Al filo del mañana. Comentario.
Ficha técnica, sinopsis, crítica, cartel. (Pinchad aquí)
Comentario.
Doug Liman se adentra en el género de ciencia-ficción con escasa fortuna, por mucho que haya intentado emular, tanto en la forma como en el fondo, el film que realizó en 2011 el cineasta británico, hijo de David Bowie, Duncan Jones, Source Code (2011), basándose en la novela 'All You Need Is Kill' de Hiroshi Sakurazaka, sin el mordiente ni la trascendencia del subtexto del inglés. Es sobre todo en la estructura del relato en lo que coinciden ambas películas, en sus referentes clásicos, ya sea Rashomon de Akira Kurosawa, Atrapado en el tiempo de Harold Ramis o Dos vidas en un instante de Peter Howitt, clásicos de la narración cíclica.
Tras una secuencia inicial en la que el protagonista, el Teniente Coronel Cage, que está al frente de la información del ejército de los Estados Unidos, comenta en la pequeña pantalla una mortífera invasión de alienígenas, realizando un ejercicio ya manido de hipertexto, en el que, en teoría, y con el objetivo de dar un mayor realismo a su historia, se muestran periodistas 'reales' (en uno de ellos vemos a una joven Hilary Clinton), mezclados con otros claramente ficticios, entre ellos aquel en el que es Tom Cruise el informador. El oficial que jamás había participado en un combate tiene un sueño recurrente en el que se ve trasladado a la fuerza por un militar al mismo frente, para combatir con un cuerpo especial que se protege con un exotraje, con el que no sólo es imposible andar, sino enfrentarse a una simple cucaracha. La funda en la que se envuelven los soldados lleva todo tipo de armamento, tan pesado como imposible.
Cada vez que el alter ego de Cage reinicia su pesadilla, tras un aparente despertar, va aprendiendo a batallar dentro de esa armadura, -que ríete de la del Rey Arturo -, gracias al adiestramiento a manos de una guerrera, Rita Vrataski, interpretada por Emily Blunt, una mujer que en la vida real anuncia en los autobuses el fastuoso uniforme y que, tiempo atrás, había sufrido un proceso biológico igual al que afectaba al hombre que soñaba y moría cada noche. Al margen de la pesadez que transmite este ejército de 'transformers', al comienzo del film sientes cierta satisfacción ante el hecho de que los extraterrestres, que parecen arbustos, no se hayan concebido a imagen y semejanza del hombre, pero al fin todo acaba torciéndose y la sombra del alien que concibió Ridley Scott se va haciendo cada vez más alargada, a medida que conocemos al alfa y el omega de estas criaturas.Por otro lado, el hombre es incapaz de imaginar algo que no haya visto nunca, y, aun en el supuesto de que los arbustos hubieran quedado como tales, sus patrones de actuación son absolutamente humanos. Los aliens siguen a un líder y si éste desaparece sus ejércitos sucumben con él. Una metáfora de los ejércitos totalitarios también muy manida.
Lo único que salva este film, realizado con grandes recursos y muy poca inteligencia por Doug Liman, es que, consciente de su falta de imaginación ( o no ), no se toma en serio a sí mismo.
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