La llave del mal. Iain Softley.
Ficha técnica, sinopsis, lo que dice la prensa, cartel y trailer (Pinchad aquí).
CRÍTICA.
Ian Softley se introduce en los pantanos de Louisiana, habitados por caimanes, en los que el aislamiento, las dificultades de comunicación entre las mansiones y casas pertenecientes a diferentes estatus, favorecen el refugio de costumbres atávicas que tienen que ver con supersticiones como el budú, que practicaban antiguas comunidades de esclavos que se introducían en estas prácticas como una forma de vengarse de los ultrajes que recibían de la población blanca. El cineasta británico cuenta con un elenco de actores que hoy tienen mucha presencia en las pantallas, -Kate Hudson, Peter Sarsgaard y el desaparecido John Hurt-, que se ponen al servicio de la construcción de una diégesis moderada, convencional, casi canónica, en la que los sustos que intentan recrear un clima de terror apenas dan miedo, y en cuyo decurso hay más de un homenaje al emblemático film de Alejandro Amenábar, 'Los otros' (2001), en los espejos tapados con sábanas, las fotografías de los muertos, etc., pero sin lograr inquietar a los espectadores como lo consiguió el español.
A pesar de todo es un film que se puede ver con cierta complacencia por quienes no soportan las bandas sonoras estridentes y los efectos lovekraftianos apenas presentes, imprescindibles para los amantes del género, al que se le priva incluso del suspense, del miedo que anuncia un título como 'La llave del mal', con un giro final muy forzado que exige cierta predisposición del público para creer estas historias, sensible a dejarse influencias por las supersticiones expuestas sin lirismo ni poética alguna. La mansión y el árbol cuya inmensa rama sirvió para colgar los sogas con las que ahorcaron a los sirvientes evocan la casa en la que intervienen por primera vez el matrimonio de mediums, Ed y Lorraine Warren, en el film que realizó en 2013 James Wan,
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