El círculo. Crítica.
Ficha técnica, sinopsis, críticas, cartel y trailer (Pinchad aquí)
Resulta descorazonador que algunos de los top critics desperdicien una buena parte de su tiempo, tan limitado como el de los demás, para leer todos los betsellers que se adaptan al cine, y repartir el espacio que les resta para escribir y opinar (suponemos que hace tiempo han abandonado la lectura de los grandes clásicos que constituyen el núcleo de lo que, en otro tiempo, se llamó cultura occidental en pro de todos los productos que circulan por los márgenes). En este sentido, Jordi Costa advierte que "resulta descorazonador que haya sido el propio escritor Dave Eggers el corresponsable de extirparle todo el potencial provocador a su trabajo en la adaptación" 1, mientras sigue la tendencia de convertir la pantalla de cine en una pantalla de ordenador en la que se reflejan los chats, los mensajes, las transiciones..., propias de los teléfonos móviles. Más, parte de sus lamentos son estériles ya que sus propuestas quedan reflejadas en el texto cinematográfico, no así los diálogos socráticos, que dudamos de la efectividad en un film dirigido a una adolescencia absolutamente integradas en la 'nube'.
Dice Francisco Marinero, del diario 'El Mundo', que el film no contiene novedades 2, pero eso no es del todo cierto. James Ponsoldt, realizador de unas cuantas películas de escasa repercusión en nuestro país, muestra una sociedad distópica que evoluciona hacia una secta mundial muy poderosa, 'El Círculo', que intenta controlar el voto de las democracias, cada vez más vacías de contenido. Es cierto que este planteamiento no es nuevo, pero incorpora algo que sí lo es. El sistema lleva en sus genes los elementos de su propia destrucción; cualquier miembro destacado de esta plataforma, que goza de gran predicamento entre los miles de seguidores puede hacer uso de su poder y volver al sistema contra quienes se enriquecen con él haciendo tan trasparentes sus cuentas como la vida privada de los demás con cuya exhibición pública se enriquecen. Y esto sí es nuevo y nada ficticio. Todos hemos visto cómo quienes controlan el poder manejan conceptos como el nuevo y viejo orden, el bipartidismo o pluripartidismo, promoviendo la popularidad o el arrinconamiento de sus patrocinados de acuerdo con sus intereses. Es importante no perder esto de vista, una situación de la que se erigen en paradigma Julian Assange o Edward Snowden, que están pagando su osadía en el exilio y el auto-encarcelamiento en una embajada.
Quim Casas en su pequeña reseña para 'El Periódico', uno de los rotativos que dedica menos espacio a la cultura, hace unas afirmaciones muy controvertidas: "Drama. Intriga. 'Thriller' cibernético. Ciencia ficción en Internet. 'El círculo' tiene un poco de todo pero, al picotear entre tantas cosas, pierde su identidad. James Ponsoldt, (...) se pliega aquí a los intereses –confusos– de una intriga cibernética en la que se habla mucho, pero se define poco, sobre el control ejercido con las redes sociales. No hay intensidad ni verdaderos conflictos, aunque el futuro que augura es terrorífico." ¿Cómo augura, pues, ese futuro tan terrorífico? Quienes tenemos una presencia más o menos importante en la red conocemos los círculos de poder que se crean en las diferentes plataformas y que ejercen su influencia más allá de la nube, a pesar de que todavía hoy las televisiones son las que tienen un mayor poder de control sobre los individuos.
Dice Francisco Marinero, del diario 'El Mundo', que el film no contiene novedades 2, pero eso no es del todo cierto. James Ponsoldt, realizador de unas cuantas películas de escasa repercusión en nuestro país, muestra una sociedad distópica que evoluciona hacia una secta mundial muy poderosa, 'El Círculo', que intenta controlar el voto de las democracias, cada vez más vacías de contenido. Es cierto que este planteamiento no es nuevo, pero incorpora algo que sí lo es. El sistema lleva en sus genes los elementos de su propia destrucción; cualquier miembro destacado de esta plataforma, que goza de gran predicamento entre los miles de seguidores puede hacer uso de su poder y volver al sistema contra quienes se enriquecen con él haciendo tan trasparentes sus cuentas como la vida privada de los demás con cuya exhibición pública se enriquecen. Y esto sí es nuevo y nada ficticio. Todos hemos visto cómo quienes controlan el poder manejan conceptos como el nuevo y viejo orden, el bipartidismo o pluripartidismo, promoviendo la popularidad o el arrinconamiento de sus patrocinados de acuerdo con sus intereses. Es importante no perder esto de vista, una situación de la que se erigen en paradigma Julian Assange o Edward Snowden, que están pagando su osadía en el exilio y el auto-encarcelamiento en una embajada.
Quim Casas en su pequeña reseña para 'El Periódico', uno de los rotativos que dedica menos espacio a la cultura, hace unas afirmaciones muy controvertidas: "Drama. Intriga. 'Thriller' cibernético. Ciencia ficción en Internet. 'El círculo' tiene un poco de todo pero, al picotear entre tantas cosas, pierde su identidad. James Ponsoldt, (...) se pliega aquí a los intereses –confusos– de una intriga cibernética en la que se habla mucho, pero se define poco, sobre el control ejercido con las redes sociales. No hay intensidad ni verdaderos conflictos, aunque el futuro que augura es terrorífico." ¿Cómo augura, pues, ese futuro tan terrorífico? Quienes tenemos una presencia más o menos importante en la red conocemos los círculos de poder que se crean en las diferentes plataformas y que ejercen su influencia más allá de la nube, a pesar de que todavía hoy las televisiones son las que tienen un mayor poder de control sobre los individuos.
1. El panóptico digital. Diario 'El País', 5 de mayo de 2017. Con panóptico digital señala al concepto ingeniado por Byung Chul para referirse a la sociedad de control, ampliada y consolidada, de que habló Foucault.
2. 'El círculo': Tansparencia y opacidad. Diario 'El Mundo', 4 de mayo de 2017.
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