Guëros. Alonso Ruíz Palacios




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Ficha técnica:

Título  original: Güeros.
País: México.
Año: 2013.
Duración: 106 minutos.

Dirección: Alonso Ruíz Palacios.
Guión: Alonso Ruíz Palacios y Gibrián Portela.
Dirección de Fotografía: Damína García. Blanco y negro.
Música: Tomás Barreiro.
Montaje: Yibran Assaud y Ana García.
Dirección artística: Ana García.

Diseño de Vestuario: Ingrid Sac.

Productor: Ramiro Ruíz.
Productores ejecutivos: Ramiro Ruíz, Alonso Ruíz Palacios.
Productor asociados: Gael García Bernal.
Compañías: Catatonia Films, Conaculta, Difusión Cultural, UNAM.

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 Intérpretes:

Tenoch Huerta: Sombra,
Sebastián Aguirre: Tomás,
Ilse Salas: Ana,
Leonardo Oztigras: Santos,
Raúl Briones: Furia,
Laura Almela: Isabel,
Adrián Ladrón: Moco,
Camila Lora: Aurora,
Alfonso Charpener: Epigmanio,
Marcelo Tobar: El director.

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Sinopsis:

Sombra y su amigo Santos viven en un apartamento al que hace tiempo ya le cortaron la luz por no pagar la renta. Reciben la visita del hermano menor de Sombra, Tomás, enviado por su madre, tras unos sucesos desafortunados en su casa que hacen muy difícil la convivencia. La llegada del chico imprime energía a la vida de estos muchachos, desanimados por la huelga de la UNAM  y deciden todos emprender un viaje para rendir homenaje a un músico mítico, Epigmenio Cruz, que hizo llorar a Bob Dylan, al que nadie conoce y que ellos afirman que oían de niños junto al padre de Sombra y Tomás, y que según ellos pudo haber salvado al rock mexicano. Mercedes Arancibia, de la que hablaremos luego, nos informa de esta huelga, cuyo significado es imprescindible para entender las relaciones que se establecen entre los jóvenes y el contexto social en el que se desenvuelven y capacita al espectador para entender la historia: la huelga de la UNAM 1999-2000 fue un movimiento estudiantil que se inició el el de abril de 1999 en contra de la modificación del Reglamento General de Pagos (RGP) de la Universidad Nacional Autónoma de México, la más importante institución de educación media-superior, superior y de posgrado del país).

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Premios:

2014: Festival de Berlín: Mejor ópera prima,
2014: Festival de San Sebastián: Mejor película latinoamericana,
2014: Festival de Tribeca: Mejor fotografía y mejor nuevo director,
2014: Premios Ariel: 12 nominaciones incluyendo Mejor película y director,
2014: Premios Fénix: Nominada a Mejor música original.


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Comentario:

Antes de seguir adelante, creo que es necesario conocer el significado del título, que pasa por conocer que en México se llama “güeros” a las personas de tez blanca, por oposición a las morenas o 'prietas', una denominación de origen racial que con el paso del tiempo ha adquirido un carácter social. Mucha gente llama güeros a quienes considera de mejor posición. ¿Por qué pone este título Alfonso Ruíz Palacios a su película? Porque uno de sus protagonistas, Tomás, es 'güero'.

Otra cuestión a dilucidar es  saber la razón por la que el realizador  contextualiza su historia en una huelga de estudiantes, que se produjo en 1999. Alfonso Ruíz-Palacios, se muestra titubeante en la justificación de esta decisión al afirmar que: “La película no se trata de la huelga, la huelga es el contexto, es como el detonante el trasfondo de todo, es donde viven todos los personajes. No pretendo hacer un documental, me sentiría muy nervioso y muy culpable si esto fuera un documental de la huelga del 99, pero no lo es, es la historia de otros personajes que retrata esta historia en la Ciudad de México.” (www.mktfilm.com).  Claro que el contexto podría ser considerado una causa y no un detonante.

