Phillip Morris ¡Te quiero! John Requa & Glenn Ficarra
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Ficha técnica:
Título original: I Love You, Phillip Morris.
País: Estados Unidos.
Año: 2009.
Duración: 95 minutos.
Dirección: John Requa y Glenn Ficarra.
Edición: John Requa y Glenn Ficarra, basado en el libro de Steven McVicker.
Casting: Bernard Telsey, c.s.a.
Dirección de Fotografía: Xavier Pérez Grobet.
Música: Nick Urata; supervisor musical: Gary Calamar.
Edición: Thomas J. Nordberg.
Director artístico: Helen Harwell.
Coordinador del set: Cynthia "Cindy" Slagter.
Coordinador de especialistas: Eric Norris, Tanner Gill, Artie Malexci.
Diseño de Vestuario: David C.Robinson.
Jefe de Departamento de maquillaje: Ve Neill-
Jefe de peluquería: Linda de Andrea.
Productores: Andrew Lazar & Far Shariat.
Co-productor: Miri Youn.
Productor asociado: Linda Hill, Jeffrey Harlacker
Productor en línea: Richard Middleton.
Productor ejecutivo: Luc Besson.
Diseño de producción: Hugo Luczik-Wyhowski.
Compañías. Productoras: Europacorp presenta a Mad Chance Production.
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Intérpretes:
Jim Carrey: Steven Russell,
Ewan McGregor: Phillip Morris,
Rodrigo Santoro: Jimmy,
Leslie Mann: Debby
Antoni Corone: Lindholm,
Brennan Brown: Birkheim,
Michael Mandell: Cleavon
Anngie Golden: Cudora,,
Mary Louise Burke: Barbara Bacsombe,
David Jensen: Juez.
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Sinopsis:
Phillip Morris ¡Te quiero! es la improbable pero cierta historia de Steven Russell (Jim Carrey), un vendedor de una pequeña localidad de Estados Unidos, un honrado padre de familia que oculta su condición de homosexual; tras salir del armario comienza una vida disipada, y para poder financiar sus excesos se ve envuelto en problemas con la Ley hasta acabar con sus huesos en la cárcel. Allí conoce a un presidiario, Phillip Morris, (Ewan McGregor), del que se enamora perdidamente. Russell será protagonista de hasta cuatro brillantes fugas del sistema de prisiones de Texas, todas ellas en nombre del amor.
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Críticas:
Javier Ocaña hace su crítica para Sensacine (El País), de un film que valora de forma positiva: " Con una gran capacidad para la conjunción de imágenes y música (el momento cumbre, con el To love somebody de Nina Simone, es magnífico), para el uso de la ironía y para la incorrección política sin caer en el trazo grueso, Ficarra y Requa solo abusan de un andamiaje narrativo, heredero de Trainspotting y El club de la lucha, y copado por la constante voz en off mordaz, el congelado de imagen burlesco y el juego musical sarcástico, tan utilizado que quizá comience a cansar".
En el extracto que publica Filmaffinity de Jordi Batlle Caminal se hace un análisis aceptable del film: "Una comedia festiva, luminosa y a ratos muy caricaturesca. Pero está competentemente fabricada, el ritmo no decae y los giros imprevistos son francamente de agradecer". Quim Casas se mantiene en la misma línea: "El currículo de los dos directores del filme ya da una pista de por donde van los tiros: ambos escribieron el guión de una comedia negra de Terry Zwigoff sobre las Navidades, Bad Santa, y esa misma sensación de reírse de todos y de todo destila buena parte de esta película, entre tosca y saludable, sobre el amor que un estafador le profesa a su compañero de celda.".(Te querre siempre: 'Phillip Morris ¡Te quiero!'. Diario 'El Periódico', 13 de agosto de 2010).
En el extracto que publica Filmaffinity de Jordi Batlle Caminal se hace un análisis aceptable del film: "Una comedia festiva, luminosa y a ratos muy caricaturesca. Pero está competentemente fabricada, el ritmo no decae y los giros imprevistos son francamente de agradecer". Quim Casas se mantiene en la misma línea: "El currículo de los dos directores del filme ya da una pista de por donde van los tiros: ambos escribieron el guión de una comedia negra de Terry Zwigoff sobre las Navidades, Bad Santa, y esa misma sensación de reírse de todos y de todo destila buena parte de esta película, entre tosca y saludable, sobre el amor que un estafador le profesa a su compañero de celda.".(Te querre siempre: 'Phillip Morris ¡Te quiero!'. Diario 'El Periódico', 13 de agosto de 2010).
