Solo el fin del mundo. Xavier Dolan. Ficha técnica y análisis.
El copyright de las imágenes pertenece a sus autores
y/o las compañías productoras y distribuidoras
UN DURO ANÁLISIS DE LA RELACIÓN ENTRE UNA MUJER QUE, SOLA, SE HA HECHO CARGO DE UNOS HIJOS, QUE NO SOPORTAN QUE ELLA SEA EL PATER FAMILIAS Y NO LA RESPETAN COMO TAL. DOLAN HACE UNA BUENA REFLEXIÓN SOBRE UNA SITUACIÓN QUE MUCHOS PADECEN Y POCOS SE PARAN A REFLEXIONAR SOBRE ELLA. CON FRECUENCIA LOS GRANDES AVANCES NO SON TAN IMPORTANTES COMO ALGUNOS QUIEREN HACER VER.
FICHA TÉCNICA, SINOPSIS, LO QUE SE DICE, CARTEL Y TRAILER. (PINCHAD AQUÍ)
La crítica norteamericana ha recibido de uñas el film del canadiense, siempre difícil, autor de Mommy, (2014), triunfador en Cannes y amante de los conflictos de familias desestructuradas o rotas a causa de los desencuentros. Se ha tachado su película de madura pero insoportable. Xavier Dolan, el autor de Mommy, se sitúa detrás de la cámara para poner de relieve la contradicción de sentimientos que se generan dentro de la familia. Tras doce años de ausencia, un joven escritor regresa a su pueblo natal para anunciar a su familia que pronto morirá. Mientras viaja en el avión reflexiona en torno a las razones que lo llevaron lejos del hogar, sin encontrar una fácil explicación, un sentimiento que se reproduce cuando intenta saber por qué vuelve a casa en su último viaje. Al llegar a casa se encuentra con lo que había olvidado o no quería recordar: la tensión en el reencuentro con su entorno familiar, para el que todos se preparan emocionados, una reunión en la que las muestras de cariño son discusiones y reproches.
Dolan, un joven de Quebec de 29 años, -aunque emprendió su carrera a los seis años con 20 anuncios de una farmacia; a los 19 años hizo su primera película, J'ai tuè ma mare/I Killed my mother, por la que ganó tres premios en el Festival de Cannes de 2009 -, abandona su lenguaje agresivo, sus cambios constantes de formato aunque permanecen esos primerísimos primeros planos entre psicológicos y descriptivos que lo caracterizan. Es poderosamente inquietante la perspectiva vital tan triste y melancólica que rezuman todas sus películas, que resultan visualmente muy atractivas por ese cultivo de un estilo que lo aproxima a la tendencia del cine francés, al que los galos llaman 'cinema du corps', en el que milita François Ozon que siempre se rodea de caras bonitas que soporten bien el primer plano, y a diferencia del francés, nos sitúa pegados a la nuca de su joven protagonista mostrando su 'corporeidad de una manera abrupta y carnal" y apostando por transgredir sus límites representacionales, por la presencia del cuerpo como un elemento, o bien narrativo o bien discursivo..." (Israel Paredes Badía. El poder del cuerpo. Marzo 2014). La elección de Léa Sydoux, que protagonizó 'La vida de Adèle', 2013, no parece casual.
En un momento determinado el protagonista confiesa que tiene miedo, un temor que mete en el cuerpo de los espectadores que son conscientes en todo momento del trágico final que le espera a un joven con el que nos ha familiarizado, al que nos ha acercado con esos primeros planos que casi nos introducen en su psique, y favorecen la aproximación a las relaciones sentimentales que se establecen entre los personajes, cuyo cuerpo apenas conocemos, con excepción de algunos planos que sirven como conectores entre secuencia y secuencia en la que todos ellos se confiesan parte de sus preocupaciones y desengaños.
Pero, sobre todo aborda el papel que muchas mujeres que han educado a sus hijos solas desempeñan en la familia, generalmente contestado por los hijos varones que, a pesar de su emancipación y formación intelectual, pretenden ocupar el lugar del pater familias. Cuando Louis-Jean, el escritor cuya llegada ha alterado a su hermano, durante 12 años el gallito del corral, advierte a su madre de que él no es el hermano mayor, por lo que no puede ser la figura paterna, ella le corta y le dice: "No digas tonterías, no te hagas el tonto. No es cuestión de edad. La edad no te convierte en el amo de la casa; yo lo era de pequeña. Yo. La talla moral, el salario, la belleza, la suerte, los dones, la valentía, las virtudes que tenemos... ¿Te hago un croquis? ¿Quién es el autor aquí? " Lo que no soporta Antoine es, precisamente, deberle algo a una mujer, que es consciente de que ha podido darles todo eso pero no puede estimularlos porque no la respetan. Como tampoco lo respetan a él por su condición gay. Un planteamiento de género valiente y diferente, que hace descansar la institución, como ocurre con tantas otras miles de familias que existen en el mundo real, no en un patriarca, sino en una mujer y un gay. "Apúntalo para alguna de tus obras", concluye la madre. Maravillosa secuencia en la que ambos, madre e hijo, con la excusa de un perfume se abrazan por primera vez, mientras ella acaricia su espalda con una mano madura que quiere ser joven y pinta sus uñas de azul intenso, al igual que sus párpados y algunas mechas de su cabello, mientras le habla a Louis del futuro que él no tiene, algo que ella ignora.
