I Feel Good. Tate Taylor.
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Título original: I Feel Good.
País:USA
Año: 2014.
Duración: 139 minutos.
Dirección:Tat Taylor.
Guión: Steven Baigelman, Jez Butterworth y John Henry Butterborth, basado en una historia de Steven
Baigelman y Jez Butterworth y John Henry Butterborth.
Casting: Kerry Barden y Paul Schnee.
Dirección de Fotografía: Stephen Goldblatt, a.s.c., b.s.c. Color.
Música Thomas Newman.Supervisores musicales: Budd Carr y Margaret Yen.
Edición: Michael McCusker, a.c.e.
Coreógrafo: Aakomon Jones.
Coordinación de especialistas: Lex D. Geddings.
Directgor artístico Jesse Rosenthal.
Decorador del set: Rena Dangelo.
Diseño de Vestuario: Sharen Davis.
Diseño de maquillaje: Latoya Henderson.
Jefe de Departamento de peluquería: Carla Farmer.
Productores: Brian Grazer, p.g.a., Mick Jagger, p.g.a. y Victoria Pearman, p.g.a. y Erica Huggins, p.g.a. Tate Taylor
Productores ejecutivos: Peter Afterman, Thris Hofman, Jez Butterworth, Jean-Henry Butterworth, John Norris, Anna Culp.
Productor ejecutivo musical: Mick Jagger,
Productor ejecutivo musical: Mick Jagger,
Diseño de producción: Mark Ricker.
Compañías. Productoras: Universal Pictures e Imagine Entertainment, Brian Grazer Production, Jagged Films Production,Wyolah Films; Distribución: Universal Pictures International Spain.
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Intérpretes:
Dan Aykroyd: Ben Bart ,
Nelsan Ellis: Bobby Byrd,
Lennie James: Joe Brown
Viola Davis: Susie Brown,
Craig Robinson: Maceo Parker,
Octavia Spencer: Tia Honey,
Tika Sumpter: Yvonne Fair,
Aunjanue Ellis: Vicki Anderson
Brandon Smith: Little Richard,
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Sinopsis:
Dirigida por Tate Taylor, la película está basada en la vida del Padrino del Soul, James Brown. 'I Feel Good' reconstruye de forma audaz la música, los movimientos y los estados de ánimo de Brown desde su infancia empobrecida hasta conseguir ser una de las figuras más influyentes del s. XX. Chadwick Boseman es el encargado de dar vida al mítico cantante, compartiendo el reparto principal con Nelsan Ellis, Dan Aykroyd, Viola Davis, Lennie James, Fred Melamed, Craig Robinson, Jill Scott, Octavia Spencer y Josh Hopkins.
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Crítica:
La crítica norteamericana ha recibido con complacencia el film de Tate Taylor, calificado de encomiable (Scott Foundas. Variety; temperamental (Richard Corliss, Time) o irresistible por el trabajo de sus actores (Peter Travers, Rolling Stone; Jen Chaney, The Washington Post...); sin embargo críticos españoles como Héctor G.Barnés pone una objeción: " Los biopics sobre las grandes figuras de la música popular tienen que enfrentarse a un complicado reto. En muchos casos tan difícil de afrontar que sus responsables prefieren evitarlo: trasladar a las imágenes de una narración relativamente convencional el inimitable genio de unas creaciones musicales que han trascendido su tiempo y lugar, reflejar de forma propiamente cinematográfica el estilo único de músicos tan diferentes entre sí como Ray Charles, Johnny Cash o Edith Piaf." (...)"...el biopic sobre James Brown (mimetizado de forma bastante estéril por Chadwick Boseman) (...) lleva "la habitual y obligada estructura elíptica de las biografías tradicionales al paroxismo." (I Feel Good, Grandes éxitos / y fracasos ).
