Los chicos del barrio. John Siingleton.
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John Singleton |
Título original: Boyz N The Hood.
País: Estados Unidos.
Año: 1991.
Duración: 112 minutos.
Dirección: John Singleton.
Guión: John Singleton.
Casting: Jaki Brown.
Dirección de Fotografía:Charles Mills
Música. Score original: Stanley Clarke; supervisor: Raoul Roach.
Edición: Bruce Cannon.
Director artístico: Bruce Bellamy.
Ice Cube |
Coordinador de especialistas: Bob Minor.
Efectos especiales: Special Effects Unlimited.
Maquillaje: Marietta A. Carter.
Estilista de peluquería: Sterfon Demings.
Productor: Steve Nicolaides.
Productor asociado:Kendrick J.Wallace.
Productor-coordinador: Linda Allan-Folsom.
Columbia Pictures.
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Lawrence Fishburne |
Lawrence Fishburne: Furious Styles,
Ice Cube: Doughboy
Cuba Gooding, Jr.: Tre Styles,
Nia Long: Brani,
Morris Chestnut: Ricky Baker,
Tyra Ferrell: Mrs. Baker.
Angela Bassett: Reva Styles.
Meta King: Madre de Brandi.
Whitman Mayo: Hombre viejo.
Nicole Brown: Brandi a los 10 años.
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Sinopsis:
Sorprendente debut del jovencísimo John Singleton -nominado al Oscar al mejor director con tan sólo 21 años- en un aclamado drama que cuenta la historia de tres amigos de la infancia que viven en un peligroso barrio de Los Angeles. Los tres deberán enfrentarse a difíciles decisiones para abrirse camino en sus vidas.
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Comentario:
El film de John Singleton "Los chicos del barrio'·( Boyz N The Hood (1991) sería complementado dos años más tarde (1993) con la visión apocalíptica de los suburbios de Los Ángeles en la película de Albert y Allen Hughes, 'Menace II Society, cuyo título fue lamentablemente traducido al español por "Infierno en los Ángeles', representando entre ambas el haz y el envés de una misma situación. La diferencia entre ambos títulos radica, no sólo en cuestiones de estilo, sino en la actitud de uno y otros ante la situación de sus 'hermanos' en estas zonas suburbiales: mientras el jovencísimo Singleton mantenía la esperanza, en una de las más bellas metáforas sobre el poder de la educación, que no es otra cosa que conducir al que crece y se desarrolla de forma natural, los Hermanos Hughes, se muestran mucho más pesimistas y nos muestran a unos jóvenes, educados por sus abuelos, porque la generación intermedia se ha perdido, aniquilada por las drogas, asesinada en las calles o pudriéndose en las cárceles a la espera de la aplicación de la pena capital, en el corredor de la muerte, o cumpliendo cadenas perpetuas que les impiden hacerse cargo de hijos que, en muchas ocasiones, han tenido en la adolescencia. La actitud de Singleton es más ideológica y comprometida con la defensa de la regeneración y salvación de los negros; la de los hermanos más nihilista y desesperanzada.
Los padres de Tre, Furius y Reva se han comprometido en la educación de su hijo, en su formación en valores, como la educación en la no-violencia, el respeto, el trabajo, el estudio, etc., situación que le hace parecer más débiles y pusilánimes ante las provocaciones y menos libres que sus compañeros aunque todos son conscientes de que él llegará a la Universidad y los demás apenas cumplirán veinte años; Brandi es un gran deportista, lo que le garantiza un puesto en la enseñanza superior. Tan sólo tiene que superar una especie de reválida; cuando la mala suerte, ayudada por la colaboración de la muerte, quiere que las cosas no sucedan como estaba previsto, Tre intenta vengar la muerte de su amigo, pero lo más reconfortante, para los que pensamos así, es que en el último momento pesa más la educación que las malas pasiones, el deseo de ganarse un puesto en el organigrama de los chulos y los macarras, y el deseo de venganza. La alternancia de secuencias en las que vemos al joven con sus amigos en un coche, buscando a los asesinos, y la mano del padre dando vueltas a unas bolas de acero, para poder soportar la ansiedad de la espera, es francamente impactante y dolorosa.
Ejecutada la sentencia dictada por los propios jóvenes, el joven Doughboy, hermano del asesinado Brandi, un pobre parásito, violento, bebedor y sexista, le reconoce a Tre que su mejor opción había sido la de bajarse del coche, algo preferible a 'que esa mierda le hubiera perseguido toda la vida', y su discurso final es una llamada de socorro, no solo a la sociedad americana, sino a la población global, sobre la situación que viven los negros en el corazón del mundo desarrollado: "hace tiempo que no me levantaba tan temprano. Esta mañana me he puesto la TV y hablaban de toda esa mierda de vivir en un mundo podrido y vil, y han salido otros países y la gente que vive en ellos y me he puesto a pensar, tío: o bien no lo saben, o no lo dicen o no les importa lo que les pasa a los negros." Dos semanas después de enterrar a su hermano, Doughboy será asesinado, confirmando la teoría de Charlotte Bronté en 'Jane Eyre' de que es más fácil ir a resolver los asuntos de los demás, que poner orden en tu propia casa. El polícia blanco que hace la patrulla junto a su compañero de color se muestra asombrado ante el desprecio y la actitud seriamente amenazante, que le hubiera valido el puesto en caso de haber actuado de esta forma con un hombre blanco, con que éste trata a los que entre sí se llaman 'hermanos'.