Mercedes Arancibia da la clave de cómo influyó en este joven realizador la huelga de estudiantes, un hecho que marcó a su generación y que había sido evitado por el cine mexicano. Ruíz-Palacios no pudo estudiar en esta Universidada causa de los movimientos estudiantiles, debiendo refugiarse en Londres, donde estudió teatro. "El retrato de la huelga provocó virulentas críticas de sectores de la izquierda. Aunque el conflicto se toca de forma tangencial y le permite abordar otros temas, afirma Mercedes: “El rollo del racismo me interesaba mucho y casi nunca se toca en México. En un país de criollos y mestizos, palabras como güero y narco flotan con naturalidad en el aire sin que se repare en la violencia soterrada que cargan…El racismo también está presente en los movimientos organizados… No vamos a poder avanzar si no cuestionamos por qué hay clasismo y sexismo, por qué se descalifica por el color de la piel. Quería decir algo sobre ello sin dar lecciones”. (Mercedes Arancibia.Güeros, interesante opera prima mexicana multipremiada. periodistas.com.es)

Óscar Brox, dice en su artículo para dirigido por demasiadas cosas que exigen explicación: "Con Güeros, Ruizpalacios vindica la necesidad de recuperar un espacio perdido entre enfrentamientos estériles, que ha acabado por sumir en la apatía a toda una generación. No sólo en lo social, también en lo cinematográfico, pues la película es una declaración de guerra frente a aquellas visiones miserabilistas de México y aquellas otras que necesitan hacer un ejercicio de abstracción estética para reflejar el presente del país. Por tanto, un film que sabe cómo extraer sus recursos de la realidad para contar la historia de una juventud en marcha. O lo que es lo mismo, de una juventud que ha aprendido a expresar con un lenguaje propio sus sueños y anhelos." (Tiempos de juventud. Dirigido por..., mayo de 2015).

Vivimos tiempos oscuros, como los de Tácito, en los que todos compiten por ser lo menos claros posibles y perder el mínimo número de plumas en el envite. Deja caer Mercedes Arancibia que  el retrato de la huelga provocó virulentas críticas de sectores de izquierdas ¿?; dice Óscar Brox que la película es una declaración de guerra frente a aquellas visiones miserabilistas de México y aquellas otras que necesitan hacer un ejercicio de abstracción estética para reflejar el presente del país ¿? ¿Alguien de verdad se entera de algo? ¿Qué son visiones miserabilistas ? ¿Visiones sin esperanza, inspiradas por una filosofía del pesimismo? ¿Vivir en una casa sin suministros favorece el normal desarrollo de los sueños y anhelos de la juventud, aunque el corte se  produzca por un impago intencionado de facturas?

Boy Van Hoeij comienza su crítica calificando el film del mexicano de homenaje lúdico, un renacimiento de una especie de Nouvelle Vague (influencia de Truffaut y sus 'Cuatrocientos golpes'o 'Jules y Jim'), con el transfondo de las protestas estudiantiles masivas en la Ciudad de México en 1999, que fracasaron en la consecución de sus reivindicaciones; los jóvenes salen cada día en busca de un músico y deben volver a casa  obligados por las movidas universitarias. "El humor divertido de la película y sus giros inesperados ayudan a mantener el interés del público, con homenajes y más de una parodia autoconsciente, como la del propio director que se inserta en el proceso y pide a los personajes que opinen sobre el guión, tablilla en mano, o en una fiesta de estreno de la película pida a estos personajes que reflexionen sobre el cine mexicano." (Güeros: opinión en Berlín. The Hollywood Reporter).

Desde México se entiende mejor la situación que recrea la película, que por otro lado pretende ser un homenaje al cine de autor por parte de su realizador, que reivindica la Nouvelle Vague francesa, surgida en torno  a la revista 'Cahiers du Cinema' y uno de sus fundadores, André Bazin, mediante el formato y el uso del color al servicio del discurso metalingüístico presente en diferentes secuencias del film. Leonardo García Tsao hace su análisis incidiendo en la política del realizador: " Filmada en la tradicional proporción 1:33, y en blanco y negro, Güeros remite en espíritu a la Nueva Ola europea de los años 60, así como admite evocaciones a Jim Jarmusch. Pero nunca se siente como una película de referencias. La interacción entre los cuatro jóvenes es singular porque depende de diálogos ingeniosos que tienen la naturalidad de parecer improvisados. El guión del propio Ruizpalacios y Gibrán Portela, sin embargo, es tan exacto que descarta esa posibilidad. Los personajes hablan con igual soltura y gracia de su compromiso político –o falta de él–, del cine mexicano clásico y el que se exporta a festivales, de trivia juvenil o de obsesiones personales. Una secuencia ejemplar en ese sentido es aquella de una asamblea estudiantil, en la cual Ana intenta arengar a sus compañeros, sólo para recibir gritos propios de clasismo, sexismo y otros ismos." (Rompiendo la inercia. Diario La Jornada).

