Il Sud è niente. Fabio Mollo.
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Ficha técnica:
Título original: Il sud e ninete.
País: Italia. Co-Producción Italia-Francia.
Año: 2013.
Duración: 85 minutos.
Dirección: Fabio Mollo.
Guión: Fabio Mollo y Josella Porto, basado en un argumento de Andrea Paolo Massara, Fabio Mollo, Josella Porto.
Casting: Sara Casani.
Dirección de Fotografía: Debora Vrizzi.
Música: Giorgio Giampà.
Montaje: Filippo Montemurro.
Sonido: Piero Fancellu.
Diseño de Vestuario: Andrea Cavalletto
Productores: Jean Denis Le Dinahet y Sébastien Msika.
Productor asociado: Vincebzo De Leo De Francesco.
Doc Film International, Luce Cinectittà, RAI Cinema., B24 Film (Roma) , Madakai (París), Torino FilmLab, Training Development Funding, con la contribución de la Fondazione Cakabria Film Commission per l'Audiovisivo., asociada con COFINOVA9.
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Intérpretes:
Vinicio Marchoni : Cristiano.
Miriam Karlkvist: Grazia,
Giorgio Musumeci: Pietro,
Andrea Bellisario: Cahmilo,
Francesco Colella: Mimmo,
Valentina Lodovini: Bianca,
Alessandra Costanzo: madre de Cristiano y abuela de Grazia,
Daniele Balicco: Profesora,,
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Sinopsis:
Grazia tiene 17 años. Su hermano Pietro desapareció hace años. Su padre nunca quiso hablar del tema. Una noche, decide buscarle y romper la ley del silencio a la que su padre siempre ha obedecido
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Comentario:
Magnífico film italiano sobre la omertà, o 'ley del silencio', dirigido por el debutante Fabio Mollo, al que Marco Chiani (Il sud è niente. http://www.mymovies.it), bautiza como pequeño, y que a mí me ha parecido grande; el bloguero italiano hace una breve reseña que recoge los elementos significativos y formales más destacados de la película: " (Situado) entre el realismo claro y casi mágico, la linealidad y la evanescencia, la ópera prima de Mollo es un trabajo que se centra en datos físicos y no en las palabras, siempre mutilados, enojados, susurrantes, incapaces de revelar una verdad oculta dall'omertà presente en una tierra muerta a golpes de silencio y complicidad. Situada en la frontera, en el estrecho de Messina, resulta el escenario perfecto para una historia que se coagula alrededor de todo el concepto de cambio, entendida en el sentido de evolución, renovación y cambio: en cierto modo, también presente el proceso del mismo luto, muy largo, por el hermano de Gracia se fusiona con una realidad social en la que parece que sólo es posible escapar al Norte."
Este es el análisis que se hace desde Italia, país cuyos ciudadanos conocen perfectamente la división que existe entre las regiones del Norte, más próspero y moderno, y el Sur, dominado por las mafias de forma más clara. Pocas veces existe la oportunidad de ver de forma tan directa, descarnada y cruda la forma en que incide la 'ley del silencio' en las poblaciones y la contribución de la iglesia en el mantenimiento de la situación; secuencias como la de la procesión y las tomas de los costaleros, o la contribución obligatoria de un padre, que apenas tiene dinero para dar de comer a su familia, acosado y ahogado por los mafiosos para que les venda todas sus propiedades y abandone el negocio y la localidad en la que fue asesinado su hijo, para la celebración de misas periódicas en las que se reza por el alma de Fabrizio. Pero de nada sirve proclamar a gritos una verdad que nadie quiere escuchar, unos por ser los verdugos y otros porque, aterrados, no quieren atraer la atención sobre su persona. El resultado es terrible para una población que sueña con poder escapar al Norte.
La muerte del hermano tiene unos efectos terribles en Grazia, que, aun después de conocer 'la verdad' que exige a su padre, no la acepta, y adopta un look andrógino que mantiene en ascuas al espectador hasta el final, cuando el director la desnuda dentro del agua, después de sembrar la confusión durante toda la película, con movimientos de la cámara que recorren minuciosamente las partes del cuerpo más reveladoras del sexo de una persona cualquiera, incluso algún detalle que contribuye a fomentar la desorientación, como la sorpresa que manifiesta su amigo tras tocarle por azar en la zona del pecho.
Un film valiente que sondea, no sólo en el hecho de la actitud que adopta una población miedosa en público, sino del miedo que se arrastra hasta los dormitorios, en los que el padre cierra la boca de su hija cuando pregunta. Por muy triste y lamentable que parezca la solución de estos individuos, lo mejor es arrojar al mar lo que te ata a la tierra y emprender el vuelo liberador, dejando atrás, por muy triste que parezca a tus mayores, esa abuela a la que protegía el joven Fabrizio, el verdadero protagonista de un film, en el que apenas hace acto de presencia.
