Virus. Kim Sung-su. Ficha técnica. Crítica.
LAS PANDEMIAS FOMENTAN LA XENOFOBIA Y EL ODIO AL INMIGRANTE ILEGAL. KIM SUNG-SU PROFUNDIZA EN UNA EPIDEMIA DE GRIPE AVIAR
Ficha técnica:
Título original: Gamgi (The Flu)
País: Corea del Sur
Año: 2013
Duración: 122 minutos
Dirección: Kim Sung-su
Guión: Yeong-joon Lee
Dirección de Fotografía: Mo- Gae Lee
Música: Tae-seong Kim,
Edición: Na-young Nam
Diseño de Vestuario: Kyeong-mi Kim
Responsable de peluquería: Kyeong-ja Lee
Maquillaje especial: Hyo
Productores: Teddy Jung, Seong-jin Kim
Productor ejecutivo: Tae-Sung Jeong
Diseño de producción: Il-hyun Park
Compañías productoras: Love Cinema, Sidus HQ Company, Emart, NewImage, 4Th Creative Party, Demolition, Cell, Cj Powercast, Live, Livetone,
Intérpretes:
Hyuk:Kang Ji-koo,
Soo Ae: Kim In-hae,
Roxane Aparicio: Voces adicionales,
Jang Su-bae: Miembro del partido del gobierno,
Tom Bauer: Examinador,
Andrew William Band: Dr. Bill Backman,
In-Pyo Cha: Presidente,
...
Sinopsis:
Los habitantes de un barrio surcoreano empiezan a morir súbitamente por un enfermedad respiratoria provocada por un virus desconocida, lo que obliga a declarar la zona en cuarentena que arrasa Bundang, un suburbio de Seúl, situado a 15 kilómetros de la capital, especialmente después de entrar en el país inmigrantes ilegales, apiñados en camiones de transporte de mercancías. La peor epidemia, sin precedentes que recuerda la que hoy padecemos provoca la muerte de Byung-woo y no tardarán en aparecer los mismos síntomas en otros residentes de la zona; el pueblo se siente indefenso ante un virus que se transmite por el aire provocando un incremento exponencial del número de afectados, cuyo crecimiento acelerado desata el caos. Tratando de evitar lo peor en una ciudad en la que viven 19 millones de habitantes, el gobierno prepara el cierre de fronteras, mientras el especialista vírico Yn-hye y el rescatista Ji-goo se adentran en la ciudad para obtener una muestra de sangre del 'paciente cero', una parte crucial de la investigación para tratar de fabricar una vacuna.
Lo que se dice:
La reacción de la prensa ha sido tibia, no así la del público que ha reaccionado más o menos masivamente, teniendo en cuenta que el género de catástrofes no es precisamente mayoritario. La página española Filmaffinity refleja una nota media de 5,6, basada en 1,156 votos (hay 12 críticas de seguidores de la página). La página Imdb eleva esta nota a 6,7, basada en 7,234 votos.
Las reseñas que se pueden encontrar son en su mayoría norteamericanas, y, en cierto modo, injustas. Jeanette Catsoulis (The New York Times) afirma que la historia de amor es tonta, , pero que estamos ante un producto bien interpretado y escenificado; Maggie Lee (The Hollywood Reporter) afirma que, aunque es terriblemente realista, el argumento se debilita a medida que avanza el film; The Independent la tilda de blockbuster surcoreano que resulta más entretenida de lo que su título anuncia...No faltan comentarios despectivos, como el de Mike McCahill (The Guardian) que califica la película de telefilm de domingo, una edición tonta que no ha sido capaz de ser más aterradora ...
Cinéfilos, cinéfagos o cinemaniáticos son perfectamente conscientes de que el cine, una de las formas de representación de la realidad desde distintos ángulos y diferentes perspectivas históricas, filosóficas e ideológicas (recientemente se han incorporado lenguajes interactivos), no tiene como función únicamente abrir nuevas reflexiones en torno al mundo que nos rodea desde los diferentes géneros (drama, comedia, terror, ciencia´ficción, documental...) y profundizar en su conocimiento, pero también tiene como objetivo iniciar a sus espectadores en el conocimiento del lenguaje audiovisual, entretener y formar a su público de la misma forma que hace el lenguaje literario con características muy diferentes. Kim Sung-su construye un relato sobre una epidemia de gripe aviar vietnamita que sitúa en Bundang, un suburbio de la capital Seul, situado a 15 kilómetros de la capital.
Con independencia de que el director surcoreano se sume a la moda de realizar una película que dura más de dos horas, una tendencia que se impone en las películas occidentales, sean blockbuster o no, en 2020 todo el mundo, sea cual sea el continente en que nos situemos, conocemos cómo ha ido evolucionando una nueva pandemia, la del SARS-COV-2 (Coronavirus Covid.19), hecho para cuya interpretación Kim Sung-su nos da muchas pistas ya que los hechos que se relatan se suceden en el mismo orden que los estamos viviendo, añadiendo revueltas, conspiraciones entre las diferentes naciones, y enfrentamientos de los cuerpos del estado con el presidente de la nación, mucho más cercano a los habitantes del país..
Cuando se produce el caso cero, probablemente ya es demasiado tarde. En Virus (The Flu) el origen de la pandemia es el tráfico ilegal de inmigrantes que entran en el país y que mueren hacinados en el interior de la caja de un camión que no reúne las condiciones para transportar personas vivas; queda un superviviente, cuya existencia ignoran las autoridades, pero este joven no será el transmisor, sino quien descubre por azar la desgracia al abrir el trailer del camión y, al caer su teléfono entre los cadáveres, entra en contacto con el virus. Pero este hecho no lo conocen ni el gobierno, ni los científicos que hacen el seguimiento de virus, bacterias o microbios desconocidos. No es precisamente la falta de higiene la que frena la epidemia.
