Potiche. Mujeres al poder. François Ozon
Imagen propiedad de Juanma Pastor, Tanja Fushberger y Rosa Labrandero
LA DESLOCALIZACION Y EL DESPIDO VERSUS LA INOVACIÓN DE LA PRODUCCIÓN MEDIANTE LA INVERSIÓN EN I+D, EN UN CONTEXTO DE REVOLUCIÓN SOCIAL DE LAS COSTUMBRES
Ficha técnica:
Título original: Potiche.
País: Francia.
Año: 2010.
Duración: 99 minutos.
Género: Comedia de género.
Dirección: François Ozon.
Guión: adaptado de la pieza de Barillet & Grédy.
Casting: Sarah Teper, a.r.d.a.; Leya Fournier; Bélgica: Michaël de Nijs.
Dirección de Fotografía: Yorik Le Saoux.
Música:Philippe Rombi.
Jefe de montaje: Laure Gardette.
Jefe de decoración: Katin Wyszkop.
Diseñador de vestuario: Pascaline Chavanne.
Maquillaje y peluquería: cada actor imortante lleva el suyo.
Productores: Eric & Nicolas Altmayer
Director de producción: Pierre Wallon.
Compañías: Mandarin Cinéma,en coproducción con Foz, France2 Cinéma, Mars Films, Wild Bunch, Scope Pictures, con la colaboración de Canal+ , TPS Star, France Télévisions y la Région Wallonne, asociada con la Banque Postale Image3, Cofinova6, Cinémage4, Soficinéma 6; Mars Distribution.
Intérpretes:
Catherine Deneuve: Suzanne Pujol.
Gérard Depardieu: Maurice Babin,
Fabrice Luchini: Robert Pujol,
Karin Viard; Nadège,
Judith Godrèche: Juelle Pujol,
Jérémie Rénier: Laurent Pujol.
Sinopsis oficial.
Sainte-Gudule, norte de Francia, 1977. Suzanne es una mujer consagrada a su hogar y su familia, y sometida al acomodado industrial Robert Pujol. Robert dirige con mano de hierro su fábrica de paraguas y tiene un comportamiento desagradable y déspota tanto con los obreros como con sus hijos y con Suzanne, a la que considera tan sólo una mujer florero. Después de una huelga y del secuestro de su marido, ella tiene que asumir la dirección de la empresa y, para sorpresa de todos, se revela como una mujer inteligente, capacitada y decidida. Pero cuando Robert vuelve a casa, en plena forma después de una cura de reposo, la situación se complica... Todo ello, en una deliciosa clave de humor.
2011. Premios BAFTA: nominada a mejor película de habla no inglesa.
2011: Premios de Cine Europeo. Nominada a Premio del Público.
Hay algo en la crítica de Luís Martínez para el diario 'El Mundo' que nos duele: la forma despectiva con que se refiere a la Sra. Pujol, interpretada con brillantez por Catherine Deneuve, unas expresiones que, afortunadamente han desaparecido en la Wikipedia, es decir del diccionario de las nuevas generaciones [1]: "Un rica burguesota se ve obligada un buen día a hacerse cargo de la fábrica familiar. El rigor de su marido, refractario a las reivindicaciones de los empleados, amenaza con terminar en revolución. Lo que sigue es un entretenido y jovial discurrir de infidelidades, traiciones y frenesís. Es decir, un simpático manguerazo a la cara del espectador." ( con lo del manguerazo se refiere a la sinopsis de 'El regador regado', la primera película cómica de la historia del cine de los Hermanos Lumière ) [2]. Lo que molesta no radica tanto en la definición de burguesa, aplicada a la esposa de un fabricante de paraguas, que lo es, sino en el sufijo -ota, totalmente despectivo aplicado a una mujer que, desde su clase social, ha cumplido con el deber de educar a sus hijos, de acuerdo con las costumbres de la época, duerme en habitación separada, y ocupa su tiempo en el cuidado del jardín, el punto de cruz y la escritura de poemas cursis, también según la moda de los escritores mediocres del momento. Mas cuando instale su matriarcado demostrará de qué es capaz, y en lugar de la mujer ociosa que escribe horribles poesías, surge una buena negociadora, sensible, abierta a la innovación, que, desde luego, ni es un florero, ni forma parte del decorado. No en balde es una comedia de François Ozon. Claro que los listos de la época, la avanzadilla de los neocom, comenzaban por aquel entonces (1978) a predicar la deslocalización que caracterizó la globalización y el desarrollo de los paraísos fiscales que han provocado la crisis más grande que ha conocido el capitalismo, con la misma ceguera que ha precedido a las clases dominantes, en todas las transiciones económicas, causadas por el desarrollo de la ciencia y que hasta el momento se han resuelto con revoluciones que han acabado derribándolas y dando paso a las nuevas clases emergentes. Como dice el hijo de Madame Pujol, la época del empresario paternalista, figura central del capitalismo heróico ha terminado y hoy (por ayer) para triunfar "hay que ser un cerdo" que se rige por el capitalismo y el liberalismo salvajes ". Se estaban sentando las bases del sistema que domino el final del siglo XX e hizo crack en 2008, aunque la combinación del momento histórico con el diseño del vestuario y la edad de los actores descoloca bastante.
