Star Wars. J.J.Abrams

Desafortunado cartel




Algunos cines tienen la oportunidad de proyectar en sus salas un día antes del estreno oficial (hoy día 17) este film y dar a conocer a unos cuantos espectadores el secreto mejor guardado: la sinopsis de Star Wars: el despertar de la fuerza. Sin caer (del todo, algo sí lo hacen) en el spoiler. Algún crítico está dando  su opinión sobre la película y debo reconocer que he perdido, que tenían razón todos aquellos que nacieron y crecieron con una saga, hija de momentos de renovación política, cultural y estética y que se encontraron con un universo nuevo y nuevas formas de hacer, cuando afirmaban que la prensa iba a reconocer en J.J.Abrams (que toma un universo prestado por mucho que lo actualice) lo que nunca ha querido dar al creador de Star Wars: George Lucas.

Y se dejan caer los argumentos sin necesidad de explicar nada, porque se ha confeccionado un lenguaje cifrado que unos pocos entienden (y muchos más de los que creen ellos también). La primera muestra de lo que vamos a leer viene de Pablo O.Scholtz, ya en la propia entradilla de su artículo para Clarín: "La saga retoma con más energía, con personajes conocidos y una camada nueva que revitaliza el universo galáctico."  Con más energía todos lo entendemos, pero ¿Qué quiere decir cuando habla de personajes conocidos? ¿Son más los desconocidos? ¿Como en la política se desprecia 'lo viejo' y se da todo el valor  a 'lo nuevo? ¿Queda algo de la saga original?

Más adelante despeja todas las dudas: "Fanáticos de Star Wars, seguidores de la Fuerza, admiradores de Luke Skywalker y Han Solo, podemos quedarnos tranquilos. El despertar de la Fuerza es la secuela a El regreso del Jedi que todos estábamos esperando. Hace honor a la saga, lo que no habían hecho las precuelas. El despertar... tiene entidad propia, porque J.J. Abrams es un buen discípulo de Lucas, pese a que no escuchara sus sugerencias para construir la nueva trilogía. Y si parece más un filme de Steven Spielberg (de quien Abrams es amigo y fan) que del Lucas de 1977 a 1983 (por favor, olvidemos la etapa de Episodio I a III), debe contarse como un elogio." (1) Por si alguien tenía dudas. Claro que lo que satisface a unos puede desagradar a otros, porque la gente acude a ver una película inspirada en Lucas y no en Spielberg, creador no solo del universo Star Wars, sino del personaje más mítico de Spielberg, Indiana Jones; pocos saben que Apocalipse Now es también un proyecto del director de Modesto (California). Aunque jamás negaremos el mérito a quienes finalmente les dieron forma a estas historias y sus personajes.

El artículista concluye formulando preguntas retóricas, algunas de las cuales las vamos a evitar para no desvelar nada: "También, y como era de esperar, quedan muchas preguntas sin respuestas, al margen de un final presumiblemente abierto. Por qué tal personaje tiene ciertos poderes..." Y entonces uno se pregunta: ¿Por qué Panoramix hacía pociones mágicas y los demás de la tribu gala no? Quizás la explicación resida en que René Goscinny y George Lucas leyeron con detenimiento, entre otras muchas cosas, algunos pasajes de la obra de Julio César en los que daba mucha información acerca de cómo se formaban los druidas britanos, apartados de sus familias durante la infancia y sometidos a un proceso de formación que duraba veinte años, en los que acababan convertidos en unos auténticos sabios a los que se sometía la población porque su autoridad derivaba del conocimiento. ¿Habéis visto escribir a un Jedi? Aquí hay una investigación pendiente para el Lucas del siglo XXI; el nuevo hombre, inmerso en unas tecnologías que no existían en 1976, quizás sea capaz, entonces, de crear su propio universo, sin dejarse presionar como Francis Lawrence que ha acabado arruinando 'Los juegos del hambre', una franquicia que entusiasmó en su primera entrega, dirigida por Gary Ross y la segunda, a cargo del propio Lawrence

Star Wars crea un universo propio y particular basado en años de estudio y formación de un cineasta al que se debe la' teogonía' del siglo XX, incluidos personajes como el emblemático Indiana Jones, y creo que es algo que sus amigos y compañeros, Spielberg, Lucas, Coppola y tantos otros saben reconocer. Queremos creer que Abrams no ha hecho una película de Lucas basándose en Terrence Malick, Steven Spielberg o cualquier otro, huyendo del que inició la saga, porque si hubiera querido hacer eso podía haber optado por una opción diferente. Siempre se nos escapa por qué existe una animadversión hacia el creador de una franquicia, que nació por azar como tal, a la que parece que se van a integrar incluso los que comienzan a andar, porque sus padres,  como hicimos otros con nuestros hijos, los van a llevar al cine para mostrarles su Rosebud, como antes de que Lucas gestara sus historias se hacía con la mitología greco-latina, que hoy ha perdido toda su fuerza de atracción para el divertimento de las masas. Esperemos que no salgan defraudados y que muchos agoreros se hayan dejado arrastrar por sus propias convicciones. El resto, entender o no de que habla, dependerá de la sensibilidad, la percepción y la ideología de cada cual.



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