Pronto veremos asaltos a supermercados, masas que no usan guantes pero que no tienen problemas para encontrar mascarillas, y un aumento constante del temor, a medida que el tiempo de contagio se agota y la enfermedad avanza con rapidez, sin distinguir la clase social o el empoderamiento o desempoderamiento de los individuos. Con relativa rapidez se reúnen en torno a los científicos políticos-trepa, periodistas ávidos de captar la mejor fotografía para escribir el artículo más avanzado, los rumores en torno al aislamiento del suburbio, la legislación sobre cuarentenas y la utilización de los cuerpos del estado, incluidos los militares, conscientes de que los hombres, cuando se sienten acorralados, pueden resultar más peligrosos que la propia peste. Las pruebas que se aplican a los supuestos infectados nos resultan familiares.
Sorprende la alusión de los ejércitos de que se libra una guerra sin cuartel contra los virus alojados en los hombres y mujeres infectados, una terminología bélica que obvian los mandatarios actuales, con excepción de alguno que otro como Macron, que utiliza este lenguaje en un sistema democráticos con energía y sin dudas. Si bien en la actualidad no se ha producido una rebelión de las masas que justifique el uso de las armas, que en el cine se convierte en el soporte de las secuencias de acción más espectaculares.
Las reseñas que se pueden encontrar son en su mayoría norteamericanas, y, en cierto modo, injustas. Jeanette Catsoulis (The New York Times) afirma que la historia de amor es tonta, , pero que estamos ante un producto bien interpretado y escenificado; Maggie Lee (The Hollywood Reporter) afirma que, aunque es terriblemente realista, el argumento se debilita a medida que avanza el film; The Independent la tilda de blockbuster surcoreano que resulta más entretenida de lo que su título anuncia...No faltan comentarios despectivos, como el de Mike McCahill (The Guardian) que califica la película de telefilm de domingo, una edición tonta que no ha sido capaz de ser más aterradora ...
Crítica:
Cinéfilos, cinéfagos o cinemaniáticos son perfectamente conscientes de que el cine, una de las formas de representación de la realidad desde distintos ángulos y diferentes perspectivas históricas, filosóficas e ideológicas (recientemente se han incorporado lenguajes interactivos), no tiene como función únicamente abrir nuevas reflexiones en torno al mundo que nos rodea desde los diferentes géneros (drama, comedia, terror, ciencia´ficción, documental...) y profundizar en su conocimiento, pero también tiene como objetivo iniciar a sus espectadores en el conocimiento del lenguaje audiovisual, entretener y formar a su público de la misma forma que hace el lenguaje literario con características muy diferentes. Kim Sung-su construye un relato sobre una epidemia de gripe aviar vietnamita que sitúa en Bundang, un suburbio de la capital Seul, situado a 15 kilómetros de la capital.
Con independencia de que el director surcoreano se sume a la moda de realizar una película que dura más de dos horas, una tendencia que se impone en las películas occidentales, sean blockbuster o no, en 2020 todo el mundo, sea cual sea el continente en que nos situemos, conocemos cómo ha ido evolucionando una nueva pandemia, la del SARS-COV-2 (Coronavirus Covid.19), hecho para cuya interpretación Kim Sung-su nos da muchas pistas ya que los hechos que se relatan se suceden en el mismo orden que los estamos viviendo, añadiendo revueltas, conspiraciones entre las diferentes naciones, y enfrentamientos de los cuerpos del estado con el presidente de la nación, mucho más cercano a los habitantes del país..
Cuando se produce el caso cero, probablemente ya es demasiado tarde. En Virus (The Flu) el origen de la pandemia es el tráfico ilegal de inmigrantes que entran en el país y que mueren hacinados en el interior de la caja de un camión que no reúne las condiciones para transportar personas vivas; queda un superviviente, cuya existencia ignoran las autoridades, pero este joven no será el transmisor, sino quien descubre por azar la desgracia al abrir el trailer del camión y, al caer su teléfono entre los cadáveres, entra en contacto con el virus. Pero este hecho no lo conocen ni el gobierno, ni los científicos que hacen el seguimiento de virus, bacterias o microbios desconocidos. No es precisamente la falta de higiene la que frena la epidemia.
Pronto veremos asaltos a supermercados, masas que no usan guantes pero que no tienen problemas para encontrar mascarillas, y un aumento constante del temor, a medida que el tiempo de contagio se agota y la enfermedad avanza con rapidez, sin distinguir la clase social o el empoderamiento o desempoderamiento de los individuos. Con relativa rapidez se reúnen en torno a los científicos políticos-trepa, periodistas ávidos de captar la mejor fotografía para escribir el artículo más avanzado, los rumores en torno al aislamiento del suburbio, la legislación sobre cuarentenas y la utilización de los cuerpos del estado, incluidos los militares, conscientes de que los hombres, cuando se sienten acorralados, pueden resultar más peligrosos que la propia peste. Las pruebas que se aplican a los supuestos infectados nos resultan familiares.
Sorprende la alusión de los ejércitos de que se libra una guerra sin cuartel contra los virus alojados en los hombres y mujeres infectados, una terminología bélica que obvian los mandatarios actuales, con excepción de alguno que otro como Macron, que utiliza este lenguaje en un sistema democráticos con energía y sin dudas. Si bien en la actualidad no se ha producido una rebelión de las masas que justifique el uso de las armas, que en el cine se convierte en el soporte de las secuencias de acción más espectaculares.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Deja tu comentario aquí!