Se acerca la Navidad y se pone en marcha la imaginación.

Llega el fin de un año,  2014,  y la gente desea hacer feliz a los suyos con un regalo que reúna unas características muy especiales: que sea inútil, que sea imaginativo y que tenga magia, cosa cada vez más difícil de lograr, en un momento en el que las nuevas tecnologías invaden nuestros hogares con las imágenes más insólitas. Los publicistas deben esforzarse cada año para superar el anuncio del año anterior y algunos lo consiguen.

En el pasado más cercano, las colonias, el tabaco, las maquinillas de afeitar buscaban la carga erótica, y, aún hoy, los colores están semantizados: si una actriz célebre anuncia un perfume vestida con trajes dorados y se mueve en un contexto cargado de glamour construido de transparencias adornadas con este metal precioso, nos promete un paraíso tranquilo, amable, de aromas suaves,  pero si el color dominante es el rojo en su indumentaria, el contexto e incluso que el color de la botella que encierra el líquido precioso, sugiere algo muy diferente ; los hombres ya no se afeitan del todo y se imponen las maquinillas para un rasurado selectivo, son pocos los que fuman y están prohibidos los anuncios de tabaco, lo que también tiene sus consecuencias; Los hombre de hoy, que buscan la igualdad con las mujeres, y las mujeres que buscan la igualdad con los hombres, prefieren todo aquello que les ayude a resistir frente a quienes quieren que dejen  de sentirse  niños. El anuncio de Disney demuestra que todavía hay un camino largo que recorrer, ya que las mujeres lo realizan a ras de suelo y los hombres lo hacen volando. Pero si exigimos  un anuncio con magia, éste la tiene.