Un amour de jeunesse. Mia Hansen-Love.
Ficha técnica:
Título original: Un amour de jeunesse.
País: Francia-Alemania
Año: 2011.
Duración: 110 minutos.
Guión y Dirección: Mia Hansen-Love.
Dirección de Fotografía: Stéphane Fontaine, en color.
Música:
Dirección artística: Mathieu Menut.
Montaje: Marion Monnier.
Productores: Philippe Martin y David Thion.
Producción: Les Films Pelléas, Arte France Cinéma, Rhône-Alpes Cinéma, Jouror Productions, Razor Filmproduktion, WDR/Arte.
Intérpretes:
Lola Créton: Camille,
Sebastian Urdendowsky: Sullivan,
Serge Renko: padre de Camille,
Özay Fecht: madre de Sullivan,
Louis Dunbar: amigo,
Arnaud Azoulay: hermano de Camille,
François Buot: profesor de historia.
Sinopsis:
Un amour de jeneusse completa la trilogía sobre el iniciación y el tránsito hacia la madurez, tras Tout est pardonné y Le père de mes enfants. En la nueva entrega Camille, (Lola Creton), es una adolescente atrapada en un amor fou a edad muy temprana y transida por una pasión casi enfermiza, que nace en la primavera de 1999, en la que la joven de quince años se enamora de Sullivan, (Sebastian Urdendowsky), de 19 años, que debe partir a Sudamérica dejándola sola y desesperada. Años después, Camille, que forma una pareja estable con Lorenz, (Magne-Hàvard Brekke), volverá a encontrarse con Sullivan.
Comentario:
El film de Mia Hansen-Loe viene avalado por la influencia de algunas personalidades destacadas de la Nouvelle Vague como Eric Rhomer y por su mentor Olivier Assayas (Carlos, 2010, Las horas del verano,2008...), y la huella de Gustave Flaubert en La educación sentimental,que en un momento de renacimiento con fuerza del cine francés no carece de interés para los cinéfilos francófonos, que la directora favorece con una narrativa contenida, un estilo visual sobrio, cercano al registro documentalista de tradición francesa. El resultado es una película naturalista, hecha de pequeños gestos, miradas y situaciones sencillas que exploran, sin pretensión de invadir más allá de lo que la superficie de las cosas puede llegar a entregar a las cámaras, el dilema emocional al que está sometida no solamente la protagonista del film sino el resto de los personajes (Anna Petrus. Dirigido por...Mayo, 2012).
La crítica resalta esta vuelta a los principios de la Nouvelle Vague y la frescura de una realizadora que narra esta historia de amor sin melodrama ni ñoñería, utilizando los recursos cinematográficos para transmitir la duración en el tiempo de las pasiones de la juventud:: cuando Camille y Sulllivan se reencuentran están encerrados en sus cuerpos adolescentes, y realizan su amor ante las cámaras de forma no del todo libre, pues pesa sobre ella el sentimiento de culpa del adulterio,que marca el principio del fin de una pasión.
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