Lady Bird. Greta Gerwick.
Ficha técnica, Intérpretes, sinopsis, premios, lo que se dijo, cartel y trailer. (Pinchad aquí)
Crítica:
Algunos críticos, entre ellos Jordi Costa, parte, para realizar su análisis, de un musical amargo, creado por Stephen Sondheim, recibido en su estreno con frialdad y elevado después a obra de culto,"en el que cada salto en el tiempo da la medida de una renuncia personal, un sueño roto o una traición a los principios. No es casual que Merrily We Roll Along sea la obra de fin de curso que ensayan los estudiantes de la escuela superior religiosa donde cursa el bachillerato, que centra buena parte de la acción del film", una afirmación que completa con un argumento oscuro: "Lady Bird está, pues, en un punto estratégico de su vida: la atalaya desde la que proyectar sueños, pero, también, el punto de referencia que servirá para medir renuncias y autoengaños futuros." Se puede ser más claro.
En la construcción de la poética del film pesa, además, la experiencia personal de Greta Gerwick, la mujer más cool de la Meca del Cine, nacida en Sacramento, hija de una enfermera, Christine, y un consultor financiero y programador de computadoras, de ascendencia alemana, que se educó en una escuela católica para niñas y se graduó en el Barnard College de Columbia, de Inglés y Filosofía. ¿Por qué cuento esto? Porque esta es exactamente la historia de 'Lady Bird', en la que Geta Gerwick deja su impronta personal y profesional. La cineasta comenzó su carrera desempeñando un pequeño papel en un film de John Swaenger en LOL, asociándose con el realizador y otros cineastas mumblecore, un movimiento que reivindicaba los valores éticos y estéticos del cine indie. -entre ellos Noah Baumbach con el que dirigió y protagonizó Frances Ha, (2012), y años más tarde escribió junto al realizador, y protagonizó, 'Mistrees América', (2015), un subgénero en el que Saoirse Ronan se erige como una musa muy potente, muy querido por los top crítics que ven cómo progresan sus hijos, objetores de la escuela pública y educados desde la cuna hasta la enseñanza superior en instituciones privadas, religiosas o no, en función de las posibilidades económicas y las aspiraciones personales, que están generando una sociedad que camina en vías paralelas sin apenas conectarse nunca.Los norteamericanos no sólo carecen de una seguridad social digna de un estado de bienestar, sino que hipotecan varias veces en su vida su propia casa para sostener de forma privada el state welfare, nacido en Europa, que ahora corre serio peligro. Todo esto lo veremos en el film de Greta.
El subtexto emerge a la estructura superficial poniendo en evidencia la lucha cruenta que se produce en cualquier país para hacerse con el monopolio de la educación. La madre de 'Lady Bird' (un cognomen muy significativo) cree que si su hija acude a una escuela pública acabará apuñalada, y más tarde encarcelada por cualquier delito común. La hija mantiene una postura contraria, especialmente porque es una adolescente y necesita rebelarse contra el poder que ejerce la madre. Desprecia la tutela de los curas y las monjas, pero en esa escuela religiosa se enamora por primera vez de un chico que pronto descubrirá que su aparente honestidad responde a una inclinación homoerótica, perderá la virginidad, y aprenderá que los estudios superiores no te salvan de la pobreza. Para que la hija estudie en una escuela laica, en el Este de Estados Unidos, los padres deben hipotecar por segunda vez su casa.
Cuando la joven sale del metro de New York, arrastrando sus dos grandes maletas, sentimos un aire fresco de libertad, aunque la nostalgia de su casa, de sus padres, de su familia, la arrastre al interior de la Iglesia de San Patricio. Un breve Flasforeward nos muestra a una joven libre, elegante, que vuelve a su pueblo tras alcanzar los sueños que perseguía, al margen de esa formación religiosa que su madre creía que la protegería, pero que la lanzó en brazos de dos jóvenes que la utilizaron y le hicieron sentir la humillación de vivir en una casa modesta 'en la orilla equivocada del río'.
