After the Dark (The philosophers). John Huddles.






ciencia-ficción

Fotografía cedida por BMA House a cinelodeon.com



"LA FILOSOFÍA ES PARA LA VIDA COMO LA MASTURBACIÓN PARA EL SEXO"

APOCALIPSIS SIGNIFICA REVELACIÓN DE LO QUE CUBRE LO QUE NO PUDISTE VER ANTES; MÁS ALLÁ DE LA OSCURIDAD.




Ficha técnica:


Título original: After the Dark (The Philosophers)
País: Estados Unidos.
Año: 2013.
Duración: 100 minutos.

Dirección: John Huddles.
Guión: John Huddles.
Casting: Anne McCarthy, Kellie Gesell.
Dirección de Fotografía: John Radel, A.C.S.
Música: Jonathan Davis, Nicholas O'Toole; supervisión: Ashley Waldron; música adicional: Glen Phillips.
Edición: William Yeh.
Supervisor efectos visuales: John Attard; productor: Andrea Marotti.

Diseño de Vestuario: Shani Gyde,
Responsable de maquillaje y peluquería: Rolf John Kepler.

Productores: George Zakk, Cybill Lui, John Huddle,
Productores ejecutivos: Eddy Sariaatmadja, Balaji Rao,
Diseño de producción: David Ingram.
Compañías productoras: Bankside, An Olive Branch, SCTV,

Intérpretes:


James D'Arcy: Mr. Zimit,
Sophie Love: Petra: Chips,
Freddie Stroma: Jack,
Rhys Wakefield: James,
Bonnie Wright: Georgina,
Jacob Artist: Parker,
George Blagden: Andy: Poppe,
Katie Findlay: Bonnie,
Natasha Gott: Yoshiko,
Taser Hassan: Nelson,
Chanelle Bianca Ho: Mitzi,
Darius Homayoun: Toby
Cinta Laurel Kiehl: Utami,
Melissa Le-Vu: Plum,
Maia Mitchell: Beatrice,
Erin Moriarty: Vivian,
Toby Sebastian: Russell,
Abhi Sinha: Kam
Hope Olaidé Wilson: Omosedé.

Sinopsis:


El Sr. Zimit, profesor de filosofía en una escuela internacional en Yakarta, en el último día de la escuela, desafía a sus alumnos con un ejercicio en el que postula un apocalipsis atómico próximo. Hay un bunker para albergarlos durante un año, pero sólo tiene suministros para diez personas, por lo que sus estudiantes tienen que decidir a quien incluyen y a quien condenan a la desaparición.

El escritor y director John Huddles plantea un ejercicio de ciencia ficción en el último día de un seminario de filosofía en Yakarta, Indonesia, dirigido por un maestro (James D'Arcy) que empuja a sus estudiantes al límite. Sus experimentos de pensamiento, protagonizados por  jóvenes brillantes a cargo de un maestro perverso, son dramatizados para el público y llevados a la gran pantalla. ¿Quién puede vivir en un búnker después de que una explosión nuclear mortal haya devastado el planeta? Prepárese para ver a la clase intentar responder a esta pregunta a través del utilitarismo del arca de Noé, primero al aire libre en los sitios turísticos panorámicos indonesios y luego dentro del búnker implacable. (Nicolas Rapold, Postapocalyptic Survival Stories, www.nytimes.com)

Comentario:


John Huddles es un realizador del que tenemos muy poca información, excepto que es el guionista y director de dos películas anteriores a esta: El barco del señor Spreckman (1996) y La Granja de Sachem (1998). Desde el primer momento el escritor/guionista/cineasta deja bien claro que en la cuestión que va a plantear no es neutral ni equidistante, y que la responsabilidad ante las catástrofes nucleares no es compartida por toda la humanidad por igual, ya que, cualquier ciudadano que use un spray de laca para fijar el cabello, no comete la misma tropelía que quien invade el mar, destrozando la costa, construyendo una casa de grandes dimensiones que le permitirá gozar en exclusiva de unas vistas de la tierra de las que se priva a la mayor parte de la población. ¿Y cómo lo hace? ¿Cómo señala a los responsables? El film comienza con un primer plano de una pareja practicando sexo, mas a medida que se abre el plano y la cámara retrocede los vemos en el centro de una lujos estancia acristalada, que permite que la vegetación la invada por cualquiera de sus muros; cuando la  chica abandona el lugar su compañero queda dormido, y al despertar descubre que llega tarde a clase, en un distinguido colegio de Yakarta; se viste apresuradamente y apenas sale a la calle observamos que su idílica 'habitación' está rodeada de chabolas, que apenas merecen el nombre de casas, que se alinean a lo largo de calles populosas, llenas de menesterosos y de vehículos entre los que abundan los famosos tuc-tucs, que no son otra cosa que viejas bicicletas con un revestimiento que les da apariencia de depauperado automóvil de reducidas dimensiones. En tan miserable lugar, el poderoso puede disfrutar de unas comodidades que le están vedadas en sus diferentes  países de origen.

