Grabbers. Jon Wright.
Fotografía cedida por BMA House a cinelodeon-com
EL COLMO DEL BEODO
Ficha técnica:
Título original: Grabbers.
País: Irlanda. co-producción: Italia/Reino Unido
Año: 2012.
Duración: 94 minutos.
Dirección: Jon Wright.
Guión: Kevin Lehane.
Casting: Kelly Valentine Hendry, cdg, Victor Jenkins, cdg.
Dirección de Fotogafía: Trevor Forrest.
Música: Christian Henson; supervisor: Matt Biffa.
Edición: Matt Platts-Mills.
Dirección artística: Brendan Rankin.
Decorador del set: Shane Bunting.
Coordinador de especialistas: Nick Chopping.
Supervisor efectos visuales: Paddy Eason.
Diseño de Vestuario: Hazel Webb-Crozier.
Productores: Tracy Brimm y Kate Myers, Martina Nyland, Piers Tempest, Eduardo Levy, James Martin.
Productores ejecutivos: David Collins, Paul Martin, David Martin, Cyril Mégret, Samantha Horley, Robert Bevan, Michel Henry, Chris Hunt, Joe Maccarthy, Mark Foligno, Nic Hatch
Diseño de producción: Tom McCullagh.
Compañías productoras: Limelight, High Treason Productions, Board Scannán/Irish Film Board & UK Film Council, Forward Films Productions, asociada con Samson Films& High Teason Producciones. Forward Films, High Treason Productions/Samson Films.
Intérpretes:
Richard Coyle: Ciarán O'Shea,
Ruth Bradley: Lisa Nolan,
Russell Tovey: Smith,
Lalor Roddy: Paddy,
David Pearse: Brian,
Ned Dennehy: Cooney,
Louis Dempsey: Tallig,
Jonathan Ryan: Kenefick,
Stuart Graham: Greg,
Bronach Gallagher: Una,
...
Sinopsis:
Un idílico pueblecito irlandés, Erin, está siendo invadido por monstruos de gigantescos tentáculos. Pronto descubrirán que a las criaturas no les gusta el sabor que les da a las personas el alcohol, con lo que, para enfrentarse a ellas y sobrevivir deberán pasarse la mayor parte del tiempo borrachos.
Lo que se dice.
Tony Valls habla de pasada de esta película, en el contexto del Festival de Sitges de 2012, refiriéndose a él con cuatro generalidades, concluyendo con una afirmación: " es como si a un relato de la Ealing le pones un par de gremlins para animar el cotarro" (1) La prensa angloamericana presta atención a este proyecto presentado en el certamen catalán; Dennis Harvey (Variety) considera el film un producto elegante, con carencias que le impiden ser memorable; Peter Bradshaw (The Guardian) habla de una película simpática y técnicamente impresionante; Matthew Turner ( View London), más allá de sentir la película como divertida, busca referentes en 'Temblores'...
Crítica:
Más allá del interés que pueda existir de envolver el producto con la apariencia de una película de low cost, el desfile de los créditos pone en evidencia que las cosas no son como parecen. Jon Wright consigue recrear el ambiente de ese 'hombre tranquilo' que idealizó John Ford en las películas que connotaban un recuerdo nostálgico de la patria. Esos hombres buenos que se reúnen en la taberna a beber, quizá en exceso, bajo la mirada inquisitiva de sus esposas, cuando sufren una agresión exterior en forma de enorme pulpo, acompañado de sus cachorros, cuyo rostro lo ocupa casi exclusivamente la boca que funciona como una ventosa que traga a los individuos que se sitúan a su alrededor, pegándose a su rostro como lo hacían los retoños de 'Alien'. Mas el descubrimiento de que estos bichos tienen alergia a las víctimas cuya sangre tiene altas dosis de alcohol llena de gozo a la comunidad, que ve como una forma de enfrentarse al peligro que los acecha el ponerse ciegos de todo tipo de bebidas enajenantes hasta caer redondos.
Y esta es, en efecto, la receta, ante unas criaturas de apariencia chapucera, que evocan aquel pulpo del film de Ed Wood, 'La novia del monstruo' (1955), al que en la última secuencia se le estropeó el mecanismo y tan sólo movía un tentáculo, mientras trabajadores anónimos manejaban el bicho para dar la apariencia de que estaba vivo. Esta puesta en escena y la calidad de los monstruos, realizada en 2012, que pone a disposición de proyectos mucho más modestos efectos especiales que dotan de mayor verosimilitud a sus creaciones. Este aspecto, que aproxima la película a otras muchas, no de serie B sino mucho más baratas, que han acabado por convertirse en obras de culto, incrementa la simpatía del film, pero no se puede atribuir a los diálogos y a las situaciones previstas en el guión el que este título se nueva en una medianía atribuíble a sus propias pretensiones. Un film de ciencia-ficción muy particular que se puede ver estos días en el videoclub de ONO.
(1) Crónica de Sitges de 2012. Cinemanía.
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