Espías. Paul Feig. Crítica de Juan Roures.
La comedia romántica y la comedia de acción son dos géneros (me niego a denominarlos subgéneros porque precisamente es en la comedia a secas donde no encuentro género alguno) rara vez creados con la crítica en mente, pues es el gran público quien más los suele disfrutar. Sin embargo, cada año hay un par de películas que logran conjugar el atractivo comercial con una cuidada realización que se gana a la crítica más exigente. Ese es el caso de las obras de Paul Feig, quien, tras conquistar a Hollywood con la comedia romántica La boda de mi mejor amiga (2010) —innovadora dentro de los manidos parámetros del género—, decidió probar suerte con la acción en Cuerpos especiales (2013). A este último estilo vuelve ahora con Espías (2015), tercera colaboración del cineasta con la genial Melissa McCarthy, convertida rápidamente en uno de los iconos del cine comercial contemporáneo.
Como siempre, la actriz está fantásticamente divertida y, precisamente por no preocuparse por conservarla, mantiene la dignidad desde la primera hasta la última escena. En esta ocasión la acompañan Jason Statham, Rose Byrne, Morena Baccarin, Bobby Cannavale, Allison Janney y el siempre galante Jude Law, todos ellos perfectos en sus exagerados (aunque entrañables) papeles.
En la línea de Red (2010) y la reciente Kingsman (2015), Espías realiza una desternillante revisión del cine de detectives. Para conseguirlo, cede más relevancia a los personajes que a las escenas de acción, pero no descuida ni a unos ni a otras, garantizando la satisfacción de los amantes del género pero atrayendo también al resto de espectadores.
Las excesivas dos horas de metraje obligan a preguntarse si el film no se habría beneficiado de un pequeño tijeretazo, pero lo cierto es que todos sus elementos funcionan perfectamente gracias a un guion bien hilvanado y, sobre todo, una peculiar protagonista con la que nos identificamos desde el primer momento. Sin duda los Globos de Oro y los Critics’ Choice Awards tienen en McCarthy una clara favorita de cara al premio a mejor actriz cómica, un rol que rara vez reconoce la Academia (aunque sí la nominó para sorpresa de todos por La boda de mi mejor amiga). Sobra decir que Feig y McCarthy forman un potente tándem al que los amantes de la comedia no deben perder la pista.
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