El propio Héctor García Barnés dice algo que, al escribirlo, duda de que sea cierto: "Puede que muchos no estén de acuerdo, pero probablemente el biopic musical exija mayores audacias que el pictórico o el literario. en cuanto que el dispositivo cinematográfico permite incorporar mejor las imágenes pictóricas o los juegos literarios que la música popular." (Opus cit.) Esta es la forma de concebir y disfrutar del cine europea, que poco o nada tiene que ver con la norteamericana; el cine nació en el viejo continente, pero se desarrolló y cobró significación en el nuevo. No obstante podemos retroceder en el tiempo y leer lo que escribía Máximo Gorki, el gran apóstol del naturalismo literario, en los comienzos de esta nueva forma de expresión, poniendo límites al entusiasmo generalizado: " La noche pasada estuve en el Reino de las Sombras. Si supiesen lo extraño que es sentirse en él. Un mundo sin sonido, sin color. Todas las cosas - la tierra, los árboles, la gente, el agua, el aire - están imbuidas allí de un gris monótono. Rayos grises del sol que atraviesa un cielo gris, grises ojos en medio de rostros grises y, en los árboles, hojas de un gris ceniza. No es la vida, sino su sombra, no es el movimiento sino su espectro silencioso (...) Y en medio de todo, un silencio extraño, sin que se escuche el rumor de las ruedas, el sonido de los pasos o de las voces. Nada. Ni una sola nota de esa confusa sinfónia que acompaña siempre los movimientos de las personas". Para él no era la vida, sino la muerte. Es un texto precioso, seleccionado por Noël Burch, que expresa con claridad las exigencias de la ideología naturalista de la representación, compartidas por casi toda la intelligentsia europea. La crítica americana, que algo entiende de musicales y de biopics de músicos, ha valorado muy positivamente tanto las coreografías y puesta en escena de los conciertos de Brown en las salas más prestigiosas de Estados Unidos, como la interpretación de Chadwick Boseman. (Filmaffinity. Pinchad aquí)
La película está estructurada como una gran racconto, jalonado de pequeños flashbacs para informar a los espectadores sobre los tristes orígenes del mayor representante del soul americano, (nada extraño en un músico negro de la época), construidos de la forma más convencional, a excepción de aquellos en los que el músico recuerda sus mejores conciertos y sus grabaciones en directo, momentos en los que coincide en el escenario el James Brown que canta y el que recuerda. Pero hay algo que no podemos pasar por alto: Mick Jagger es el productor ejecutivo musical del film, y algo de música y de músicos también sabe. Uno de los mayores éxitos de la cinta ha sido precisamente ese: acercar al público, lego en la materia, al conocimiento de cómo funciona un grupo, a las dificultades del que tiene más talento para que se le reconozca, y esto es algo que Brown sólo disfruta de su gran amigo Bobby Byrd, que lo ayudó a salir de la cárcel y lo alojó en su casa, con su familia, porque supo reconocer la valía de ese pobre chico abandonado, condenado a permanecer entre rejas entre 5 y 13 años por robar un traje. Byrd le dice a un compañero que no admite que el talento de Brown es superior a cualquiera del de los músicos de la banda que todos los miembros del grupo caminan con la cabeza más alta porque van con él: " es un genio y nos deja acompañarlo ".
La cámara de Tate Taylor nos permite ver la indecencia de una sociedad que, liberados los negros de su esclavitud, sigue segregándolos, prostituyéndolos y sometiéndolos por medio de la pobreza. Dos secuencias son absolutamente vergonzosas: la del espectáculo de boxeo con niños de entre diez y doce años, mientras suena una banda de jazz y soul negra, cuyos músicos expresan en sus rostros la mayor de las tristezas ante tan pornográfico espectáculo; la otra la aparición de la madre del músico, a la que pegaba el padre, que lo abandona, se dedica a vender su cuerpo y reniega de él en una ocasión en la que el niño la encuentra en la calle, acompañada de un soldado. Cuando Brown triunfa emergen los fantasmas del pasado; el joven se encarga de que a su progenitora no le falte de nada, pero no quiere estar cerca de quien nunca lo apoyó ni cuidó de él. Las causas por las que un hombre puede hacerse rebelde son múltiples, y la que padeció James Brown es una de ellas. Curioso tratamiento del tiempo, utilizando como vehículo al niño desarrapado y abandonado, captando clientes para el lupanar en el que lo ha dejado su padre, que extrae conclusiones de por qué se ha convertido en un viejo destrozado, perdida la mujer y el hijo en accidente de tráfico: "Pagó caro ser el jefe."