Daniel Krauze parece poner el acento en la equidistancia con la que  Ruíz-Palacios se enfrenta al tema que trata: "Pero Güeros no solo está interesada en observar las avenidas infestadas de automóviles, la indolencia de la burguesía o la confusión de los huelguistas. Aquí hay belleza y poesía a manos llenas; imágenes que una y otra vez impugnan la fealdad asimétrica y la violencia verbal de la sociedad en la que la historia se desenvuelve..." ( Güeros. El Financiero).

Jordi Costa se muestra muy complaciente con esta película: " Los personajes de Güeros, rodada en blanco y negro con ancho de pantalla académico, no son pinches pordioseros, pero sí las figuras marginales de una generación perdida, huelguistas de una huelga (que no esquiroles) embarcados en un viaje redentor al rescate de dos complementarios ideales románticos: la locutora de una radio libre, temporalmente abducida por el embrujo de un vehemente macho alfa de la revolución en curso, y una legendaria estrella del rock en el umbral de una muerte por cirrosis. Ruizpalacios consigue afirmar una mirada compleja y sensible sobre el limbo de desarraigo e inmadurez que habitan sus personajes." (Verdad y estilo. Diario 'El País').

Antonio Weintrichter mantiene una pòsición muy parecida a la del crítico de 'El País': "Esta es la historia de dos hermanos, más el amigo y la ex-novia del mayor, que recorren la capital mexicana buscando a un olvidado cantante llamado Epigmenio que una vez supo emocionar al mismísimo Bob Dylan. De encontrarle depende, dicen, la salvación misma de un país a la deriva o quizá -la patria es la infancia- la simple recuperación de un pasado feliz compartido. No queda del todo claro ni falta que hace porque este planteamiento es, claramente, un macguffin que justifica tenuemente la odisea urbana que vamos a presenciar y en donde la violencia de la vida mexicana (la que vemos en la prensa) aparece sólo de forma tangencial." (Crítica de "Güeros': Huérfanos. Diario ABC).

Irene Crespo va directa al grano, informando a su público, desde el título de la película, 'Güeros', que va a quedar muy clara para el público, hasta el intento del film de huir de la realidad de su país que transmite la prensa diaria, y el deseo 'legítimo' de su director de aproximarse a la intelligentsia europea de la década de los 60 del siglo XX, de la que cada vez nos alejamos más, por medio de una forma (blanco y negro, cámara al hombro, formato 1:33), otra variante del escapismo de que hace gala."En México llaman güeros a los de pelo rubiasco y piel clara; por oposición a los morenos o prietos, de pelo y tez más oscuros. Tomás es güero, al contrario que su hermano Federico, al que llaman Sombra. Ésa podría ser una diferencia en una sociedad aún discriminatoria y discriminada, en la que ser güero podría implicar aún tener más posibilidades (...) A los tres, güeros o prietos, les une la misma incertidumbre sobre su presente y futuro, su inacción es culpa de un sistema que no sabe guiarles, y también de ellos mismos(...) Lo bueno de Güeros, ópera prima de Alonso Ruizpalacios (,..) es que no se pone moralista, sino paródica. Se ríe de esa desidia juvenil cuando les activa lanzándoles en un road trip por la ciudad en busca de un cantante olvidado, (Güeros. Cinemanía).


'Oscar Brox, al hablar de la consolidación del cine mejicano, se retrotrae a los orígenes, a Arturo Ripstein, quien a los 21 años participó, sin crédito en la producción de 'El Ángel Exterminador' de Buñuel, Felipe Cazals o Jorge Fons, que han pasado el testigo a  Carlos Reygadas o Amat Escalante, que triunfan en los festivales y han propiciado una visión más esquiva y radical de la realidad mexicana (adjetivos casi antónimos), obviando a realizadores como Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón o González Iñarritu, que no parecen esquivar nada sino utilizar un lenguaje mainstream dirigido a las masas. Sin embargo al hablar de Ruíz Palacios lo tacha de un cineasta esquivo que intenta recuperar ,"desde cierta modernidad, el aire de su tiempo: la adolescencia, el aprendizaje sentimental y otros tantos dilemas vitales." No sabemos si quieren trasladarnos la idea de que la idea que nos llega de este país es miserabilista y muy pesimista; si los jóvenes viven sin luz, no es una cuestión de falta de recursos, sino de una huelga dentro de una huelga, que, como el ángel exterminador les obliga a reiniciar su recorrido vital cada día." Lo que no sabemos es qué cine hubieran hecho hoy los cineastas reunidos en torno a Bazin.




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