La Niebla. Chema Cardeña. Ficha de identificación y breve reseña.
Propiedad intelectual del cartel: Riki Blanco
NO ES NADA FÁCIL LO QUE HA HECHO LA COMPAÑÍA ARDEN TEATRE CON CHEMA CARDEÑA AL FRENTE, UN GRAN EQUIPO TÉCNICO Y UN EXCELENTE ELENCO DE ACTORES.
Ficha de identificación:
Título de la obra: La Niebla.
Origen: Valencia
Estreno: 21 de Octubre de 2021
Duración: 105 minutos
Equipo técnico-artístico:
Texto original, Dirección y espacio escénico: Chema Cardeña
Ayudante de direcciónJerónimo Cornelles
Dirección Técnica: Josemi Felguera
Coordinación Técnica: Yapedú Producciones
Fotografía: Juan Terol
Música original:Alberto Montero & Gonzalo Fuster
Diseño escenografía, basado en una idea original de Juan del Busto
Iluminación: Pablo Fernández
Realización audiovisual: InusualPro
Visuales: Adrián García/Federico Caraduje
Ilustrador: Javier Torres Gisbert
Regiduría: Juanjo Benavent
Diseño Escenografía: sobre idea original de Juan del Busto
Realización escenografía: Fet d'Encàrrec
Diseño de Vestuario: Maqría Poquet
Caracterización: Vicen Beti
Producción ejecutiva: Juan Carlos Garés y Favid Campillos
Asistentes producción: Carmen Giménez, Marco A.Castellanos
Distribución: Carles Alonso/ #ArdenOnTour
Reparto:
Sinopsis:
El poeta y clérigo Don Luís de Góngora regresa a su Córdoba natal trs sufrir un grave episodio de amnesia, que borra los recuerdos de su vida. Una tarde encuentra a un gran rival literario, Francisco Quevedo. Una visita que denotará los conflictos, las deudas pendientes y los recuerdos, a veces alegres y otras no tanto.
Pero no estarán solos, también se reencontrarán con otros personajes que formaron parte de sus vidas en el Madrid de los Austrias: el dramaturgo Lope de Vega, la gran cómica Jusepa Vaca "la gallarda", María de Zayas e incluso el mismísimo rey Felipe IV.
Análisis del momento que este equipo consolidado en su trayectoria nos permitió vivir:
Arden remata su folleto divulgativo de la obra que estrenó ayer, día 21 de Octubre, y que permanecerá en cabecera hasta el 14 de Noviembre del año 2021, con una pandemia debilitada pero vigente, acercándonos en el final de su decurso a una gran incógnita: ¿Qué nos depara el año 2022?, y lo concluye, decíamos, con un agradecimiento en su 25 aniversario a quienes no están presentes en este nuevo proyecto, pero han colaborado en todo el recorrido de la compañía: Pascual Perla y Lola Rodero, así como a todos los que les hemos acompañado, sino en toda, en buena parte de su recorrido (me siento concernida); quienes conocen a Chema Cardeña, más o menos, sabe que no da puntada sin hilo, y, a pesar de los toques de humor constante, de la ironía que rezuma su discurso, en el enfrentamiento con su partner Juan Carlos Garés, nos está advirtiendo de algo nada superficial, haciendo avanzar su reflexión, en un homenaje necesario, del Siglo de Oro Español y, según algunos dirían, del Siglo de Plata Latino (finales del siglo I-siglo II Latino, que abarca desde Augusto a Trajano, desde el 14 a.C hasta avanzado el segundo siglo d.C.), un tiempo en el que se inspiró la vertiente culterana española, que cultivó todos los géneros, especialmente los basados en la ampulosidad y el amaneramiento, del que el Quevedo que representa Juan Carlos Garés hace mofa.
Me he permitido el lujo de alterar el orden de la ficha de identificación de sus actores, delante y detrás de la tramoya, en la oscuridad o en la visibilidad, para poder diferenciar a los responsables de la creación de una atmósfera en un contexto determinado, los encargados de caracterizar a los personajes y la representación de estos. Todos ellos, con Chema al frente, decidieron sacar a la luz a todos los responsables, en uno de los actos más bellos de un representación teatral, y todos ellos fueron recibidos con el público puesto en pie. El teatro se desnuda, y como ocurre con otras manifestaciones audiovisuales, nos advierte de que es una obra colectiva.
