No hay boda sin caos. Seo Joo Wan y Song Je-yeung. Ficha de identificación y crítica

 



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LA NUEVA OLA COREANA, LA HALLYU, SE CORRESPONDE, DESDE OTRA PERSPECTIVA, A LA GRAN NOVELA AMERICANA QUE CONSTRUYÓ STAN LEE PARA MARVEL


Ficha de identificación:



Título original:  Welcone to Weddig Hell
País: Corea del Sur
Año: 2022
Serie Televisiva: temporada 1; episodios 12; duración 35 minutos
Género: drama romántico
Plataforma: Netflix
Recomendación de edad: mayores de 14 años

Dirección: Seo Joo Wan y Song Je-yeung
Guion: Choi I-rang

Compañías productoras y distribuidoras: Netflix. Emisión en Kakao TV


Casting:



Lee Jin-wook: Seo Joon-hyeong
Lee Yeon-hee: Kim Na-um
Kim Mi-kyung: Lee Dal-yeong, madrede Na-um
Kil Yong-wo:  Seo Yong-soo, padre de Joon-hyeong
Joon Yoo-sun: Park Mi-sook, madre de Joon-hyeong
Im Ha-ryon: Kim Soo-chan, padre de Na-um
Hwan Seung-eom: Choi Hee-soon, compañera de Na-eum
Seong Si-woo: Jang Min-woo, compañero de Seo Joon.-hyeong



SINOPSIS:


El film contempla todos los avatares en la preparación de una boda como espectáculo público, de acuerdo con un  'Libro blanco sobre la boda'  (Jeong  Duk-.hyun, Intermedia), que comprende varios aspectos que preceden a cada episodio. Wikipedia). 


LO QUE SE DICE:



No parece haber concitado mucho interés en Estados Unidos, ya que la página Imdb le otorga una nota media de 6,1, basada en las valoraciones de 238 lectores. No parece haber sido entendida y se cancela con una expresión que habla de tema repetido en las películas de bodas, una afirmación que desprecia asuntos interesante. Rotten Tomatoes no le dedica ningún espacio, y la serie es de 2022.


CRÍTICA:



Aparentemente anodina y centrada en el glamour y los conflictos de las bodas, no podemos olvidar que  'No hay bodas sin caos' es un kdrama, a cuyo visionado asistimos como meros estudiantes que quieren aprehender el mundo que nos abren las nuevas plataformas de streaming, sin profundizar en aspectos más negativos de la era tecnológica que nada tienen que  ver con el trabajo de los creadores de contenidos, y que están muy a la vista para el turista del conocimiento, si tiene ganas de entender el mundo que le toca vivir.

'No hay boda sin caos' es un kdrama, un aspecto que no podemos olvidar, un producto (todo son productos, más o menos artísticos, nos guste o no) de la ola coreana, Hallyu, una terminología que comenzó a usarse a partir del concierto de H.O.T, realizado en el año 2000, que poco o nada tiene que ver con el cine de autor que representa Bong Joon-.ho y otros directores surcoreanos anteriores al nacimiento de un movimiento, que, a la manera de la revolución norteamericana que protagonizó Marvel, y que tengo la impresión de que no fue entendida por los críticos y el público, intentó construir 'la gran novela surcoreana', siguiendo la receta de Stan Lee que devela Alejandro Martínez Viturtia en su tesis sobre este tema*.

Del mismo modo que Stan Lee intentó construir una 'narración de narraciones', la  Gran Novela Americana, procurando que todos los grandes temas que preocupaban a la sociedad estadounidense estuvieran presentes en sus cómics, los surcoreanos intentan dar forma a  este gran relato de un pueblo que emerge. El esfuerzo por entender por qué las series surcoreanas interesan mucho a los espectadores de todas las edades, ya que los más jóvenes se enamoran de los actores, muy bien formados, mientras los más mayores se sienten retratados en estas historias y sus protagonistas . Yo vengo hablando de caleidoscopio, de rompecabezas, hasta que he dado con el librito de Alejandro Martínez Viturta que me ha despejado todas las incógnitas. Cada serie nos habla de aspectos  diferentes de la vida cotidiana del surcoreano, - parejas, citas a ciegas, trabajo, vivienda, vida rural frente a vida urbana, clases sociales, política... -, optando, a diferencia del cine norteamericano, que no descuida la función del cine de  entretenimiento, lo que los mantiene en el primer puesto en la construcción de todo tipo de metáforas, por el cinema vérité, que frente al individualismo anglosajón, los acerca  en mayor medida al modo de representación de la realidad que defendió Godard, volviendo su cámara hacia las masas. De este modo,  cualquier espectador de cualquier parte del globo, se siente identificado con los relatos que la Hallyu construye.

En 'No hay boda sin caos' vamos a realizar un tránsito por problemas que a todos nos incumben y que se exacerban en estos eventos,  que se relacionan con el precio de las cosas, y que pone en evidencia, no solo tensiones sociales (es curioso que la familia más pobre tenga más coronas de flores, curiosamente iguales que las de los entierros, que la más rica, lo que revela una competencia social entre los 'dos bandos'), sino que sus directores y guionistas van más allá y profundizan en aspectos de la psique, como el complejo de Edipo, que machaca a las madres de hombres, y el perfil psicológico de dos mujeres, las dos 'suegras' a las que no se pregunta si quieren jugar este papel tan negativo, que las obliga a ser protagonistas de sus vidas  para ocupar un segundo lugar en el corazón de sus hijos. Pocas veces había visto este tema tratado con tanta profundidad como en esta ocasión, aparentemente frívola. Pero tampoco están ausentes los prejuicios sociales, representados por las dos amigas y compañeras de trabajo de Na-eum, con las que la chica mantiene un permanente contacto, escondiéndose para hablar con ellas por teléfono y pedirles consejo a cada paso, incluso cuando está decidiendo la cama que quiere comprar. La chica no es tan realista, como alguien dice, sino, como todos, muy influenciable. Su consejera es otra mujer cuyo matrimonio fracasó.  Interesante y aconsejable reflexión.



* Stan Lee y la Gran Novela Americana. Alejandro Martínez Viturtia. Editorial Base



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