El film fluye con agilidad, sin grandes tropiezos, gracias al carisma de Saoirse Ronan, que encarna a la protagonista. Tiene razón Luís Martínez cuando afirma que la película está constituida por clichés, que, sin embargo responden con fidelidad a los dos modelos de educación que se extienden en el mundo occidental: el religioso, que rechaza la rebelde 'Lady Bird', -relativamente, ya que la influencia materna es muy poderosa -, pero en el que se ve obligada a pasar los años más rebeldes de su vida, y el laico, con el que sueña como la cuna del saber y la expresión de la libertad. Esto solo lo puede alcanzar en la costa opuesta de Estados Unidos (los padres en San Francisco y ella en New York), aunque esta segunda etapa se contempla tan solo como un objetivo alcanzado y no se profundiza en ella.
En la construcción de la poética del film pesa, además, la experiencia personal de Greta Gerwick, la mujer más cool de la Meca del Cine, nacida en Sacramento, hija de una enfermera, Christine, y un consultor financiero y programador de computadoras, de ascendencia alemana, que se educó en una escuela católica para niñas y se graduó en el Barnard College de Columbia, de Inglés y Filosofía. ¿Por qué cuento esto? Porque esta es exactamente la historia de 'Lady Bird', en la que Geta Gerwick deja su impronta personal y profesional. La cineasta comenzó su carrera desempeñando un pequeño papel en un film de John Swaenger en LOL, asociándose con el realizador y otros cineastas mumblecore, un movimiento que reivindicaba los valores éticos y estéticos del cine indie. -entre ellos Noah Baumbach con el que dirigió y protagonizó Frances Ha, (2012), y años más tarde escribió junto al realizador, y protagonizó, 'Mistrees América', (2015), un subgénero en el que Saoirse Ronan se erige como una musa muy potente, muy querido por los top crítics que ven cómo progresan sus hijos, objetores de la escuela pública y educados desde la cuna hasta la enseñanza superior en instituciones privadas, religiosas o no, en función de las posibilidades económicas y las aspiraciones personales, que están generando una sociedad que camina en vías paralelas sin apenas conectarse nunca.Los norteamericanos no sólo carecen de una seguridad social digna de un estado de bienestar, sino que hipotecan varias veces en su vida su propia casa para sostener de forma privada el state welfare, nacido en Europa, que ahora corre serio peligro. Todo esto lo veremos en el film de Greta.
El subtexto emerge a la estructura superficial poniendo en evidencia la lucha cruenta que se produce en cualquier país para hacerse con el monopolio de la educación. La madre de 'Lady Bird' (un cognomen muy significativo) cree que si su hija acude a una escuela pública acabará apuñalada, y más tarde encarcelada por cualquier delito común. La hija mantiene una postura contraria, especialmente porque es una adolescente y necesita rebelarse contra el poder que ejerce la madre. Desprecia la tutela de los curas y las monjas, pero en esa escuela religiosa se enamora por primera vez de un chico que pronto descubrirá que su aparente honestidad responde a una inclinación homoerótica, perderá la virginidad, y aprenderá que los estudios superiores no te salvan de la pobreza. Para que la hija estudie en una escuela laica, en el Este de Estados Unidos, los padres deben hipotecar por segunda vez su casa.
Cuando la joven sale del metro de New York, arrastrando sus dos grandes maletas, sentimos un aire fresco de libertad, aunque la nostalgia de su casa, de sus padres, de su familia, la arrastre al interior de la Iglesia de San Patricio. Un breve Flasforeward nos muestra a una joven libre, elegante, que vuelve a su pueblo tras alcanzar los sueños que perseguía, al margen de esa formación religiosa que su madre creía que la protegería, pero que la lanzó en brazos de dos jóvenes que la utilizaron y le hicieron sentir la humillación de vivir en una casa modesta 'en la orilla equivocada del río'.
El film fluye con agilidad, sin grandes tropiezos, gracias al carisma de Saoirse Ronan, que encarna a la protagonista. Tiene razón Luís Martínez cuando afirma que la película está constituida por clichés, que, sin embargo responden con fidelidad a los dos modelos de educación que se extienden en el mundo occidental: el religioso, que rechaza la rebelde 'Lady Bird', -relativamente, ya que la influencia materna es muy poderosa -, pero en el que se ve obligada a pasar los años más rebeldes de su vida, y el laico, con el que sueña como la cuna del saber y la expresión de la libertad. Esto solo lo puede alcanzar en la costa opuesta de Estados Unidos (los padres en San Francisco y ella en New York), aunque esta segunda etapa se contempla tan solo como un objetivo alcanzado y no se profundiza en ella.
1. Último año en Sacramento. Diario 'El País'.
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