Joker.Todd Phillips. Crítica
SI EL RESENTIMIENTO SOCIAL ES CORROSIVO, EN JOKER LLEGA AL EXTREMO
Ficha técnica, sinopsis (Pinchad aquí)
Con independencia de lo que se ha dicho y escrito, tan pronto como te sientas en tu butaca en el cine y desfilan ante tus ojos las primeras imágenes, entiendes la razón por la que ha sido tan bien valorada por una prensa poco proclive a lo que denominan blockbuster con sentido muy peyorativo, llegando a afirmar que su mayor virtud es la total ausencia de efectos visuales digitales. Y es que, realmente, el film más que un spin off parece un reboot en el que el director relanza un personaje, el Joker, que pierde toda su iconicidad como el villano que amenaza constantemente al superhéroe, creado por Bob Kane y Bill Finger, el hijo de un millonario, que basa sus superpoderes en una serie de gadgets de combates y vehículos especiales, en los que trabaja su mayordomo Alfred. Curiosamente, directores que se han formado en la comedia gamberra están buscando acomodo en el cine de autor, que huye de la vistosidad de las adaptaciones de Marvel/Disney y Warner/D.C.Comics, lo que puede gustar a unos y defraudar a otros, en especial a los fans del género; suponemos que Todd Phillips habrá pagado los consiguientes derechos de autor para poder manipular la figura del famoso payaso y su 'efecto llamada', convertido en el film en un marginado social.
Cuando se anunció este proyecto algunos se preguntaron qué iban a hacer un realizador como Todd Phillips, entrenado en comedias bizarras y gamberras, aconsejado por De Niro y Scorsese y dirigiendo a un actor como Joaquin Phoenix que engañó a los mejores conductores de programas de TV de entretenimiento de Estados Unidos con su famosa I'm Still Here, dirigida por su cuñado Casey Affleck, el hermano de Ben, intérprete de Batman. Otros destacan la influencia de Martin Scorsese y sus películas, en especial 'Taxi Driver' y 'El rey de la comedia', ambas protagonizadas por Robert De Niro, que realiza el papel de un comunicador de moda, un personaje como aquellos con los que tuvo que enfrentarse Phoenix en su famosa broma, que provocó un gran enfado en Estados Unidos. Hoy la polémica se ha trasladado al Joker que dirige Phillips, asesorado por el director de Sutter Island, al que alguno de sus compañeros cuestiona.
Lo más sobresaliente del film, es el trabajo que realiza Joaquin Phoenix, visiblemente desmejorado, que evoca el que realizó Christian Bale en 'El maquinista', al que Brad Anderson hizo perder 30 kilos en 2004 para encarnar al protagonista de su película. La gestualidad de Phoenix, un actor mucho más nervioso e histriónico que el galés, con un amplio registro de gestos que expresan negación, resentimiento, locura, mala conciencia y deseo de venganza, ocupa la mayor parte de las cuotas de pantalla, siempre presente de una u otra forma, lo que lo convierte en el máximo atractivo, el gran gancho para el gran público, algo que sabe hacer quien ha atraído a muchos jóvenes con sus locuras en comedias que no buscan subterfugios, sino simplemente entretener a su público, algo que consigue, de nuevo, desde el otro lado, el oscuro del ser humano.
No es fácil situarse en el contexto. La música, los programas de televisión que llegan a los hogares a través de aparatos de tubos catódicos, parecen remitir a un tiempo determinado, pero el cine, en especial una sesión en un lujoso teatro de una película silente, los trenes llenos de graffitis, las chaquetas con capucha, la caracterización de los personajes secundarios de forma muy actual, así como ciertas imágenes en las que conviven lo real y lo imaginado, despistan bastante, mientras que alguna que otra toma de Phoenix caminando de espaldas en dirección a su 'hogar', remiten a títulos muy inquietantes de M.Night Shyamalan. Da la impresión de que la crisis en la que se engrandece el icono de un joker que mata a unos jóvenes de Wall Street en un metro, cuando amenazan a una chica que viaja sola, un crimen con gran carga ideológica que lo convierte en líder de masas desesperadas, dispuestas a rebelarse y a pagar un precio elevado a causa de su desesperación forman parte de un relato que ha contrariado a unos críticos que no se mueven con comodidad en un cine que habla de revueltas populares, que inició la saga de 'La purga', o alguna que otra película que tuvo gran influencia en la vida real ( y no al revés) como 'V. de Vendetta', dirigida por James Mc Teigue en 2006, que colocó las famosas máscaras que cubrían el rostro de los anónimos, ahora caretas de plástico que reproducen la efigie de un payaso.
Por la misma razón que unos la han recompensado con una muy buena nota, otros se sentirán profundamente defraudados, - los fans de las adaptaciones de cómics, un género importante, con fuerte presencia en todos los medios -, una situación que hoy se reflejaba en la sala de proyecciones.
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