El tercer milagro
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Ficha técnica:
Título original: The Third Miracle.
País: Estados Unidos.
Año: 1998.
Duración: 118 minutos.
Dirección: Agnieszka Holland.
Guión: John Romano, Rivhard Vetere, basado en la novela de Richard Vetere,
Casting:Todd Thaler.
Clare Walker.
Dirección de Fotografía: Jerzy Zielinski.
Música: Jam A. P.Kaczmarek. supervisor : Barry Taylor.
Edición: David Siegel, a.c.e.
Director artístico: Andrew M.Stearn.
Decorador del set: Wayne Jacques.
Atrezzista: Garret Wilson.
Coordinador de especialistas: Dwayne McLean.
Diseño de Vestuario: Denise Cronenberg.
Jefe de Departamento de maquillaje:Patricia Green.
Diseño de peluquería: James Douglas Brown.
Productores: Fred Fuchs, Steven Haft y Elie Samaha.
Co-productor: Don Carmody.
Productores ejecutivos: Francis Ford Coppola, Elie Samaha, Ashok Amritraj.
Productores asociados: David J. Siegel, Lisa Wilson, Judi Farkas.
Diseño de producción: Robert De Vico.
Compañías. Productoras: Sherlock Media, Franchise Pictures, American Zoetrope y Haft Entertainment, Distribución: Manga Films.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Intérpretes:
Ed Harris: Frank Shore,
Sofia Polanská: joven Helena,
Amin Mueller-Stahl: Arzobispo Wermer,
James Gallanders:Hermano Gregory,
Pavol Simon:Padre de Helena,
Micahel Rispoli : John Leone,
Charles Haid: Bishop Cahill,
Susan Henley : hermana Margarita,
Ken James: Padre Paul Panak,
Anne Heche : Roxane,
Barbara Sukowa: Helen,
Caterina Scordone: Maria Witkowski,
Aron Tager: Cardenal Humez,
Jean-Louis Roux: Cardenal Sarrazin,
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Sinopsis:
Frank Shore, un sacerdote conocido como el 'asesino de milagros', es llamado urgentemente porsu obispo, porque una estatua de mármol de un convento de Chcago está llorando sangre.El párroco local pide considerar la santidad para Helen O'Regan, una devota mujer de pasado desconocido, que vivió en el convento hasta su defunción y a quien la comunidad cree responsable de las milagrosas lágrimas. El padre Frank, en plena crisis de fe, deberá pedir ayuda a la hija de Helen, Roxane.Todo se complicará cuando empiece a sentirse atraído por ella, y esto haga tambalear más aún sus creencias.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Comentario:
La cineasta polaca, directora de 'Vidas al límite', una cinta inolvidable, aunque fue muy criticada porque convirtió en el eje central de su historia las relaciones homosexuales de Verlaine y el joven Arthur Rimbaud, interpretado por un casi adolescente Leonardo DiCaprio, repitió una experiencia cuestionable en 'El tercer milagro', un trabajo para el que recibió el doble apoyo de Francis Ford Coppola, como director ejecutivo y productor, a través de su compañía American Zoetrope. Sirviéndose del lenguaje de la miseria, que es universal, de la factura tosca de grano grueso y aspecto de pintura cubierta por capas de miseria y suciedad, nos pone frente a frente cono nosotros mismos y nuestras contradicciones entre la fe y la carencia de creencias, el celibato de los sacerdotes y su más que real posibilidad de enamorarse, la visión del amor carnal como placentero o como receptáculo del pecado de la carne que se interpone entre las almas espirituales y Dios, y como trasfondo, como triste contexto la ignorancia y la superstición de las gentes de los diferentes pueblos, unos en guerra otros disfrutando de la paz y como receptores de la emigración que huye de las zonas de conflicto, que en tiempos turbulentos, necesitan creer en los milagros.
A modo de conector entre diferentes secuencias, los aviones comerciales vuelan rasantes,y en su descenso a un aeropuerto que se supone cercano, casi rozan los tejados de las casas. Un signo polisémico que no sólo enfrenta las creencias más atávicas de los hombres con la modernidad, sino que, por otro lado, juega una papel protagonista en la historia milagrosa de la escultura de mármol de una virgen que mana la sangre de una mujer, una gitana de Bystrica, Eslovaquia, que emigró con una familia a Estados Unidos gracias a que sus rasgos no revelaban su procedencia étnica,y a la que rezan los hombres y mujeres más pobres de la ciudad, que viven en medio de estercoleros y rodeados de yonkis. Una mujer cuya hija se declara atea, brinda con vodka ante la tumba de su madre, cada cumpleaños, y no tiene el más mínimo interés en su canonización. Frank duda, pero defiende la santidad de Helen, y el arzobispo alemán Wermer, interpretado por Amin Mueller-Stahl, se reserva un gran secreto.
