Pulp Fiction , visto al inicio de la era tecnológica cuando el cine de los márgenes ya no lo es tanto.
El copyright de las imágenes pertenece a sus autores
y/o las compañías productores y distribuidoras
UN ÚLTIMO ESTERTOR DEL CINE DE LA ERA INDUSTRIAL QUE NAUFRAGA, COMO SIEMPRE HA OCURRIDO, CON LA CRISIS DEL SISTEMA QUE ES SUSTITUIDO POR OTRO EN LA ERA TECNOLÓGICA, Y UN ACTA DE DEFUNCIÓN EXPLÍCITA: UNA PANDEMIA QUE SE CEBA EN LOS CUERPOS DE LOS CIUDADANOS DEBILITADOS POR LA FALTA DE FE EN SUS VALORES Y SU ENTREGA AL MORBO.
Muchos se preguntarán por qué escribimos sobre Quentin Tarantino precisamente hoy. La respuesta es sencilla. Hace cuatro años, el 17 de junio de 2018, nos referimos a él y su película más emblemática, tras ver el film de Lee Tamahori que lanzaba al mercado ese fin de semana la prensa, con esos créditos que son como una bofetada al espectador, grandes, agresivos, rojos intensos como corresponde a un relato sobre la violencia extrema muy tarantiniano. Hoy que andamos tristes, deprimidos, desnortados, volvemos la mirada a la década de los 90 del siglo pasado, al momento del nacimiento de un director de la 'generación del vídeo', más democrática que las anteriores, que permitió que jóvenes que no habían podido ir a la Universidad, adquirieran, a través de este medio, una cultura enciclopédica cinematográfica. Tarantino, que fue muy cuestionado por la crítica de su época, antes de las crisis globales de todo signo que nos azotan desde el ingreso en el tercer milenio, sin resolverse del todo, para figurar después entre los diez mejores directores del momento, entronizado por publicaciones especializadas tan carismáticas como Cahiers du Cinéma, comenzó, como no podía ser de otra manera, en Festivales de cine independiente, como el de Sundance, creado por Robert Redford con el intento de impulsar el cine independiente de los grandes estudios de Hollywood, triunfando con Reservoir Dogs, un texto con una estructura muy particular que impactó a los críticos de medio mundo.
Tomó como referentes a los grandes directores de la Historia. Hoy los noveles de cualquier latitud de la Tierra lo toman como referente a él. Críticos destacados norteamericanos como Siskel, del Chicago Tribune y Ebert del Sun Times le dedicaron grandes espacios en la televisión. Afirmaron que es el primer director que brilla como una estrella de rock, y lo comparan con el gran dramaturgo Mamet. Siskel sostiene que frente al anquilosamiento del cine americano y sus fórmulas manidas, Pulp Fiction supone un soplo de aire fresco. Roger Ebert es más duro y denuncia que en Hollywood hay cursos para guionistas, libros, manuales y programas informáticos para realizar los suyos propios. Tarantino tira toda esa basura.
En la Universidad de Virginia estuvieron analizando el film y sacaron algunas conclusiones: Tarantino juega con el público al dilatar la acción y posponer la violencia con diálogos cómicos: conversación en torno a las drogas y las hamburguesas (Royal con queso) en Amsterdam de los dos matones y masajes de pies , antes de eliminar a sus víctimas. Cronología desordenada y por lo tanto narración no lineal. La historia comienza en un pequeño restaurante y termina volviendo al mismo lugar. Se estructura en bucle, en círculos concéntricos, que se complementan: dos flashbacks en los extremos y dos flashforward o saltos al futuro en el centro: secuencia en el Jackrabbit Slim, y asesinato de Vicent Vega a manos de Butch. Salvación de uno de los personajes al final de cada escena importante. Según estos críticos, si el film hubiera seguido un orden cronológico hubiera pesado demasiado.
