Diario de la calle. Richard LaGravenese.
Ficha técnica:
Título original: Freedom Writers.
País: Estados Unidos.
Año: 2007.
Duración: 123 minutos.
Dirección: Richard LaGravenese.
Guión: Richard LaGravenese, basado en el libro Freedom Weiters de Erin Gruwell.
Dirección de Fotografía: Jim Denault.
Música: Mark Isham, RZA.
Editor: David Mortiz.
Diseño de Vestuario: Cindy Evans.
Productores: Danny DeVitto, Michael Shamberg, Stacey Sher.
Productores ejecutivos: Hilary Swank, Tracey Durning, Nan Morales, Dan Levine.
Diseño de producción: Laurence Bennett
Compañías. Productoras: Paramount Pictures, MTV Films, Jersey Films.
Intérpretes:
Sinopsis:
Año 1994. Gruwell (Hilary Swank) es una joven profesora recién licenciada que empieza a dar clases de lengua en un instituto de Long Beach, California. Sus alumnos, que viven en barrios marginales, están marcados por la violencia de las bandas. Después de un mal comienzo, descubre cómo ganarse su respeto y confianza y cómo ayudarles a cambiar: les habla de Ana Frank y de otros adolescentes, menos afortunados que ellos, que vivieron grandes tragedias y escribieron sobre ellas.
Críticas:
Simplemente asistiendo a la proyección de este film en cualquier soporte todos los que, aunque sea de vez en cuando, leen alguna crítica, conocen de antemano las objeciones de la crítica convencional y al uso, porque el film de LaGravenese, el realizador nacido en Brooklyn en 1969, conocido por haber escrito el guión de 'El rey pescador', un film dirigido por Terry Gilliam en 1991. Se acusa a la película de sensiblera, de salvarse merced a la impronta que deja en ella LaGravenese (¡es el director!), un entretenimiento para todos gracias al buen hacer de Hilary Swank. Pero sólo un crítico del momento acierta en parte del análisis: Antonio Weinrichter da en el clavo parcialmente cuando afirma que "esta bien recordar de vez en cuando que las batalla de verdad no se da en las galaxias ni entre los espartanos machotes, sino en el mucho más relevante ámbito de los pupitres.
Pero esta es sólo una pequeñísima parte del universo que intenta abarcar el film dirigido y guionizado por LaGravenese, basado en el libro Freedom Weiters de Erin Gruwell, y el resultado es la desesperanza, la imposibilidad de arreglar el mundo desde el magisterio y la dirección de un aula, un tratamiento de un tema muy complejo en el que el cineasta se equivoca profundamente, por cuestiones de clase y de desconocimiento del magisterio. El film abarca el origen, la raza, la igualdad entre hombres y mujeres, la solidaridad, a veces criminal, de los más pobres que se ven obligados a participar en vendettas familiares, al tiempo que olvida que existe una gran línea divisoria en la concepción de la la educación desde la la base, casi desde el parvulario, que impone que unos sean educados para mandar (un paradigma muy conocido es el de los colegios anglosajones en los que se impone una severa disciplina a los alumnos hasta arrancarles cualquier sentimiento de solidaridad que vaya contra la persecución del beneficio propio), y otros para obedecer, y que es muy peligroso generar expectativas en los jóvenes, sin oportunidades, que sean imposibles de alcanzar. Claro que el film se centra en un hecho particular, un hecho 'real', 'los escritores libres' que educó una profesora, matizando que muchos (no todos) fueron a la Universidad. ¿Qué pasó con los otros? ¿siguieron muriendo en las calles, como soldados de la calle en una guerra sin cuartel entre bandas raciales? "No importa lo que yo quiera, no por eso va a pasar", le advierte el marido, cuya posición económica no le ha permitido acabar sus estudios y licenciarse en arquitectura, una profesión para la que está bien dotado. El resultado será la formación de una brecha entre la pareja, que se ensancha cuanto más se entrega ella a la profesión.
Pero el epílogo va mucho más allá: "Siguiendo a algunos de sus alumnos la "profe" dejó Wilson para dar clase en la Universidad Estatal de California, en Long Beach". El diario de los escritores por la libertad se publicó en 1999; Erin Gruwell y los escritores por la libertad crearon la fundación 'Escritores por la libertad', dedicada a recrear el éxito del aula 203 por Institutos de todo el País, una experiencia que permitió que los alumnos que participaron en la experiencia fueran los primeros de su familia en ir a la Universidad. ¿El escepticismo ante estos proyectos significa que no se deben hacer? En absoluto. Hay un hecho que se da en el film y que adquiere un carácter subliminal, aunque notorio para el buen observador: sólo un joven blanco asiste a este aula multirracial; por supuesto no pertenece a bandas, no ha visto morir a amigos, no ha estado en un correccional, pero hace casi las mismas cosas que hacen todos los jóvenes, pertenecientes a cualquier tribu: sabe donde comprar droga, oye música de RZA, viste de forma tan informal como ellos, y tiene unos padres valientes que no temen, como hace la mayoría, que sus hijos se contagien por convivir con el mundo complejo y variopinto en el que se van a integrar tan pronto salgan del Instituto. Ésta es la verdadera batalla que se libra cuando se habla de libertad de educación: cobrar del estado para formar ghettos, muy negativos socialmente y que, en definitiva crea las mismas expectativas falsas que denuncia Robert Mandel en 'El sustituto' (1996),
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