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Comentario:
John Requa y Glenn Ficarra, dos escritores que habían realizado el guión de dos películas, se dieron a conocer, como realizadores de películas para la gran pantalla con 'Phillip Morris ¡Te quiero!; después volvieron a trabajar juntos en Crazy, Stupid, Love, en 2011. Su última empresa en común ha sido la película Focus, estrenada este mismo año, un thriller protagonizado por Will Smith y el reciente fichaje australiano Margot Robbie. Lo realizado hasta ahora es una buena muestra de que esta dirección bicéfala no tiene todavía bien definido su estilo, que parece encaminarse desde un indie más o menos naïf a un producto claramente mainstream, como Focus.
Phillip Morris ¡Te quiero! descansa en dos pilares fundamentales: Ewan McGregor y Jim Carrey. El segundo, uno de los actores mas notables en el desempeño de roles muy físicos y cinéticos representa de nuevo al célebre 'mentiroso convulsivo', cambiando el perfil del protagonista, de hombre culto y refinado, un abogado bien establecido en un bufete de prestigio, a un individuo sin estudios, cuyo afán de vivir a lo grande lo convertirá en carne de cárcel, tan pronto como decida salir del armario y vivir como le plazca, un papel que le hizo célebre hace más de diez años. Los dos actores, inmersos en una atmósfera naïf, muy colorista, en la que el naranja y el amarillo son los protagonistas y la cárcel es vista como un colegio mayor universitario con más luz, y espacios abiertos a la tolerancia, en la que las celdas se convierten en auténticos nidos de amor.
En los contactos sexuales entre los dos amantes domina la castidad que acompaña al amor romántico y que contrasta con el sexo mecánico que Steven Russell, el hijo adoptivo y policía de profesión, mantiene con su esposa. Phillip Morris, que tiene nombre de marca de cigarrillos, es un ser extremadamente ingenuo y adorable, un rubito de ojos azules que se entrega como una adolescente al 'sofisticado', embustero y tramposo falsificador de tarjetas, asientos contables y cualquier medio que le permita vivir como un auténtico millonario. El contraste radical entre ambos personajes, en el que Steve es el dominante, el que resuelve los problemas y el que se encarga del sustento de la 'nueva familia', y Phillips el sumiso, es tan radical que es capaz, por sí solo de generar la ironía y el sarcasmo, y ridiculizar a los personajes sin ser demasiado ofensivo, aunque no se puede afirmar que sea políticamente correcto.
John Requa y Glenn Ficarra han realizado un retrato inusual de las parejas homosexuales, tanto la que forma Steve con Jimmy (Rodrigo Santoro), que muere víctima del SIDA, como la que mantiene con Phillips Morris; si en la primera domina el glamour, los paseos con perros con pedigree al ritmo de la música de Nina Simone; la segunda, el prototipo de un matrimonio convencional, perfectamente asimilado por la sociedad. La ex-esposa de Steve acepta con total normalidad la separación y a la nueva pareja de su marido, y a nadie, ni en la cárcel ni fuera de ella, parece importarle la condición homosexual de ambos; los términos despectivos con que a veces algún preso se dirige a ellos, -bujarrón, marica...-, han perdido toda la carga peyorativa, y los arrumacos y caricias en público de los dos hombres no provocan la más mínima curiosidad. La ironía y la comicidad se desprenden en mayor medida de la reproducción de los roles de las parejas heterosexuales, la dependencia de un débil y bondadoso Ewan McGregor de un pícaro y amoral personaje que quedó 'traumatizado' al descubrir que su madre lo abandonó al nacer y sigue sin querer saber nada de él. Requa y Ficarra hacen una película frívola y superficial, muy entretenida y con un trabajo memorable de Jim Carrey & Ewan McGregor, aunque basada en un subtexto sin consistencia, aunque sus realizadores se permiten hablar de 'drama', que sólo pretende divertir al público con el buen hacer de sus protagonistas.
El film se basa en una historia real, en la que Steve Russell, un estafador irredento, permanece en la cárcel, mientras su amante Morris, condenado por complicidad cumplió hace tiempo sus seis años de condena por encubrimiento. Una historia 'dramática' contada en tono de comedia, por los realizadores de 'Bad Santa', dirigida por Terry Zwigoff en 2003.