Tate Taylor ha hecho una película que merece ser vista, y que complacerá en mayor o menor grado a los amantes de la música de la década prodigiosa, que sentó las bases de la música posterior. James Brown influyó en músicos como Michael Jackson y su célebre 'moonwalker'. Los músicos de verdad, los que construyen sus canciones y hacen sus arreglos y tienen la suerte de ser acompañados por otros, de menos talento pero de gran valía como Byrd, disfrutarán y entenderán qué nos ha querido contar el director, sus guionistas y el productor ejecutivo musical Mick Jagger, que coincidió con Brown en el escenario, con su grupo los Rolling Stone, todavía muy jovencitos.
La película está estructurada como una gran racconto, jalonado de pequeños flashbacs para informar a los espectadores sobre los tristes orígenes del mayor representante del soul americano, (nada extraño en un músico negro de la época), construidos de la forma más convencional, a excepción de aquellos en los que el músico recuerda sus mejores conciertos y sus grabaciones en directo, momentos en los que coincide en el escenario el James Brown que canta y el que recuerda. Pero hay algo que no podemos pasar por alto: Mick Jagger es el productor ejecutivo musical del film, y algo de música y de músicos también sabe. Uno de los mayores éxitos de la cinta ha sido precisamente ese: acercar al público, lego en la materia, al conocimiento de cómo funciona un grupo, a las dificultades del que tiene más talento para que se le reconozca, y esto es algo que Brown sólo disfruta de su gran amigo Bobby Byrd, que lo ayudó a salir de la cárcel y lo alojó en su casa, con su familia, porque supo reconocer la valía de ese pobre chico abandonado, condenado a permanecer entre rejas entre 5 y 13 años por robar un traje. Byrd le dice a un compañero que no admite que el talento de Brown es superior a cualquiera del de los músicos de la banda que todos los miembros del grupo caminan con la cabeza más alta porque van con él: " es un genio y nos deja acompañarlo ".
La cámara de Tate Taylor nos permite ver la indecencia de una sociedad que, liberados los negros de su esclavitud, sigue segregándolos, prostituyéndolos y sometiéndolos por medio de la pobreza. Dos secuencias son absolutamente vergonzosas: la del espectáculo de boxeo con niños de entre diez y doce años, mientras suena una banda de jazz y soul negra, cuyos músicos expresan en sus rostros la mayor de las tristezas ante tan pornográfico espectáculo; la otra la aparición de la madre del músico, a la que pegaba el padre, que lo abandona, se dedica a vender su cuerpo y reniega de él en una ocasión en la que el niño la encuentra en la calle, acompañada de un soldado. Cuando Brown triunfa emergen los fantasmas del pasado; el joven se encarga de que a su progenitora no le falte de nada, pero no quiere estar cerca de quien nunca lo apoyó ni cuidó de él. Las causas por las que un hombre puede hacerse rebelde son múltiples, y la que padeció James Brown es una de ellas. Curioso tratamiento del tiempo, utilizando como vehículo al niño desarrapado y abandonado, captando clientes para el lupanar en el que lo ha dejado su padre, que extrae conclusiones de por qué se ha convertido en un viejo destrozado, perdida la mujer y el hijo en accidente de tráfico: "Pagó caro ser el jefe."
Tate Taylor ha hecho una película que merece ser vista, y que complacerá en mayor o menor grado a los amantes de la música de la década prodigiosa, que sentó las bases de la música posterior. James Brown influyó en músicos como Michael Jackson y su célebre 'moonwalker'. Los músicos de verdad, los que construyen sus canciones y hacen sus arreglos y tienen la suerte de ser acompañados por otros, de menos talento pero de gran valía como Byrd, disfrutarán y entenderán qué nos ha querido contar el director, sus guionistas y el productor ejecutivo musical Mick Jagger, que coincidió con Brown en el escenario, con su grupo los Rolling Stone, todavía muy jovencitos.
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