Camino a la escuela. Pascal Plisson.
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Ficha técnica:
Título original: Sur le chemin de l'école.
País: Francia.
Año: 2013.
Duración: 77 minutos.
Dirección: Pascal Plisson.
Guión: Marie Claire Javoy y Pascal Plisson.
Dirección de Fotografía: Emmanuel Guionet. Laboratorio: Ymagis.
Imagen: Simon Watel.
Música: Laurent Ferlet.
Sonido: Emmanuel Guionet, Boris Chapelle, Vincent Cosson.
Etalonaje: Vincent Amor.
Montaje: Sarah Anderson y Sylvie Lager.
Productor ejecutivo: Stephanie Schorter.
Productora asociada: Anne Marie Ader
Compañías. Productora: Winds y Ymages en asociación con Wild Bunch y Herodia de OCS, UNESCO y AIDE ET ACTION.
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Intérpretes: Documental.
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Intérpretes:
Narra la historia real y extraordinaria de cuatro niños y niñas, héroes cotidianos - Jackson, Carlitos, Zahira y Samuel - que deben enfrentarse diariamente con una multitud de adversidades y peligros para llegar a la escuela. Estos jóvenes viven en cuatro puntos muy distantes de la tierra, pero comparten las mismas ganas de aprender y son conscientes de que sólo la educación les abrirá las puertas a un porvenir mejor. 'Camino a la escuela' es una película que rebosa optimismo y esperanza en un futuro, donde para Jackson, Carlitos, Zahira y Samuel todo es posible con coraje, predeterminación y esfuerzo.
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Críticas y comentario:
Las críticas, especialmente europeas. donde preocupa, o preocupaba más, la obligación de los estados por atender a la educación de sus ciudadanos, uno de los pilares del progreso de la sociedad, se reparten entre quienes han visto en el film un planteamiento original y por lo tanto válido, y los que rechazan el film con criterios varios:
Las críticas, especialmente europeas. donde preocupa, o preocupaba más, la obligación de los estados por atender a la educación de sus ciudadanos, uno de los pilares del progreso de la sociedad, se reparten entre quienes han visto en el film un planteamiento original y por lo tanto válido, y los que rechazan el film con criterios varios:
Jordi Costa se alinea con aquellos a quienes no ha satisfecho el film: "Seleccionados según un patrón multicultural entre el mapamundi disneyano a lo It’s a Small World y el espíritu Benetton, sus personajes están unidos por un mismo problema —la pura distancia física entre hogar y escuela—. Por supuesto, eso deja fuera de la ecuación los muchos otros condicionantes —sociales, culturales, de clase— que, a menudo, obstaculizan la universalidad de la escolarización. Con sus diálogos forzados al servicio del mensaje y una puesta en escena esteticista, el estilo extermina el discurso." (Buenas intenciones. Diario 'El País' 22 de enero de 2015).
Antonio Weinrichter hace una exhibición de baile de claqué para poder, al fin, realizar una dura crítica del documental: "Atención: esto no es una película solamente; es un gran proyecto educativo, un libro, un evento multimedia en favor de una buena causa (la escolarización en zonas no urbanas): nos presenta a cuatro niños de cuatro rincones del mundo que deben superar una cotidiana carrera de obstáculos sólo para acceder a su elemental derecho a la educación. Es imposible ponerla mal, resulta mezquino referirse sólo a sus aspectos fílmicos para encontrarle alguna pega, ¿no es cierto?
Quizá, pero el caso es que es un mal documental que incurre en todos los delitos y faltas posibles para atraer a un gran público (eso lo ha conseguido: chapeau) y halagar de forma complaciente nuestras conciencias. (...) el director tiene el aval de UNESCO y UNICEF pero no sé si se ganaría el de André Bazin. Otra cosa es que eso importe, a veces es cierto que el fin justifica los medios. (Crítica de 'Camino a la escuela': Carreras de obstáculos. Diario ABC, 23 de enero de 2015).
