Soy leyenda. Francis Lawrence. Ficha técnica. Crítica.
MIEDO AL INFECTADO, Y, COMO CONSECUENCIA, MIEDO A ENFERMAR
Ficha técnica:
Título original: I am legend
País: Estados Unidos
Año: 2007
Duración: 100 minutos
Dirección: Francis Lawrence
Guión: Mark Protosevich y Akiva Goldsman, basado en la historia de John William y Joyce H.Corrington, adaptación de la novela de Richard Matheson, c.s.a.
Casting: Kathleen Chopin
Director de Fotografía: Andrew Lesnie, a.c.s./a.s.c.
Música: James Newton Howard
Edición: Wayne Wahrman, a.c.e.Sirrs
Supervisor efectos visuales: Janek
Coordinador de especialistas: Vic Armstrong, Cort Hessler
Directores artísticos: David Lazan, Patricia Woodbridge, Bill Skinner, Howard Cummings
Decorador del set: George Detitta
Diseño de Vestuario: Michael Kaplan
Responsable de maquillaje: Toy R.Van Lierop
Supervisor efectos en las criaturas: Mark Rappaport, Shawn Smith
Responable de peluquería: Cici Campbell
Productores: Akiva Goldsman, James Lassiter, David Heyman, Neal Moritz
Co-productor: Tracy Torme
Diseño de producción: Naomi Shohan
Productores ejecutivos: Michael Tadross ; Erwin Stoff, Dana Goldberg y Bruce Berman
Compañías. Productoras: Warner Bros.Pictures asociado con Village Roadshow Pictures, Weed Road/Overbrook Entertainment Production
Intérpretes:
Will Smith : Robert Neville
Alice Braga : Anna
Dash Mihok: Alpha Male
Charlie Tahan : Ethan
Salli Richardson: Zoe
Willow Smith: Marley
...
Sinopsis:
El último hombre vivo en la Tierra no está solo. Will Smith interpreta a ese único supervivente en 'Soy leyenda', una historia épica que fusiona una acción trepidante con la impactante visión de un desolado Manhattan. Inmune a un terrible virus imparable e incurable, el científico militar Robert Neville (Smith) es ahora el último superviviente de la ciudad de Nueva York y quizás del mundo. Pero no está solo. Víctimas mutantes de la plaga, los infectados, habitan en las sombras observando cada movimiento de Neville, esperando que cometa un error fatal. Este científico es la última esperanza para la humanidad y debe sobrevivir para llevar a cabo su última misión: descubrir un antídoto utilizando su propia sangre inmune. Pero sabe que ellos son muchos más y que la cuenta atrás para vencerles ya ha comenzado.
Comentario.
La adaptación cinematográfica de la obra de Matheson supone una puesta en escena de temas atemporales como la esencia del hombre, su carácter social y la involución que se produce en periodos críticos que lo reduce a una irracionalidad violenta de la que se lamentaba William Shakespeare cuando ponía en boca de Marco Antonio en su obra 'Julio Cèsar' aquel terrible sollozo:" ¡Oh raciocinio has ido a refugiarte en los irracionales porque los hombres han perdido la razón!". El perro, fiel compañero del hombre racional y científico representa el único apoyo en su soledad. Entre ellos y los afectados por una rabia incontrolable, unos maniquíes indiferentes, equidistantes, que producen la ilusión de pertenencia al grupo humano, una triste quimera que provoca el terrible desenlace de su fiel compañero dispuesto a defender al hombre aun a costa de su propia vida. La metáfora del zombie, del muerto viviente que no soporta la luz y se desarrolla en la oscuridad es la más adecuada para su discurso formal y funcional, que aquí no obedece a un contexto de guerra fría en el que Matheson escribió su novela.
La muerte está presente a lo largo de todo el film y en los flashbacks que lo jalonan, en los que Neville recuerda los últimos momentos en los que vio aun con vida a su esposa y su hija (Willow Smith, retoña de Will) y la forma que tiene el hombre de enfrentarse a ella de acuerdo con su formación y sus creencias. Francis Lawrence propuso un final alternativo al que acabó imponiéndose, de carácter religioso que perjudica el discurso dominante hasta la aparición de Anna (Alice Braga) y su hijo y ha concentrado todas las críticas. El alternativo es humanista y romántico e introduce una tregua entre los bandos en conflicto que permite la salvación de Neville. Profundas especulaciones que se proponen con un lenguaje cinematográfico actual, muy diferente al que utilizaron cineastas del siglo pasado, que hay que empezar a aceptar porque es el de las nuevas generaciones, dispuestas a volver la vista atrás, reflexionar con los viejos realizadores, como quien va a un museo a conocer las raíces de su cultura, pero que disfrutan con el arte de su tiempo. El trabajo de Will Smith ha sido muy bien valorado por el público y la crítica.
Además la película desciende a cuestiones menores como el hecho de que el hombre es un animal de costumbres y lo hace de manera redundante, no sólo cuando el protagonista sigue con sus actividades cotidianas, -cultivar sus músculos, ejercitarse en la cinta de correr, realizar sus experimentos, doblar perfectamente la ropa y las botas limpias que ha de usar el día siguiente...-, con la sola compañía de su perro, animal que ha jugado un papel principal en el cine. Recordemos a Tarkovski que veía a su mascota en todas partes, en sus sueños o sus alucinaciones en medio de la depresión que le producía la nostalgía de su amada Rusia, o Ridley Scott que pone en valor el papel protector de este animal que acompaña a sus dioses penates y protege a su general en la guerra (Gladiator). El dinero tiene menos valor en este contexto que esos inquietantes ciervos que corren amedrentados en las calles desiertas y desoladas de Manhattan...
Un buen film, un espectáculo de acción típicamente americano que no defrauda a los amantes del género ni a los seguidores de Will Smith, aunque Francis Lawrence se inclina por el final más desafortunado para rematar una obra interesante; quizás por ello aporta un final alternativo más acorde con su película.
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