El profesor los pondrá en una situación límite en la que tendrán que demostrar, en un ejercicio final de carácter ficticio, que alterna sus imágenes en la pantalla con la realidad, que han entendido bien las lecciones que han recibido, y que gira en torno a bloques filosóficos fundamentales:  el 'Mito de la Caverna' de Platón y su concepción de la República ( la res publica latina) así como las reflexiones de otros filósofos de la antigüedad en torno a cómo se organizan los hombres, añadiendo condiciones que no se daban cuando estos sabios formularon sus teorías. Luego veremos que su intervención en esta reflexión no ni casual ni desinteresada, aunque no sólo él es el culpable, ya que su empoderamiento se basa exclusivamente en la edad. Les demostrará en la persona del joven del que hemos hablado al principio, que su ignorancia y su ofuscación dentro de la caverna, se debe a que ha estado encadenado a sus privilegios, a la felicidad; las sombras son para él hermosas formas y los ecos son los del éxito, una quimera que le hace creer que  las cosas son realmente así para la mayor parte de la sociedad.

Para seguir con su juego, que lo lleva a una terrible conclusión, introduce en una caja una serie de roles sociales, que, más o menos se corresponden con las tres clases que imagina Platón en su República ideal, dado que la sociedad debe existir para satisfacer las necesidades de los hombres, que no son ni independientes ni autosuficientes y que tienen diferentes capacidades y habilidades. En esa sociedad ideal deben existir todo tipo de trabajadores:granjeros, carpinteros, labradores, herreros, que garanticen que no se produzcan carestías de elementos necesarios para la vida. Añade Sócrates que la sociedad debe atender, para no ser demasiado dura, otras necesidades más espirituales: el arte, la poesía y la diversión en general que hace feliz al hombre. Pero recordemos que estamos en una situación límite, en la que no hay espacio para la lírica.

A medida que la sociedad se desarrolla hacen falta no sólo personas que produzcan, los artesanos, los poseedores de la riqueza, sino guerreros y gobernantes, funcionarios que deben mantener el orden. El profesor añade una papeleta más, que distribuye al azar y que hace alusión a la orientación sexual, nuevas y viejas enfermedades, esterilidad, e inclinaciones artísticas. Los poseedores de estas deficiencias que los debilitan no pueden ser seleccionados para permanecer en el búnker, ya que quienes se salven deben garantizar también la salvación de la especie humana y no pueden ser estériles, ni entretenerse con los de su mismo sexo o con actividades improductivas. 'Creemos lo que sentimos, no lo que somos, una ensoñación que junta a la gente con argumentos apasionados, aunque las ideas que gobiernan al grupo no sean buenas.'

¿A dónde nos dirige este discurso? El profesor entenderá al final que en una situación límite se prescinde de la educación, es decir de él; la clase media, la que se decanta por profesiones liberales relacionadas con el progreso, el desarrollo o el alimento del espíritu no tiene cabida entre los miembros de la clase alta, que optan por profesiones 'artesanales', de rango universitario o de una cualificación más baja relacionada con la praxis y no tanto con la teoría. La joven Petra, como una Mesalina de alto standing alimenta las ilusiones de su joven compañero y del profesor que roza los cuarenta, pero al final se inclinará por la juventud y el dinero, después de entender que su revolución en pro del triunfo de las artes es baldía, que no tiene cabida en una nueva sociedad que, sustentada en el desarrollo tecnológico, está devolviendo a las masas a la Edad Media, por lo que prefiere rezar a un Dios cualquiera con sus elitistas compañeros, que militar en las diferentes opciones que han marginado al profesor y lo han condenado constantemente al ostracismo, dejando que lo devoraran los perros o se pudriera en el fondo de una cueva.

Es una lástima introducir datos pragmáticos en este mundo ideal, pero si podemos afirmar que, en contra de la música que procede de los cantos de sirena, la desaparición de la clase media no es casual, sino que forma parte del proyecto del nuevo demiurgo social, al que le sobran los homoxesuales, los débiles y los artistas, mientras que protege a todos los que garanticen su bienestar: carpinteros, jardineros, agricultores, albañiles, arquitectos. ingenieros y todos los que den forma a sus exigencias. Cuando Mr. Zimit comprende esta realidad le quedan pocas opciones: pasar de todo y comerse un sandwich, llorar, o... Cada cual que saque sus consecuencias.

Podéis ver el film en Youtube.



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