The Host (La huésped) .2013. Comentario



Imagen cedida por BMA House a cinelodeon.com



Ficha técnica, sinopsis, crítica. trailer. (Pinchad aquí)

Comentario:

Andrew Niccol, autor de  'El Señor de la guerra' (2005) y Gattaca (1997), nacido en Nueva Zelanda en Paraparaumu, comenzó su carrera cinematográfica en Londres, dirigiendo spots publicitarios hasta que Scott Rudin se interesó por su guión 'El show de Truman' (1998), aunque el productor prefirió encargar la dirección de la película a un realizador con prestigio como Peter Wier, y Niccol tuvo que esperar su ocasión, una oportunidad que le llegó con Gattaca de cuyo guión y dirección fue el responsable absoluto. Ahora nos presenta una película sobre la tolerancia y la intolerancia, la uniformidad frente a la diversidad, la guerra y la paz de los cementerios, el control de la población por las clases dominantes, que no basan su poder en el dinero sino en la supuesta superioridad genética, emblematizada en este caso por unos seres que no son de este planeta. Un guión complejo que no fue bien acogido por la crítica, que tampoco supo expresar la razón de su disgusto de forma clara. Para Jordi Costa " parece más el esbozo de una mitología que su texto fundacional, pero el talento de Andrew Niccol –sin duda, digno de mejor causa– logra que su elegante envoltorio no parezca rutinario."

En los primeros minutos de  la película, en cuyos fotogramas se inscriben los créditos de las compañías productoras, una voz en off nos ubica en un tiempo y un lugar imaginario del futuro en el que el mundo ha cambiado su faz: no hay guerra, ni pobreza, ni deterioro del medio ambiente, cuyo lugar ha sido ocupado por la cortesía, la amabilidad y la bondad. Pero este cambio no ha sido gratuito, ya que la raza humana se ha extinguido prácticamente y ha sido sustituida por una especie alienígena que resulta inquietante y amenazadora, una metáfora que evoca el espíritu de la novela de 'El Vizconde demediado' de Italo Calvino, que reflexiona en torno a la posibilidad de que toda la bondad se refugie en una parte del cuerpo y toda la maldad en la otra. Finalmente la parte más saludable resulta ser mucho más perniciosa.

Mas enseguida el guión se retuerce y la premisa en la que se basa todo el argumento de esta historia es un tanto confusa. Cada vez que los buscadores apresan a un miembros de la resistencia humana, con sus vicios y sus virtudes, sus filias y sus fobias, lo convierten en uno de los suyos, un individuo aséptico y bondadoso, insuflándoles un alma, un huésped que habita en su interior, Pero algo ha salido mal en la transformación de Melanie Stryd, interpretada por Saoirse  Ronan, y  su espíritu primitivo se ha resistido a convertirse en uno de los invasores; como resultado en su ser conviven ambas naturalezas, la humana y la extraterrestre. Pero su alter ego no es su doppelgänger para ella, su otredad, su gemelo malvado o su bilocación, aunque sí hay algo de esto en el film, pues el personaje encarnado por Diane Kruger, una buscadora eficaz, plantea a su presa la posibilidad de ocupar su cuerpo y dejar el propio aguardándola, privado del alma, como si se tratara de un vestido, hasta que cumpla su misión, si bien su esencia inmaterial  no puede ocupar ambos cuerpos a la vez.En Melanie se  mantiene un diálogo constante entre sus dos voces. Todos deben estar controlados y todos deben aceptar la bondad del bienestar que se les dona graciosamente. Los nuevos tiempos exigen erradicar los vicios de los hombres en el pasado que los condujeron a un mundo contaminado, corrupto; los nuevos habitantes se diferencian de los antiguos en un detalle externo y muy visible: el color azul de los ojos, un rasgo elegido al azar que podía haber sido sustituido por otro cualquiera que marcara la diferencia.

Pero Niccols desbarra a medida que va profundizando en la caracterización de los personajes y añade a la compleja trama la cuestión amorosa del todo ininteligible: Melanie está prisionera en su propio cuerpo que ha sido modificado y adaptado a la especie dominante, que ahora recibe el nombre de Wanda, del que se enamora un joven de la resistencia, mientras que la terricola que anida en su interior es amada por Jared (Max Irons) estableciéndose un ménage a quatre que no lleva a ninguna parte, si no es a rozar el ridículo. Algo absolutamente innecesario que distorsiona su discurso y que parece responder a un homenaje a la escritora de la novela Stephanie Meyer, muy dada a estos enredos amorosos. El happy end más bizarro, que alguien que no fuera Andrew Niccol podría concebir,  deja abierta una puerta al mestizaje.



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