El regreso de los muertos vivientes. Dan O'Bannon





¡BASADO EN UN HECHO REAL!


FICHA TÉCNICA, SINOPSIS , CRÍTICA. (PINCHAD AQUÍ)


Crítica:

El lanzamiento al mercado de una colección  de blu-rays y DVDs con unas cajas muy atractivas nos anima a volver sobre películas como 'El regreso de los muertos vivientes', una film de 1985, con una imagen característica de los 80 y una ambientación musical, compuesta por Matt Clifford,  que evoca las bandas sonoras del giallo, electrónica y de gran potencia. Al frente del proyecto se encuentra Dan O'Bannon, guionista  de Dark Star, la opera prima de John Carpenter y 'Alien el octavo pasajero', dirigida por Ridley Scott en 1979 y colaborador de George Lucas en la saga de Star Wars.

Considerada un film de culto, The Return of the Living Dead' ha sido integrada por sus fans en el subgénero zombedy, término acuñado en el Festival de Sitges  de 2009, cuyas dos exigencias  fundamentales son : que  la película  de miedo y al mismo tiempo sea  divertida. No sé cual de las dos características predomina en la película de O'Bannon, que  trabajó como técnico para George Lucas en Star Wars y colaboró con Carpenter en el guión de Alien, el octavo pasajero. Son más que curiosos los muertos vivientes que han perdido todos sus músculos, restándoles tan solo el esqueleto, aunque  conservan sus globos oculares, en algún caso de un azul intenso; el striptease  de  Trash (Linnea  Quigley) en un cementerio, casualmente anexo al tétrico almacén de productos sanitarios, en el que se introducen los amigos de  Frank para montarse su juerguecita siniestra. No es menos  bizarro el grito de los  zombis, con un aspecto cutre y horripilante  : ¡¡¡Cerebrooos!!!, o la constante referencia a la  mentira que suponen las afirmaciones de  los protagonistas de 'La noche de los muertos vivientes ' de George A.Romero (1968), a la que toman como referente  de que todos los  monstruos han sido aniquilados, porque muertos ya estaban, algo que a Frank le parece poco menos que una herejía. La referencias constantes al propio cine, y, en especial al título que inicia la saga, domina el discurso.

Lo cierto es que el film da poco miedo e incuso poco asco, y la sensación más intensa que produce es la de admiración  o sorpresa: recordemos al encargado del almacén metiéndose  él mismo en el horno crematorio cuando descubre en qué se ha convertido, a Frank devorando a sus amigos, o a Trash, medio desnuda, asustada y paralizada delante de una tumba,  favoreciendo con su terror la muerte que había descrito en plena juerga como la más horrible para ella, en cuyo proceso unos viejos devoraban sus suculentas carnes. El film incluye una mordaz crítica de cómo resuelve el gobierno de Estados Unidos los problemas que  se plantean, que desaniman a muchos mortales a pedir ayuda. El ejército, al descubrir que sus peores temores se han hecho realidad, recuerda que tiene  armas atómicas; el militar encargado de resumir la operación informa al encargado de decidirla con palabras que son todo un tópico: "Resultado óptimo Señor.. Muy cerca del lugar previsto Sólo 20 edificios destruidos y menos de 12.000 muertos'; una matanza que no pueden igualar los muertos vivientes que sólo superan a los vivos en número, un símbolo con mucha fuerza. Las esperanzas de los afectados se ven absolutamente defraudadas. Una evocación de la forma de resolver los problemas, que constituye el núcleo de Poltergeist, cuyo subtexto denuncia cómo se construyeron suburbios enteros sobre los cementerios sagrados de los indios, de los que se arrancaron las inscripciones y otros signos funerarios. De ahí el lugar para la ficción, parafraseando al clásico Tito Livio.

Imagen ochentera que hace constantes guiños, tanto en el diseño y decoración de los sets, como en determinadas situaciones y texturas, al film de George A.Romero, realizado en 1969, una obra que inicia el subgénero de los zombis, una  obra maestra que se ha convertido en una película de culto pata los amantes del cine. Una voz en off , un narrador omnisciente, nos ubica en el lugar y el momento exacto en que ocurrieron los hechos que se relatan, y advierte a los espectadores de que los hechos que se narran son reales, tomando como referente todo lo ocurrido y la forma de enfrentarse al peligro de la ficción creada por Romero; el cine se toma a sí mismo como referente y desdibuja la línea que separa la ficción de la realidad 'real'.


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