John Requa y Glenn Ficarra, dos escritores que habían realizado el guión de dos películas, se dieron a conocer, como realizadores de películas para la gran pantalla con 'Phillip Morris ¡Te quiero!; después volvieron a trabajar juntos en Crazy, Stupid, Love, en 2011. Su última empresa en común ha sido la película Focus, estrenada este mismo año, un thriller protagonizado por Will Smith y el reciente fichaje australiano Margot Robbie. Lo realizado hasta ahora es una buena muestra de que esta dirección bicéfala no tiene todavía bien definido su estilo, que parece encaminarse desde un indie más o menos naïf a un producto claramente mainstream, como Focus.
Phillip Morris ¡Te quiero! descansa en dos pilares fundamentales: Ewan McGregor y Jim Carrey. El segundo, uno de los actores mas notables en el desempeño de roles muy físicos y cinéticos representa de nuevo al célebre 'mentiroso convulsivo', cambiando el perfil del protagonista, de hombre culto y refinado, un abogado bien establecido en un bufete de prestigio, a un individuo sin estudios, cuyo afán de vivir a lo grande lo convertirá en carne de cárcel, tan pronto como decida salir del armario y vivir como le plazca, un papel que le hizo célebre hace más de diez años. Los dos actores, inmersos en una atmósfera naïf, muy colorista, en la que el naranja y el amarillo son los protagonistas y la cárcel es vista como un colegio mayor universitario con más luz, y espacios abiertos a la tolerancia, en la que las celdas se convierten en auténticos nidos de amor.
En los contactos sexuales entre los dos amantes domina la castidad que acompaña al amor romántico y que contrasta con el sexo mecánico que Steven Russell, el hijo adoptivo y policía de profesión, mantiene con su esposa. Phillip Morris, que tiene nombre de marca de cigarrillos, es un ser extremadamente ingenuo y adorable, un rubito de ojos azules que se entrega como una adolescente al 'sofisticado', embustero y tramposo falsificador de tarjetas, asientos contables y cualquier medio que le permita vivir como un auténtico millonario. El contraste radical entre ambos personajes, en el que Steve es el dominante, el que resuelve los problemas y el que se encarga del sustento de la 'nueva familia', y Phillips el sumiso, es tan radical que es capaz, por sí solo de generar la ironía y el sarcasmo, y ridiculizar a los personajes sin ser demasiado ofensivo, aunque no se puede afirmar que sea políticamente correcto.
John Requa y Glenn Ficarra han realizado un retrato inusual de las parejas homosexuales, tanto la que forma Steve con Jimmy (Rodrigo Santoro), que muere víctima del SIDA, como la que mantiene con Phillips Morris; si en la primera domina el glamour, los paseos con perros con pedigree al ritmo de la música de Nina Simone; la segunda, el prototipo de un matrimonio convencional, perfectamente asimilado por la sociedad. La ex-esposa de Steve acepta con total normalidad la separación y a la nueva pareja de su marido, y a nadie, ni en la cárcel ni fuera de ella, parece importarle la condición homosexual de ambos; los términos despectivos con que a veces algún preso se dirige a ellos, -bujarrón, marica...-, han perdido toda la carga peyorativa, y los arrumacos y caricias en público de los dos hombres no provocan la más mínima curiosidad. La ironía y la comicidad se desprenden en mayor medida de la reproducción de los roles de las parejas heterosexuales, la dependencia de un débil y bondadoso Ewan McGregor de un pícaro y amoral personaje que quedó 'traumatizado' al descubrir que su madre lo abandonó al nacer y sigue sin querer saber nada de él. Requa y Ficarra hacen una película frívola y superficial, muy entretenida y con un trabajo memorable de Jim Carrey & Ewan McGregor, aunque basada en un subtexto sin consistencia, aunque sus realizadores se permiten hablar de 'drama', que sólo pretende divertir al público con el buen hacer de sus protagonistas.
El film se basa en una historia real, en la que Steve Russell, un estafador irredento, permanece en la cárcel, mientras su amante Morris, condenado por complicidad cumplió hace tiempo sus seis años de condena por encubrimiento. Una historia 'dramática' contada en tono de comedia, por los realizadores de 'Bad Santa', dirigida por Terry Zwigoff en 2003.
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