Una historia narrada de forma minimalista, en la que contrasta el horror, el rencor, la desazón de Grazia con la belleza plácida y tranquila de la ciudad de Reggio Calabria, con sus aguas azules y límpidas que apenas se distinguen del cielo transparente, y en cuyas orillas descansa la barca de Fabrizio, en espera de un dueño que jamás volverá. Las atracciones de feria son contempladas desde fuera, como algo impostado, al contrario de lo que ocurre con la procesión, en la que el cámara se mete en medio de la vorágine para captar hasta la más mínima expresión de exaltación, acaloramiento, efervescencia y pérdida del control que manifiestan los devotos de una imagen de un cuadro que pasean por la población unos costaleros entre los que se mezclan mafiosos y víctimas. Fabio Mollo hace una película tan comprometida como la famosa 'Gomorra' de Matteo Garrone (2008), basada en la novela de Roberto Saviano, que tantos disgustos les ha ocasionado a guionista y director. El joven realizador evita hacer explícitas las coacciones y los asesinatos en pantalla, centrándose en los efectos de las acciones criminales, pero resulta estremecedora la imagen que muestra la maleta de Cristiano, hecha en el momento en que debe abandonar su ciudad natal, de la camiseta del hijo con un agujero a la altura del corazón y la mancha que se esparce a su alrededor.
Magnífico film italiano sobre la omertà, o 'ley del silencio', dirigido por el debutante Fabio Mollo, al que Marco Chiani (Il sud è niente. http://www.mymovies.it), bautiza como pequeño, y que a mí me ha parecido grande; el bloguero italiano hace una breve reseña que recoge los elementos significativos y formales más destacados de la película: " (Situado) entre el realismo claro y casi mágico, la linealidad y la evanescencia, la ópera prima de Mollo es un trabajo que se centra en datos físicos y no en las palabras, siempre mutilados, enojados, susurrantes, incapaces de revelar una verdad oculta dall'omertà presente en una tierra muerta a golpes de silencio y complicidad. Situada en la frontera, en el estrecho de Messina, resulta el escenario perfecto para una historia que se coagula alrededor de todo el concepto de cambio, entendida en el sentido de evolución, renovación y cambio: en cierto modo, también presente el proceso del mismo luto, muy largo, por el hermano de Gracia se fusiona con una realidad social en la que parece que sólo es posible escapar al Norte."
Este es el análisis que se hace desde Italia, país cuyos ciudadanos conocen perfectamente la división que existe entre las regiones del Norte, más próspero y moderno, y el Sur, dominado por las mafias de forma más clara. Pocas veces existe la oportunidad de ver de forma tan directa, descarnada y cruda la forma en que incide la 'ley del silencio' en las poblaciones y la contribución de la iglesia en el mantenimiento de la situación; secuencias como la de la procesión y las tomas de los costaleros, o la contribución obligatoria de un padre, que apenas tiene dinero para dar de comer a su familia, acosado y ahogado por los mafiosos para que les venda todas sus propiedades y abandone el negocio y la localidad en la que fue asesinado su hijo, para la celebración de misas periódicas en las que se reza por el alma de Fabrizio. Pero de nada sirve proclamar a gritos una verdad que nadie quiere escuchar, unos por ser los verdugos y otros porque, aterrados, no quieren atraer la atención sobre su persona. El resultado es terrible para una población que sueña con poder escapar al Norte.
La muerte del hermano tiene unos efectos terribles en Grazia, que, aun después de conocer 'la verdad' que exige a su padre, no la acepta, y adopta un look andrógino que mantiene en ascuas al espectador hasta el final, cuando el director la desnuda dentro del agua, después de sembrar la confusión durante toda la película, con movimientos de la cámara que recorren minuciosamente las partes del cuerpo más reveladoras del sexo de una persona cualquiera, incluso algún detalle que contribuye a fomentar la desorientación, como la sorpresa que manifiesta su amigo tras tocarle por azar en la zona del pecho.
Un film valiente que sondea, no sólo en el hecho de la actitud que adopta una población miedosa en público, sino del miedo que se arrastra hasta los dormitorios, en los que el padre cierra la boca de su hija cuando pregunta. Por muy triste y lamentable que parezca la solución de estos individuos, lo mejor es arrojar al mar lo que te ata a la tierra y emprender el vuelo liberador, dejando atrás, por muy triste que parezca a tus mayores, esa abuela a la que protegía el joven Fabrizio, el verdadero protagonista de un film, en el que apenas hace acto de presencia.
Una historia narrada de forma minimalista, en la que contrasta el horror, el rencor, la desazón de Grazia con la belleza plácida y tranquila de la ciudad de Reggio Calabria, con sus aguas azules y límpidas que apenas se distinguen del cielo transparente, y en cuyas orillas descansa la barca de Fabrizio, en espera de un dueño que jamás volverá. Las atracciones de feria son contempladas desde fuera, como algo impostado, al contrario de lo que ocurre con la procesión, en la que el cámara se mete en medio de la vorágine para captar hasta la más mínima expresión de exaltación, acaloramiento, efervescencia y pérdida del control que manifiestan los devotos de una imagen de un cuadro que pasean por la población unos costaleros entre los que se mezclan mafiosos y víctimas. Fabio Mollo hace una película tan comprometida como la famosa 'Gomorra' de Matteo Garrone (2008), basada en la novela de Roberto Saviano, que tantos disgustos les ha ocasionado a guionista y director. El joven realizador evita hacer explícitas las coacciones y los asesinatos en pantalla, centrándose en los efectos de las acciones criminales, pero resulta estremecedora la imagen que muestra la maleta de Cristiano, hecha en el momento en que debe abandonar su ciudad natal, de la camiseta del hijo con un agujero a la altura del corazón y la mancha que se esparce a su alrededor.
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