión directa al científico que descubrió la bomba atómica. Un detalle que habrá pasado desapercibido para el gran público y que demuestra que hasta el texto de apariencia más inofensiva siempre comunica algo.

Comentarios

Entradas populares