La huida constante de planos que abarquen el contexto crea una sensación claustrofóbica, asfixiante en el espectador consciente de la tragedia que vive el protagonista, que lo hace su cómplice, frente a una familia que se comporta de forma habitual, se zahiere, riñe, se burla incluso, ignorante de la situación del joven. Pero es curioso que muchos críticos se hayan dejado atrapar, hayan caído en la trampa del autor y hayan decidido que el film es insoportable, agobiante...Carlos Boyero es muy expresivo cuando afirma que : " el revolucionario lenguaje del director consiste en que durante más de una hora filma a sus personajes exclusivamente en primer plano y el resto en plano medio. Doy gracias de que el metraje no sea excesivo, salgo agotado, con la sensación de que llevo toda una vida acompañado de familia tan histérica. Me da igual su pasado, su presente y su futuro."(Demasiada autoría. Diario 'El País', 31 de mayo de 2016). Si a ello se une el resentimiento del hermano mayor que cree que la cultura es una cosa de ricos, de privilegiados, no de esforzados, cuando en realidad esta insatisfecho con su propia vida y su existencia transcurre más tranquila, rodeado de mujeres a las que apabulla, sin la constante comparación de quien ha vivido la suya en libertad y va a pagar una gran factura por ello, más allá de las agresiones del hermano, la apelación a la conciencia del espectador es, para algunos, demasiado intensa. A ciertos críticos les cuesta mucho darle el visto bueno a Xavier Dolan y llevan muy mal el aplauso de otros colegas y de un público más abierto al cine independiente (no al indie) y a la madurez de este joven.
Podéis ver el filme en el videoclub de ONO gratuito.
Dolan, un joven de Quebec de 29 años, -aunque emprendió su carrera a los seis años con 20 anuncios de una farmacia; a los 19 años hizo su primera película, J'ai tuè ma mare/I Killed my mother, por la que ganó tres premios en el Festival de Cannes de 2009 -, abandona su lenguaje agresivo, sus cambios constantes de formato aunque permanecen esos primerísimos primeros planos entre psicológicos y descriptivos que lo caracterizan. Es poderosamente inquietante la perspectiva vital tan triste y melancólica que rezuman todas sus películas, que resultan visualmente muy atractivas por ese cultivo de un estilo que lo aproxima a la tendencia del cine francés, al que los galos llaman 'cinema du corps', en el que milita François Ozon que siempre se rodea de caras bonitas que soporten bien el primer plano, y a diferencia del francés, nos sitúa pegados a la nuca de su joven protagonista mostrando su 'corporeidad de una manera abrupta y carnal" y apostando por transgredir sus límites representacionales, por la presencia del cuerpo como un elemento, o bien narrativo o bien discursivo..." (Israel Paredes Badía. El poder del cuerpo. Marzo 2014). La elección de Léa Sydoux, que protagonizó 'La vida de Adèle', 2013, no parece casual.
Pero, sobre todo aborda el papel que muchas mujeres que han educado a sus hijos solas desempeñan en la familia, generalmente contestado por los hijos varones que, a pesar de su emancipación y formación intelectual, pretenden ocupar el lugar del pater familias. Cuando Louis-Jean, el escritor cuya llegada ha alterado a su hermano, durante 12 años el gallito del corral, advierte a su madre de que él no es el hermano mayor, por lo que no puede ser la figura paterna, ella le corta y le dice: "No digas tonterías, no te hagas el tonto. No es cuestión de edad. La edad no te convierte en el amo de la casa; yo lo era de pequeña. Yo. La talla moral, el salario, la belleza, la suerte, los dones, la valentía, las virtudes que tenemos... ¿Te hago un croquis? ¿Quién es el autor aquí? " Lo que no soporta Antoine es, precisamente, deberle algo a una mujer, que es consciente de que ha podido darles todo eso pero no puede estimularlos porque no la respetan. Como tampoco lo respetan a él por su condición gay. Un planteamiento de género valiente y diferente, que hace descansar la institución, como ocurre con tantas otras miles de familias que existen en el mundo real, no en un patriarca, sino en una mujer y un gay. "Apúntalo para alguna de tus obras", concluye la madre. Maravillosa secuencia en la que ambos, madre e hijo, con la excusa de un perfume se abrazan por primera vez, mientras ella acaricia su espalda con una mano madura que quiere ser joven y pinta sus uñas de azul intenso, al igual que sus párpados y algunas mechas de su cabello, mientras le habla a Louis del futuro que él no tiene, algo que ella ignora.
La huida constante de planos que abarquen el contexto crea una sensación claustrofóbica, asfixiante en el espectador consciente de la tragedia que vive el protagonista, que lo hace su cómplice, frente a una familia que se comporta de forma habitual, se zahiere, riñe, se burla incluso, ignorante de la situación del joven. Pero es curioso que muchos críticos se hayan dejado atrapar, hayan caído en la trampa del autor y hayan decidido que el film es insoportable, agobiante...Carlos Boyero es muy expresivo cuando afirma que : " el revolucionario lenguaje del director consiste en que durante más de una hora filma a sus personajes exclusivamente en primer plano y el resto en plano medio. Doy gracias de que el metraje no sea excesivo, salgo agotado, con la sensación de que llevo toda una vida acompañado de familia tan histérica. Me da igual su pasado, su presente y su futuro."(Demasiada autoría. Diario 'El País', 31 de mayo de 2016). Si a ello se une el resentimiento del hermano mayor que cree que la cultura es una cosa de ricos, de privilegiados, no de esforzados, cuando en realidad esta insatisfecho con su propia vida y su existencia transcurre más tranquila, rodeado de mujeres a las que apabulla, sin la constante comparación de quien ha vivido la suya en libertad y va a pagar una gran factura por ello, más allá de las agresiones del hermano, la apelación a la conciencia del espectador es, para algunos, demasiado intensa. A ciertos críticos les cuesta mucho darle el visto bueno a Xavier Dolan y llevan muy mal el aplauso de otros colegas y de un público más abierto al cine independiente (no al indie) y a la madurez de este joven.
Podéis ver el filme en el videoclub de ONO gratuito.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Deja tu comentario aquí!