Jordi Batlle caminal no sólo se limita a denunciar las dificultades de algunos niños del mundo para lavarse o lavar su ropa para ir limpios cada día a la escuela, que contrasta con la protección vergonzante con que algunos padres occidentales intentan levantar murallas alrededor de sus polluelos cuando están fuera del hogar, que llegan incluso a demandar que si un niño de seis años tira de una trenza a una niña. se le acuse de maltrato de género. Plisson acota uno de los aspectos de la educación: las distancias que estos niños deben recorrer para ir a la escuela. Sin embargo el argumento que da Batlle a favor de la película es débil: "(¡cuántos de su misma edad y condición social no habrá que ni se planteen el hecho de estudiar!), pero eso no impide que Camino a la escuela sea un documental apasionante y un modelo muy a tener en cuenta de cine didáctico de valor humano incontestable." (Camino a la escuela: Pedagogía épica. Diario 'La Vanguardia, 23 de enero de 2015).
El número de películas que se ha hecho sobre la educación, sobre profesores y alumnos, docentes y discentes, con toda la problemática que conllevan las relaciones humanas, los franceses se han destacado por abordar la cuestión desde la perspectiva de la mayoría de la población que acude, bien por ideología, bien por escasez de recursos para pagar las actividades extras de los colegios privados, entre ellas La clase de Laurent Cantet (2008), que se introduce en las aulas de barrios parisinos marginales; Ser y tener de Nicolas Philibert (2002) sobre las escuelas unitarias rurales, que reúnen en el aula niños de aldeas dispersas y de diferentes edades a quienes recoge un pequeño autobús; Profesor Lazhar de Philippe Falardeau (2002), canadiense de cultura francófono, sobre los problemas de las aulas, incluida la recepción de emigrantes. Ahora llega 'Camino a la escuela', que incide en el mismo problema, abriendo el abanico, que plantea Buda explotó por vergüenza de Hanna Makhmalbaf, en el que una niña recorre grandes trechos para vender huevos y pan, alimentos de gran importancia en una economía de subsistencia y para acudir a una escuela rudimentaria, en plena montaña, bajo un sombrajo, con sillas y una pobre pizarra.
El mundo anglosajón, con una tradición de escuela privada y elitista más enraizada en la cultura de los países de habla inglesa, se ocupa de otro tipo de cuestiones individuales de los miembros de los diferentes colectivos como la ruptura de la disciplina inglesa ('El club de los poetas muertos' de Peter Weir , 1989); el choque entre la pasíón por la música y la vocación de la docencia, como Profesor Holland de Stephen Herek, 1995; o las internados en los que se atiende a chicos difíciles, entre las que destaca en los últimos tiempos 'Los chicos de coro', (2004), a los que se recupera a través de la música.
El número de películas que se ha hecho sobre la educación, sobre profesores y alumnos, docentes y discentes, con toda la problemática que conllevan las relaciones humanas, los franceses se han destacado por abordar la cuestión desde la perspectiva de la mayoría de la población que acude, bien por ideología, bien por escasez de recursos para pagar las actividades extras de los colegios privados, entre ellas La clase de Laurent Cantet (2008), que se introduce en las aulas de barrios parisinos marginales; Ser y tener de Nicolas Philibert (2002) sobre las escuelas unitarias rurales, que reúnen en el aula niños de aldeas dispersas y de diferentes edades a quienes recoge un pequeño autobús; Profesor Lazhar de Philippe Falardeau (2002), canadiense de cultura francófono, sobre los problemas de las aulas, incluida la recepción de emigrantes. Ahora llega 'Camino a la escuela', que incide en el mismo problema, abriendo el abanico, que plantea Buda explotó por vergüenza de Hanna Makhmalbaf, en el que una niña recorre grandes trechos para vender huevos y pan, alimentos de gran importancia en una economía de subsistencia y para acudir a una escuela rudimentaria, en plena montaña, bajo un sombrajo, con sillas y una pobre pizarra.
El mundo anglosajón, con una tradición de escuela privada y elitista más enraizada en la cultura de los países de habla inglesa, se ocupa de otro tipo de cuestiones individuales de los miembros de los diferentes colectivos como la ruptura de la disciplina inglesa ('El club de los poetas muertos' de Peter Weir , 1989); el choque entre la pasíón por la música y la vocación de la docencia, como Profesor Holland de Stephen Herek, 1995; o las internados en los que se atiende a chicos difíciles, entre las que destaca en los últimos tiempos 'Los chicos de coro', (2004), a los que se recupera a través de la música.
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