El film provoca en el espectador desazón y tristeza,sentimientos favorecidos por los ambientes sórdidos, muy remarcados por la imagen, y desde luego no es un film hagiográfico, ni pretende en absoluto favorecer el fervor o la veneración del público a los santos. La propia Iglesia se muestra muy reacia a su proliferación, con un argumento que Holland pone en boca de Wermer, que en este caso actúa como 'abogado del diablo' a pesar de tener una fe más solida que Frank cuya función es la contraria, postular a la santa: en épocas de crisis espiritual, derivada de carencias físicas importantes, la gente tiende a confundir cualquier gesto de humanidad con un hecho prodigioso. No es una película brillante ni candorosa, es un film sólido y duro, en el que el sacrificio se impone a los creyentes católicos, que si se dedican al sacerdocio,y a diferencia de los protestantes, deben abandonar la ilusión del amor en pro del servicio a sus feligreses, situaciones que las jerarquías romanas consideran incompatibles; quien opta por esta vida debe tener claro que sacramentos de la mayor importancia no se pueden ejercer simultáneamente por muy sagrados que sean,como el servicio a dios y el matrimonio. Un film que acaba con las ilusiones de quienes pretendía modernizar a la Iglesia.
La cineasta polaca, directora de 'Vidas al límite', una cinta inolvidable, aunque fue muy criticada porque convirtió en el eje central de su historia las relaciones homosexuales de Verlaine y el joven Arthur Rimbaud, interpretado por un casi adolescente Leonardo DiCaprio, repitió una experiencia cuestionable en 'El tercer milagro', un trabajo para el que recibió el doble apoyo de Francis Ford Coppola, como director ejecutivo y productor, a través de su compañía American Zoetrope. Sirviéndose del lenguaje de la miseria, que es universal, de la factura tosca de grano grueso y aspecto de pintura cubierta por capas de miseria y suciedad, nos pone frente a frente cono nosotros mismos y nuestras contradicciones entre la fe y la carencia de creencias, el celibato de los sacerdotes y su más que real posibilidad de enamorarse, la visión del amor carnal como placentero o como receptáculo del pecado de la carne que se interpone entre las almas espirituales y Dios, y como trasfondo, como triste contexto la ignorancia y la superstición de las gentes de los diferentes pueblos, unos en guerra otros disfrutando de la paz y como receptores de la emigración que huye de las zonas de conflicto, que en tiempos turbulentos, necesitan creer en los milagros.
A modo de conector entre diferentes secuencias, los aviones comerciales vuelan rasantes,y en su descenso a un aeropuerto que se supone cercano, casi rozan los tejados de las casas. Un signo polisémico que no sólo enfrenta las creencias más atávicas de los hombres con la modernidad, sino que, por otro lado, juega una papel protagonista en la historia milagrosa de la escultura de mármol de una virgen que mana la sangre de una mujer, una gitana de Bystrica, Eslovaquia, que emigró con una familia a Estados Unidos gracias a que sus rasgos no revelaban su procedencia étnica,y a la que rezan los hombres y mujeres más pobres de la ciudad, que viven en medio de estercoleros y rodeados de yonkis. Una mujer cuya hija se declara atea, brinda con vodka ante la tumba de su madre, cada cumpleaños, y no tiene el más mínimo interés en su canonización. Frank duda, pero defiende la santidad de Helen, y el arzobispo alemán Wermer, interpretado por Amin Mueller-Stahl, se reserva un gran secreto.
El film provoca en el espectador desazón y tristeza,sentimientos favorecidos por los ambientes sórdidos, muy remarcados por la imagen, y desde luego no es un film hagiográfico, ni pretende en absoluto favorecer el fervor o la veneración del público a los santos. La propia Iglesia se muestra muy reacia a su proliferación, con un argumento que Holland pone en boca de Wermer, que en este caso actúa como 'abogado del diablo' a pesar de tener una fe más solida que Frank cuya función es la contraria, postular a la santa: en épocas de crisis espiritual, derivada de carencias físicas importantes, la gente tiende a confundir cualquier gesto de humanidad con un hecho prodigioso. No es una película brillante ni candorosa, es un film sólido y duro, en el que el sacrificio se impone a los creyentes católicos, que si se dedican al sacerdocio,y a diferencia de los protestantes, deben abandonar la ilusión del amor en pro del servicio a sus feligreses, situaciones que las jerarquías romanas consideran incompatibles; quien opta por esta vida debe tener claro que sacramentos de la mayor importancia no se pueden ejercer simultáneamente por muy sagrados que sean,como el servicio a dios y el matrimonio. Un film que acaba con las ilusiones de quienes pretendía modernizar a la Iglesia.
Rotten Tomatoes le dio una valoración del 67 % por parte de la crítica y del 57% del público. Esta semana la ofrece un periódico por un módico precio. Vale la pena integrarla en nuestra videoteca.
Comentarios
Publicar un comentario
¡Deja tu comentario aquí!