Suspiria. Luca Guadagnino








LA GUERRA ENCUBIERTA SUSTITUYE A  LA GUERRA ABIERTA



FICHA TÉCNICA, SINOPSIS, LO QUE SE DICE. ( Pinchad aquí)


Como ya hiciera Alejandro Amenabar en 'Regresion (y bastante caro lo pagó)', Luca Guadagnino hace aflorar a la superficie todo el horror que se respiraba en el film de Argento, oculto bajo una superficie brillante, colorista, poblada de jóvenes pálidas, de  ojos claros y enormes, y la imagen se torna hosca, sórdida, distópica, terrible, no sólo por su apariencia, sino por lo que permiten intuir. Pequeños flashes trasladan al espectador al lecho moribundo de la madre de Susie, donde se descubren los orígenes malditos de la protagonista.

Se explicita qué hay detrás de la  brujería, en la Alemania de la década de los 70, que se apuntaba en el asesinato del pianista en la Koningplatz, Munich, construida por Hitler, una secuencia metafísica, sin alma, una grisalla inspirada en Giorgio de Chirico, que sugería más que afirmaba el origen del mal. Desde el primer instante observamos que la Susie de Guadagnino no es la de Argento, cuya naturaleza se pone de manifiesto la primera vez que baila ante Madame Blanc (Tilda Swinton), y  de cuya  mirada metálica e imagen poderosa queda prendada la joven desde el primer momento, produciéndose lo que algunos llaman la 'transubstanciación de lo perverso', que produce la horrible fracturación del cuerpo de una compañera rebelde, que se rompe ante cada movimiento enérgico y brutal de quien baila ante  la directora, que no es otra que la propia Susie.

El nuevo film, no carente de elementos surreales, va explicitando poco a poco quienes y qué son las mujeres que dirigen esta escuela y por qué mueren algunas de sus alumnas, cruzándose el nombre de la banda terrorista Baader Meinhof, aunque la bruma, si bien da pistas sobre ciertas filiaciones políticas y tendencias lésbicas, que se asocian con el feminismo, envuelve los diálogos y las imágenes,y no tan fáciles de interpretar. Lo que más impresiona es la fuerza que emana la puesta en escena, la caracterización de las bailarinas, las coreografías, que son a la vez bellas y terribles, muy actuales, y muy diferentes a las que salieron de la imaginación de su referente-

Si la banda sonora de la película de Argento, a cargo de un grupo de rock electrónico, Goblin, intimidaba e incluso aterraba, el encargado de crear la atmósfera de terror con la música electrónica característica de las películas de Argento, a cuyo frente se sitúa ahora Luca Guadagnino, es, en esta ocasión, Thom Yorker, compañero de Johnny Greenwood de Radiohead, el compositor favorito de Paul Thomas Anderson , encargado de hacer el soundtranck de la película que parece haber convencido a crítico intransigentes como Jordi Costa por su perturbador diseño del sonido.


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