El fin ha sido bien valorado e incluso Carlos Boyero, el enfant terrible, le concede que, a pesar de tener como precedente " la lamentable comedia 8 Mujeres, (también dirigida por François Ozon) , comienza alarmantemente con el mismo estilo cursi y envarado que esta, pero se va arreglando poco a poco y termina siendo una cínica y aceptable farsa."No obstante, siempre nos da la impresión de que la gente lee las tapas de los libros y no hace incursiones en sus páginas, ya que, apenas han pasado unos minutos de película, la burguesa adocenada, al menos en apariencia, se va soltando, va recuperando un pasado acorde con los jóvenes que lideraron la revolución de los años 60, y que en 1978 tendrían en torno a los 40 o 50 años, que practicaron un sexo más libre del que confesaban, educaron con libertad a sus hijos, y, al menos ella, aceptó con naturalidad que su vástago, de sensibilidad más creativa que tecnológica, pudiera ser bisexual, y su hija, hija del mismo padre y la misma madre, estuviera casada con un liberal, reprodujera los clichés del pasado, los que criticaba a su madre a la que traicionó, se recluyera en casa para defender a sus hijos, y como buena esposa se convierta en el ariete ideológico de su marido, defendiendo las teorías neocom, la deslocalización y el despido masivo de trabajadores, aunque ello supusiera derrocar a su propia madre, mucho mejor dotada que su progenitor.
Trabajar, fumar e ir a la moda no siempre significan un progreso material e intelectual de las mujeres. Con una discreción y elegancia mayúsculas, y un savoir faire que se ha ido asentando en el desarrollo de la profesión, emulando, en cierta medida la screwball norteamericana, pero dotándola de un fino sentido político, Ozon va mostrando cómo Madame Pujol va cambiando en el proceso en el que pasa del ámbito privado del hogar, del cuidado de los suyos, a integrarse en el sistema productivo (magnífica cuando se pone todas sus joyas para reunirse por primera vez con los obreros de la fábrica, y al ser recriminada por su hijo y el Alcalde comunista, contesta que es justo que los trabajadores las vean, ya que si no fuera por ellos no las tendría). A medida que se integra en el mundo laboral, la mujer no solo demuestra que un constructo matriarcal es posible, sino que va cambiando incluso en la forma de vestir y peinarse, elegante y femenina, pero estilizada y libre de corsés, que la hacen aparecer como una mujer que se acerca al look de los trabajadores de 1978 en que se contextualiza el film, algunos de ellos de cabellos largos, modos desenfadados, casuales diríamos ahora, y dispuesta a escuchar a quienes trabajan para ella. Cuando la avaricia y la soberbia la descabalgan, demuestra que quien ha probado la libertad ya no puede volver a ser esclava. Ozon no cae en la demagogia y no la convierte en Rosa Luxemburgo, pero si en una empresaria primero, y una política después, mucho más moderna, innovadores y cercana a quienes colaboran en su proyecto que los hombres de su nivel económico, lo que no es poco. Poco a poco el espectador irá descubriendo que en esa 'burguesota', como la llama Luís Martínez se esconde una auténtica librepensadora, que siempre ha actuado, al menos en el terreno más íntimo de forma coherente. Una mujer a la que no escandaliza ni el aborto, ni el incesto. Finalmente dará el salto definitivo, amenazará constantemente con el divorcio legal y se mostrará dispuesta a funcionar, sin grandes rupturas, de acuerdo con su edad. El encuentro con una votante en la calle, una pobre mujer que ha tenido once hijos, demuestra que hay barreras más fuertes que las del género. Algo que tienen muy claro los seminarios feministas.
