Minari. Historia de mi familia. Lee Isaac Chung. Ficha técnica y reseñas.
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LOS PREMIOS OSCAR CELEBRAN EL CINE COREANO, DE LA MANO DE UN DIRECTOR DEL PAÍS DE AHN PAN-SUK (SOMETHING IN THE RAIN), NACIDO EN ESTADOS UNIDOS
Ficha técnica:
Título original: Minari
País de origen: Estados Unidos
Año: 2020
Duración: 115 minutos
Género: drama semiautobiográfico
Dirección: Lee Isaac Chung (opera prima: Munyurangabo, realizada en idioma Kinyarwanda, un idioma oficial de Ruanda.
Guion: Lee Isaac Chung
Casting: Julia Kim
Dirección de Fotografía: Lachian Milne
Música: Emile Mossen
Edición: Harry Yoon
Dirección artística: W. Haley Hoo
Decoración del set: Hanrui Wang
Diseño de vestuario: Susanna Song
Jefe de departamento de peluquería: Andrea Carreno
Jefe de Departamento de maquillaje: Moung Hui Park
Productores: Dede Gardner, Jeremy Kleiner, Christina Oh, p.g.a.
Productores ejecutivos: Joshua Bachove, Brad Pitt, Steen Yeun
Diseño de producción: Yong Ok Lee
Compañía productora (Plan B Entertainment, fundada por Brad Pitt, que acumula premios como Moonlight y 12 años de esclavitud); distribucida en Occidente y Oriente por diferentes compañías
Intérpretes:
Alan S. Kim: Daid,
Yeri Han: Monica,
Noel Cho: Anne
Steven Yeun: Jacob,
Darryl Cox: Mr. Harlan,
Esther Moon: Mrs. Oh
Ben Hall: Dowsing Dan,
Eric Starkey: Randy Boomer,
Will Patton: Paul,
Youn yuh-jung: Soonja,
Sinopsis:
David, un niño coreano de 7 años, ve cómo a mediados de los 80 su vida cambia de la noche a la mañana cuando su padre decide trasladarse con toda su familia a una zona rural de Arkansas, para abrir allí una granja y alcanzar con ella el sueño americano. Tiene carácter semi-autobiográfico.
Lo que se dice:
El film, realizado por un emigrante coreano de primera generación, está recibiendo el aplauso de la crítica y el público occidental, un poco cansado de tanta depresión y estado bajo de ánimo, potenciado por una pandemia a la que no se le ve fin, en una sociedad cínica que está dispuesta a ceder en la renovación del principio laissez faire et laissez passer, le monde va de lui mé (Dejad hacer, dejad pasar, el mundo va solo), defendida por unas élites que reclaman la extrema libertad de quien no necesita leyes, excepto las que los protejan del uso de la fuerza contra su derecho natural a ejercer su individualismo y proteger sus propiedades, una posición que pone de relieve Elisa Fernández-Santos (diario 'El País'), cuando afirma en su escrito que es una película bonita que se centra en los sueños y pesadillas de esa familia sin caer en las oscuras profundidades del choque cultural...Esta posición se traduce en las elevadas notas medias que ofrecen páginas como la española Filmaffinity, 7,00, basada en el voto de 963 lectores, que la norteamericana Imdb eleva a 7,70, apoyada en la valoración de 13,919 usuarios.
Los argumentos que defienden los críticos son que esta película es un retrato resplandeciente de la existencia (Luís Martínez, Diario 'El Mundo'); un relato con gran armonía y regusto visual y narrativo (Oti Rodriguez Marchante, Diario ABC); una película que reúne recuerdos del director (Quim Casas, Diario 'El Periódico'); una película delicada, llena de humor y sensibilidad y sin grandes dramas (Carmen L.Lobo, Diario 'La Razón'); relato autobiográfico y por tanto catártico de reevaluación personal y agradecimiento, lo que explica su calidez (Alejandro Alegré, El Confidencial); bonita y delicada historia familiar (Irene Crespo, Cinemanía); historia amable y tierna pero extremadamente americana, que no abandona el sueño americano ( David Ehrlich, Indiewire); película modesta, pero muy accesible y humana (Todd McCarthy, The Hollywood Reporter)...
Delicada, emocional, tranquila, sencilla, sin conflictos...son adjetivaciones que suponen el veredicto de los jueces que han accedido al film que ya está en las pantallas, que apenas compite con las películas hermanas, en formato de serie, que se realizan en Corea del Sur, y que recoge la antorcha que Occidente parece incapaz de levantar en estos momentos, con una política de distribución errática y las salas cerradas por falta de estrenos importantes. El mundo no tiene que cambiar, ya ha cambiado...El film ya ha recibido más de 54 premios a la mejor película, el mejor director y el mejor guion entre ellos (Globos de oro, Bafta, Sundance y otros que señalan al posible ganados de los Oscar) , quizá más que su predecesora 'Parásitos' del gran Bong Joon-ho, una realidad que eleva a Lee Isaac Chung a un lugar que jamás hubiera soñado en otros tiempos, en un mundo en convulsión que opta, de la mano de Brad Pitt, por una historia emocional, sencilla y tranquila, que no renuncia al motor que hizo grandes a los Estados Unidos: el sueño de sus ciudadanos en una república que amparaba a todos, al menos teóricamente. Más de dos millones de coreanos de distintas generaciones habitan en Norteamérica, lo que explica la occidentalización de los nombres, tanto del equipo técnico como del elenco de actores, muchos de los cuales (no así el director) colocan su apellido detrás del nombre y no según el uso de su país de origen.
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