Madres paralelas. Pedro Almodóvar. Crítica.

 


Fotografía de Emilio M.Roca


Ficha de identificación, sinopsis, lo que se dice



Si recurrimos a Wikipedia en busca de qué entiende algunos, de la forma más simplificada posible, por cine de autor, encontramos una definición que hoy no significa nada en absoluto: "El cine de autor es el cine en el cual el director tiene un papel preponderante, dando una visión exclusivamente suya a un guion propio o ajeno; realiza su obra al margen de las presiones y limitaciones que implica el cine de los grandes estudios comerciales, lo cual le permite una mayor libertad ..." Si observamos con atención los títulos de crédito veremos que, del mismo modo que Pedro Almodóvar tiene su propia productora, 'El Deseo', la tienen Brad Pitt , Plan B Entertainment, J.J.Abrams, Bad Robot Productions, George Clooney, Smokehouse Pictures/ Section Eight Productions, Bill Smith, Overbrook Entertainment, o el propio Spielberg, Amblin Entertainment, Jason Blum, Blumhouse, o el malasio, recién llegado a Estados Unidos,  James Wan , Atomic Monster Productions...La lista es interminable, pero si nos fijamos bien en el film de Almodóvar veremos que su compañía necesita asociarse con otras y recibe incluso subvenciones oficiales . ¿Les resta esta necesidad libertad? Sólo podemos intuir, pero nos faltan datos; ahora, cuando los países asiáticos controlan una gran parte de producciones norteamericanas, sabemos que sí imponen algunas restricciones para hacer las inversiones necesarias. Por otra parte el capítulo de la libertad está cerrado para quien no tiene los recursos necesarios para fundar su propia compañía y competir con las mencionadas; con la de Almodóvar tampoco.

También sabemos diferenciar en cualquier género quién dirige el proyecto, y que temas le interesan más, por lo que, en empresas tan complejas como las obras cinematográficas, es más difícil determinar lo que afirma el nuevo cantante francés en alza, Oscar Antón, que viene a decir que es músico, no autor: es decir, primero compone la música y luego adapta un mensaje; los antiguos autores hacían este trabajo a la inversa, porque dependía de su voluntad y no de la de equipos técnicos muy amplios. El cine necesita conjuntar más intereses y compromisos financieros, aunque la impronta de quien es seleccionado para dirigir un film siempre es visible. Respecto a los temas y las influencias de Almodóvar son muy explícitas: la importancia de la madre, que está presente en todas sus películas, y que apareció incluso en una de ellas, 'Mujeres al borde de un ataque de nervios', y la presencia de Bergman y su película 'Sonata de otoño', ( que inspiró Tacones lejanos, y ahora Madres paralelas ), en la que Ingrid Bergman representa un papel que el manchego ha traspuesto al de Aitana Sánchez-Gijón, la progenitora de Ana (Milena Smit), que la abandona para ir de gira por 'provincias' (todavía no se ha enterado que ya no se puede hablar de provincias de Madrid a poblaciones que pertenecen a otras Comunidades Autónomas, de las que Madrid es solo una de ellas, en la que reside el gobierno del país). También vamos de la mano de 'Pedroooo' a diferentes cementerios donde reposan los antepasados. Aquí los descendientes. Pero lo más desafortunado del film es lo que podríamos considerar el tema principal del relato, que algunos han visto como un bocadillo con el relleno habitual, protagonizado por sus actrices fetiche (Penélope Cruz, Julieta Serrano y Rossy de Palma ): el cumplimiento a duras penas de la Ley de Memoria Histórica, aprobada durante el mandato del presente gobierno, el 15 de septiembre de 2020. No se nos vaya a olvidar también.

Un comienzo penoso en el que, tras unos créditos muy almodovarianos, vemos a una bellísima Penélope medio escondida tras una cámara de fotografiar (parece ser que trabaja para una empresa de publicidad; no está muy perfilado el personaje de Rossy de Palma. Con estar presente parece ser suficiente) haciendo tomas de un antropólogo, que ignoro si su imagen responde a una intención oculta del director de ridiculizarlo, al que obliga a hacer posturitas de actor de Hollywood. Una elipsis detrás de otra que enlazan una revolcón en una cama de la que salta a otra cama de hospital en una habitación compartida con otra parturienta. Tras una serie de enredos entre madres e hijos, volvemos a la memoria histórica, y el film se torna documental; el antropólogo nos cuenta cómo se abre una fosa, en qué dirección, cómo se clasifican los huesos, etc. La música de Alberto Iglesias provoca más sopor que emoción y la últimas imágenes dan ganas de llorar pero de decepción. Un texto de Eduardo Galeano cierra el film: "No hay historia muda. Por mucho que la quemen, por mucho que la rompan, por mucho que la mientan, la historia humana se niega a callarse la boca". Hay alguna construcción gramatical que no entiendo bien, salvo que sea intencionada para impactar al espectador. Si era una pretensión de Pedro Almodóvar hablar de las víctimas de la guerra civil y la dictadura y su olvido en fosas comunes , creo que podría haber encargado esta parte a algún realizador norteamericano que sabe cómo emocionar a su público. Es lo menos que se merece quien ha estado olvidado por todos durante más de una generación.

Mi conclusión es que, a pesar de que la crítica le ha visto ciertos valores, el público español se ha manifestado más rotundamente de lo que es habitual y no se ha sentido identificado con el film; el norteamericano ha tratado la película mejor (no mucho) pero no sé si es que tienen alguna información que los españoles desconocemos. El cine de Almodóvar tuvo la virtud de poner su foco en la  lower class española y dotarla de dignidad, y eso nadie lo niega; su problema comenzó cuando dirigió su mirada a las clases medias y pareció no entenderlas nada. La prensa no parece haberse atrevido a decir mucho en su contra, pero tampoco a su favor; sólo hay una excepción: la de su enemigo íntimo, Carlos Boyero, el crítico de cine de 'El País'.

Está disponible en Netflix. A

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