Siskel compara a Andy Warhol con Tarantino: ambos creen que muchos 'descartes' son más importantes que el propio film. La devoción por el director ha llevado a algunos 'grupis' y ' frikies' a crear una Iglesia de Tarantino, que se basa en el resplandor que sale del maletín que recogen en el piso de los camellos. Para darles mayores excusas, la clave que abre dicho maletin es 6.6.6., como todo el mundo sabe el número del diablo. Samuel L. Jackson dice que es una historia de redención, en la que cada uno de los que se salvan buscan un nuevo camino. Los actores dan su opinión en el making off; Bruce Billis define al director como el Charles Dickens moderno, que habla de las cosas que le pasan a la gente ; Uma Thurman cree que hace una importante aportación al cine: la mezcla de iconos de la cultura popular de EE.UU. con aspectos novedosos, dinamizadores, amenazadores y atrevidos.
El film cuenta tres historias, basadas en otras antiguas y trilladas, auténticos clichés, que se resumen en una: el mafioso que tiene que salir con la mujer del Gran Jefe y no tocarla (Vicent Vega y Marcellus Wallace) El boxeador que debe dejarse ganar y no cumple su compromiso, la pareja de asesinos que cometen un crimen y se largan sin más. Unir estas historias es algo complicado que Quentin Tarantino sabe plasmar de manera sencilla, como si nos proporcionara las minucias de la vida diaria frente a sucesos extraordinarios; sucesos hiperrealistas y dramáticos que ocurren cada día. Mezclando tiempo real y flashback con saltos al futuro, intenta implicar al público, sacarlo de su actitud pasiva y obligarle a reflexionar.
Tarantino introduce personajes típicos del género en situaciones clásicas del género, con reglas de la vida real. El film tiene tres protagonistas principales: Vicent Vega (John Travolta); Butch (Bruce Willis) y Jules (Samuel L. Jackson ); unos van entrando, junto a otros personajes secundarios, en las distintas historias y se intercambian los papeles. Al principio Pumpkin y Honey Bunny (atracadores del restaurante) parecen los protagonistas, después veremos que son simples detonadores de esta brutal pieza del cine negro en color brilltante. En la ambientación se buscó el estilo Googie, característico de Los Ángeles, futurista con apariencia de era atómica y extraños techos que miran al cielo, como el del Jackrabbit Slim. En los interiores se basaron en las experiencias de John Lautner y Albert Frey, que diseñaban los edificios más alocados. El film comienza explicando su título: Pulpa, masa blanda, húmeda e informe; revista o libro de tema escabroso que suele imprimirse en papel basto y mal acabado... Pocos han sabido seguir la estela de este brillante film, incluido el propio Tarantino, cuya estrella pareció decaer después de Reservois Dogs y Pulp Fiction, pero la Historia del Arte se construye así, y como dice Kepa Arbitu, parafraseando a Godard, lo importante no es de dónde sacas las cosas, sino dónde las pones. Muchos habrán aprendido la lección del enfant terrible y habrán construido su diégesis siguiendo el dictado de su propia inspiración, con más o menos fortuna. Hoy 200,514 lectores de Filmaffinity premian este film de Quentin Tarantino con un 8,6 (¿Quién lo iba a decir el siglo pasado?), dando entrada al provocativo director en el canon de los mejores realizadores cinematográficos. Así funcionan las cosas. Imdb apenas eleva esta nota tres décimas, llegando al 8,9 de acuerdo con el voto de 2 millones de norteamericanos. Llegamos tarde y quizá nos pasamos.
Hoy no estaría mal elevar el ánimo buscando el film en cualquier plataforma y rememorando unos años en los que nuestras ideas eran prácticamente inamovibles y algunos pocos veíamos el curso que seguía el lenguaje basado en la imagen y el sonido, aunque nadie es profeta ni era capaz de predecir entonces que iba a producirse una crisis bursátil global, seguida de una pandemia que se ha cobrado millones de muertos. Cuando hemos resucitado, los cambios ya se habían producido y es muy difícil ahora el surgimiento de un representante del cine como Quentin Tarantino, cuyas películas forman un lugar privilegiado en las videotecas de todo el mundo.
Trailer en Youtube.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Deja tu comentario aquí!