La fiesta de la Academia del Cine
Hoy se habla mucho de la Gala de los Oscars, de los bienaventurados y los defraudados, de la justicia y la injusticia del jurado, del acierto o desacierto en la elección de la indumentaria y el corte de pelo, y algunos lo hacen también de otras cualidades que adornan al ser humano y desvelan algo que permanece oculto cotidianamente en su interior: la belleza de los gestos.
Algunas de sus estrellas más fulgurantes han querido compartir la gran fiesta del cine, al que dedican su vida, con unas mujeres maduras, que lucen sus espléndidas cabelleras blancas y que todavía pueden disfrutar de los éxitos de unos hijos a los que educaron en solitario. Alguno de ellos, como Leonardo DiCaprio, se han distinguido en su lucha en favor de la preservación del medioambiente, y ahora no duda en ponerse al frente, con su ejemplo, de la defensa de las mujeres y en contra del edadismo, o discriminación de las personas en función de la edad, hecho mucho más extendido de lo que parece.
Como venimos diciendo en este blog, el cine americano se ha distinguido por crear un género que enfatiza en la dignidad de las personas mayores (El cuarteto, El último concierto, El Hotel Marigold, Si de verdad quieres, y tantas otras películas que dignifican a este sector de la población que ha luchado por hacer un mundo mejor y ahora disfruta del beneficio de aquello que se ha ganado a pulso). Como siempre y sea cual sea la razón, este pueblo nuevo, que aportó al arte los valores de la acción y la improvisación (jazz, action painting, cine...), sigue avanzando en el camino correcto de la defensa de los derechos civiles. Nada es perfecto, pero ciertas formas, que lo son todo en la democracia, nos dejan la sensación de que algo nuevo se fraguó la pasada noche.
Como venimos diciendo en este blog, el cine americano se ha distinguido por crear un género que enfatiza en la dignidad de las personas mayores (El cuarteto, El último concierto, El Hotel Marigold, Si de verdad quieres, y tantas otras películas que dignifican a este sector de la población que ha luchado por hacer un mundo mejor y ahora disfruta del beneficio de aquello que se ha ganado a pulso). Como siempre y sea cual sea la razón, este pueblo nuevo, que aportó al arte los valores de la acción y la improvisación (jazz, action painting, cine...), sigue avanzando en el camino correcto de la defensa de los derechos civiles. Nada es perfecto, pero ciertas formas, que lo son todo en la democracia, nos dejan la sensación de que algo nuevo se fraguó la pasada noche.
Ni me di cuenta, pero me parece una reflexión muy interesante. Realmente, no hay nadie más importante que una madre. Y da gusto ver que las estrellas no tienen reparos en mostrar su adoración por las suyas. Como debe ser. Un saludo.
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