Jordi Costa, tras introducir unas cuantas notas eruditas (Emmène-moi danser ce soir, un éxito de 1978 de Michèle Torr (...), un tema musical que hoy se revela una auténtica joya del kitsch o que Potiche adapta una obra teatral estrenada en 1980 por Pierre Barillet y Jean-Pierre Grédy ) culmina afirmando que :"Si Ozon ha querido usar la pieza de Barillet y Grédy para hablar en clave del pulso Nicolas Sarkozy-Ségolène Royal o si cree firmemente en que un orden matriarcal puede ser más humano y suave que el patriarcado, no importa tanto como el placer que proporciona sumarse a su verbena. Este crítico solo lamenta que Louis de Funès no haya vivido bastante para encarnar al colérico y ridículo Robert Pujol." [3] Hay más información en el título que en todo el artículo; al fin y al cabo no hay tanto problema en hablar de aquellos sistemas que nos rigen y las alternativas a que aspiramos; el mundo que representa Suzanne es mucho más gratificante y eficaz que el de su prejuicioso y anticuado marido. Su objetivo político más claro, con el que termina el film es volver a la era del matriarcado y el poder de las Amazonas. "
[1] Cuando se habla con desprecio de la Wikipedia, comparando el esfuerzo de los usuarios con el de los enciclopedistas, se suele olvidar la rapidez de actualización de la red,que contiene datos que no están en ningún diccionario clásico. Hoy muere un personaje y apenas se conoce la noticia, se incorpora en su perfil. Nadie, ni en el mundo académico, ni fuera de él, puede renunciar a este medio.
[2] Deneuve, imperial. Diario 'El Mundo'.
[3] Diario 'El País',8 de septiembre de 2010, en 'Preciosa carta de Scorsese a Kazan.
[3] Elloco, loco fin del patriarcado. Diario 'El País, 25 de marzo de 2011.
Premios:
2011. Premios BAFTA: nominada a mejor película de habla no inglesa.
2011: Premios de Cine Europeo. Nominada a Premio del Público.
Críticas y comentario:
Hay algo en la crítica de Luís Martínez para el diario 'El Mundo' que nos duele: la forma despectiva con que se refiere a la Sra. Pujol, interpretada con brillantez por Catherine Deneuve, unas expresiones que, afortunadamente han desaparecido en la Wikipedia, es decir del diccionario de las nuevas generaciones [1]: "Un rica burguesota se ve obligada un buen día a hacerse cargo de la fábrica familiar. El rigor de su marido, refractario a las reivindicaciones de los empleados, amenaza con terminar en revolución. Lo que sigue es un entretenido y jovial discurrir de infidelidades, traiciones y frenesís. Es decir, un simpático manguerazo a la cara del espectador." ( con lo del manguerazo se refiere a la sinopsis de 'El regador regado', la primera película cómica de la historia del cine de los Hermanos Lumière ) [2]. Lo que molesta no radica tanto en la definición de burguesa, aplicada a la esposa de un fabricante de paraguas, que lo es, sino en el sufijo -ota, totalmente despectivo aplicado a una mujer que, desde su clase social, ha cumplido con el deber de educar a sus hijos, de acuerdo con las costumbres de la época, duerme en habitación separada, y ocupa su tiempo en el cuidado del jardín, el punto de cruz y la escritura de poemas cursis, también según la moda de los escritores mediocres del momento. Mas cuando instale su matriarcado demostrará de qué es capaz, y en lugar de la mujer ociosa que escribe horribles poesías, surge una buena negociadora, sensible, abierta a la innovación, que, desde luego, ni es un florero, ni forma parte del decorado. No en balde es una comedia de François Ozon. Claro que los listos de la época, la avanzadilla de los neocom, comenzaban por aquel entonces (1978) a predicar la deslocalización que caracterizó la globalización y el desarrollo de los paraísos fiscales que han provocado la crisis más grande que ha conocido el capitalismo, con la misma ceguera que ha precedido a las clases dominantes, en todas las transiciones económicas, causadas por el desarrollo de la ciencia y que hasta el momento se han resuelto con revoluciones que han acabado derribándolas y dando paso a las nuevas clases emergentes. Como dice el hijo de Madame Pujol, la época del empresario paternalista, figura central del capitalismo heróico ha terminado y hoy (por ayer) para triunfar "hay que ser un cerdo" que se rige por el capitalismo y el liberalismo salvajes ". Se estaban sentando las bases del sistema que domino el final del siglo XX e hizo crack en 2008, aunque la combinación del momento histórico con el diseño del vestuario y la edad de los actores descoloca bastante.
El fin ha sido bien valorado e incluso Carlos Boyero, el enfant terrible, le concede que, a pesar de tener como precedente " la lamentable comedia 8 Mujeres, (también dirigida por François Ozon) , comienza alarmantemente con el mismo estilo cursi y envarado que esta, pero se va arreglando poco a poco y termina siendo una cínica y aceptable farsa."No obstante, siempre nos da la impresión de que la gente lee las tapas de los libros y no hace incursiones en sus páginas, ya que, apenas han pasado unos minutos de película, la burguesa adocenada, al menos en apariencia, se va soltando, va recuperando un pasado acorde con los jóvenes que lideraron la revolución de los años 60, y que en 1978 tendrían en torno a los 40 o 50 años, que practicaron un sexo más libre del que confesaban, educaron con libertad a sus hijos, y, al menos ella, aceptó con naturalidad que su vástago, de sensibilidad más creativa que tecnológica, pudiera ser bisexual, y su hija, hija del mismo padre y la misma madre, estuviera casada con un liberal, reprodujera los clichés del pasado, los que criticaba a su madre a la que traicionó, se recluyera en casa para defender a sus hijos, y como buena esposa se convierta en el ariete ideológico de su marido, defendiendo las teorías neocom, la deslocalización y el despido masivo de trabajadores, aunque ello supusiera derrocar a su propia madre, mucho mejor dotada que su progenitor.