Cuando se enciende la luz y se lleva el claroscuro que prescinde del telón (una característica del teatro de Arden), vemos a Chema y a Juan Carlos, ubicados en un escenario minimalista, geométrico, racional, situados uno en cada esquina del escenario: a la derecha del público uno, a la izquierda otro, según la perspectiva. Un salto de eje cambia la dirección de la mirada, y sirviéndose del poder de la imagen, prescindiendo de las palabras, no de la escritura, asistimos a la representación de la idea que rige la obra de Arnold Hauser, -Historia social de la literatura y el arte -, quien se pregunta y concluye que si una obra no tiene función no es arte. ¿Tiene función la representación de Chema? La tiene. El diálogo que inician, que es una manifestación, una puesta en escena de los contrarios, -sensorial, ampuloso y amanerado el discurso poético de Góngora, conceptista, dirigido a la inteligencia, artificioso y sutil, pero animado por el deseo de decir lo máximo con los mínimos elementos el de Quevedo-, nos trae a la memoria la batalla dialéctica que mantuvieron en torno a la representación de las ideas, en momentos más tardíos, Marx y Engels y Proudhon, autores los primeros de un escrito que enfadó al filósofo anarquista que respondió a los alemanes con 'La miseria de de la filosofía'. Notorio cambio de reproches y burlas sobre lo alambicado de los argumentos del francés. ¿Son estos algunos de los muchos herederos que se esconden tras la niebla que se deshace?
El equipo, -así ha querido Chema que sea -, logra una síntesis de las artes literarias, plásticas y visuales, usando un método de enfrentamiento de contrarios hasta lograr una síntesis perfecta: culteranos que escriben para hacer emerger, potenciar los sentidos, conceptistas que apelan a la inteligencia y se burlan del retorcimiento del lenguaje con el objetivo de satisfacer los sentidos; caracterizado Góngora como un hombre ampuloso, grande, Quevedo esmirriado y escuálido; frágil y delicada María, pero a la paz mujer fuerte, enfundada en un traje que pesa 7 kilos, y con las ideas muy claras sobre la función que deben representar las mujeres. Presentes en el escenario ellos, filmadas y reproducidas en una estructura conceptual que se abre y se cierra según las necesidades del discurso, ellas. En la extradiégesis el demoledor del imperio español, el responsable de la revolta catalana, de su Corpus de Sangre, y el que hizo posible que la creencia en la grandeza del país imaginado por algunos, llevara a Felipe II a mandar la Invencible contra los ingleses, una aventura en la que España perdió hasta los calzones, el Conde-Duque de Olivares (ni en el proscenio, ni en las imágenes cinematográficas, y, como es natural, tampoco en los escritos; ignoramos si sabía escribir). Dos escritores (Góngora, poeta y mediocre dramaturgo español y Quevedo que pasó también a la historia por su obra poética, y no por su escasa obra dramática ), en la época de las rebeliones de la Europa moderna, muy bien contada en la obra colectiva 'Las revoluciones y rebeliones de la Europa moderna', que vaticinaba ya el ascenso de una nueva clase al poder, la burguesía, un triunfo del que muchos burgueses no acaban de enterarse más de doscientos años después, y renuncian a exigir a gritos la libertad, la igualdad y la fraternidad. Un acicate a la reflexión colectiva en un momento en que ingresamos, ya no en una economía deslocalizada, sino en crisis, pandemias y movimientos de población globales. Cuando se deshace la niebla que nubla la presencia de los protagonistas, qué nos vaticina Chema.
Vale, Chema nos ha hecho una faena. Nos ha obligado a pensar en el 'Siglo de oro Español', en la 'España Imperial' que se descomponía y de la que tan ufano estaba Elliot, en unos momentos muy difíciles para el mundo. Ya sabe Cardeña que la diégesis la construimos entre todos, y, si me equivoco, es porque entran en juego también mis experiencias, mis decepciones y mi posibilidad de entrelazar su discurso con el mío. Gracias Chema!!! Una obra que no os podéis permitir dejar de ver, una opción objetiva, profunda y enraizada en nuestra cultura como pueblo que no podemos olvidar.
Del 21 de octubre al 14 de noviembre del año en curso en el Teatro Ruzafa de Valencia.
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