Trabajar, fumar e ir a la moda no siempre significan un progreso material e intelectual de las mujeres. Con una discreción y elegancia mayúsculas, y un savoir faire que se ha ido asentando en el desarrollo de la profesión, emulando, en cierta medida la screwball norteamericana, pero dotándola de un fino sentido político, Ozon va mostrando cómo Madame Pujol va cambiando en el proceso en el que pasa del ámbito privado del hogar, del cuidado de los suyos, a integrarse en el sistema productivo (magnífica cuando se pone todas sus joyas para reunirse por primera vez con los obreros de la fábrica, y al ser recriminada por su hijo y el Alcalde comunista, contesta que es justo que los trabajadores las vean, ya que si no fuera por ellos no las tendría). A medida que se integra en el mundo laboral, la mujer no solo demuestra que un constructo matriarcal es posible, sino que va cambiando incluso en la forma de vestir y peinarse, elegante y femenina, pero estilizada y libre de corsés, que la hacen aparecer como una mujer que se acerca al look de los trabajadores de 1978 en que se contextualiza el film, algunos de ellos de cabellos largos, modos desenfadados, casuales diríamos ahora, y dispuesta a escuchar a quienes trabajan para ella. Cuando la avaricia y la soberbia la descabalgan, demuestra que quien ha probado la libertad ya no puede volver a ser esclava. Ozon no cae en la demagogia y no la convierte en Rosa Luxemburgo, pero si en una empresaria primero, y una política después, mucho más moderna, innovadores y cercana a quienes colaboran en su proyecto que los hombres de su nivel económico, lo que no es poco. Poco a poco el espectador irá descubriendo que en esa 'burguesota', como la llama Luís Martínez se esconde una auténtica librepensadora, que siempre ha actuado, al menos en el terreno más íntimo de forma coherente. Una mujer a la que no escandaliza ni el aborto, ni el incesto. Finalmente dará el salto definitivo, amenazará constantemente con el divorcio legal y se mostrará dispuesta a funcionar, sin grandes rupturas, de acuerdo con su edad. El encuentro con una votante en la calle, una pobre mujer que ha tenido once hijos, demuestra que hay barreras más fuertes que las del género. Algo que tienen muy claro los seminarios feministas.
Jordi Costa, tras introducir unas cuantas notas eruditas (Emmène-moi danser ce soir, un éxito de 1978 de Michèle Torr (...), un tema musical que hoy se revela una auténtica joya del kitsch o que Potiche adapta una obra teatral estrenada en 1980 por Pierre Barillet y Jean-Pierre Grédy ) culmina afirmando que :"Si Ozon ha querido usar la pieza de Barillet y Grédy para hablar en clave del pulso Nicolas Sarkozy-Ségolène Royal o si cree firmemente en que un orden matriarcal puede ser más humano y suave que el patriarcado, no importa tanto como el placer que proporciona sumarse a su verbena. Este crítico solo lamenta que Louis de Funès no haya vivido bastante para encarnar al colérico y ridículo Robert Pujol." [3] Hay más información en el título que en todo el artículo; al fin y al cabo no hay tanto problema en hablar de aquellos sistemas que nos rigen y las alternativas a que aspiramos; el mundo que representa Suzanne es mucho más gratificante y eficaz que el de su prejuicioso y anticuado marido. Su objetivo político más claro, con el que termina el film es volver a la era del matriarcado y el poder de las Amazonas. "
[1] Cuando se habla con desprecio de la Wikipedia, comparando el esfuerzo de los usuarios con el de los enciclopedistas, se suele olvidar la rapidez de actualización de la red,que contiene datos que no están en ningún diccionario clásico. Hoy muere un personaje y apenas se conoce la noticia, se incorpora en su perfil. Nadie, ni en el mundo académico, ni fuera de él, puede renunciar a este medio.
[2] Deneuve, imperial. Diario 'El Mundo'.
[3] Diario 'El País',8 de septiembre de 2010, en 'Preciosa carta de Scorsese a Kazan.
[3] Elloco, loco fin del patriarcado. Diario 'El País, 25 de marzo de 2011.
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