Los hermanos Hughes prestarán atención a aquellos otros jóvenes de los que nadie se ocupa y el discurso resultante no puede ser más triste y desesperanzador: nadie puede hacer nada para que unos jóvenes, recluidos en unas ghettos, con licorerías, venta de drogas y policías de gatillo fácil, encuentren la forma de llevar un vida honrada y larga. La muerte está al acecho, y sus víctimas descansan sin paz en descampados, en los que se pudren ante la vista morbosa de los niños más pequeños; unos jóvenes a los que nadie reclama, y cuyos padres no quisieron perder su tiempo en enseñar, educar y vigilar, confundiendo atrevimiento e ignorancia con valentía e independencia. Ter vive en sociedad y es casi imposible que no sufra la influencia de la calle, e incluso esté a punto de caer en el fango, aunque años de cuidado, vigilancia y protección han levantado un edificio en su interior, difícil de derribar. Dougboy lamenta que su madre nunca lo haya querido, que haya preferido a Brandi, con más futuro porque le gustaba jugar al fútbol, aunque antes de cumplir la mayoría de edad ya había tenido un hijo, que como los de 'Menace IISociety', crecería sin padre, cuidado por su abuela y por su madre.
Singleton no presenta a un colectivo hacinado en barrios sórdidos, en casas ruinosas, como los que nos muestra Spike Lee, sino en urbanizaciones de casas unifamiliares, aisladas unas de las otras, con pequeños jardines y muebles nuevos, algunos de los cuales, como los sofás de colores claros y a la moda, cubren con plásticos transparentas para evitar que se ensucien; los jóvenes llevan buena ropa y enormes coches, y se reúnen en una zona de ocio, en la que con frecuencia se producen verdaderos tiroteos y se generan enemistades y rencores que, en ocasiones obedecen simplemente a que el agredido es más educado y respetuoso que los demás y tiene potencial para conseguir una carrera y salir del barrio, perfil que a Brandi le costará la vida. No es un barrio afectado por la indigencia, sino por la falta de valores, que según Furious se busca desde el propio poder, con el objetivo de que el pueblo negro se autoinmole.
Un film necesario para que no se nos olvide el peso de la educación en el respeto a los demás, sea cual sea el color de su piel, su religión, su edad, su clase social..., realizado por un, entonces, joven cineasta que estuvo a punto de conseguir un Óscar con esta película, cuando tenía 21 años. Y no olvidemos que era su opera prima.
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Comentario:
El film de John Singleton "Los chicos del barrio'·( Boyz N The Hood (1991) sería complementado dos años más tarde (1993) con la visión apocalíptica de los suburbios de Los Ángeles en la película de Albert y Allen Hughes, 'Menace II Society, cuyo título fue lamentablemente traducido al español por "Infierno en los Ángeles', representando entre ambas el haz y el envés de una misma situación. La diferencia entre ambos títulos radica, no sólo en cuestiones de estilo, sino en la actitud de uno y otros ante la situación de sus 'hermanos' en estas zonas suburbiales: mientras el jovencísimo Singleton mantenía la esperanza, en una de las más bellas metáforas sobre el poder de la educación, que no es otra cosa que conducir al que crece y se desarrolla de forma natural, los Hermanos Hughes, se muestran mucho más pesimistas y nos muestran a unos jóvenes, educados por sus abuelos, porque la generación intermedia se ha perdido, aniquilada por las drogas, asesinada en las calles o pudriéndose en las cárceles a la espera de la aplicación de la pena capital, en el corredor de la muerte, o cumpliendo cadenas perpetuas que les impiden hacerse cargo de hijos que, en muchas ocasiones, han tenido en la adolescencia. La actitud de Singleton es más ideológica y comprometida con la defensa de la regeneración y salvación de los negros; la de los hermanos más nihilista y desesperanzada.
Los padres de Tre, Furius y Reva se han comprometido en la educación de su hijo, en su formación en valores, como la educación en la no-violencia, el respeto, el trabajo, el estudio, etc., situación que le hace parecer más débiles y pusilánimes ante las provocaciones y menos libres que sus compañeros aunque todos son conscientes de que él llegará a la Universidad y los demás apenas cumplirán veinte años; Brandi es un gran deportista, lo que le garantiza un puesto en la enseñanza superior. Tan sólo tiene que superar una especie de reválida; cuando la mala suerte, ayudada por la colaboración de la muerte, quiere que las cosas no sucedan como estaba previsto, Tre intenta vengar la muerte de su amigo, pero lo más reconfortante, para los que pensamos así, es que en el último momento pesa más la educación que las malas pasiones, el deseo de ganarse un puesto en el organigrama de los chulos y los macarras, y el deseo de venganza. La alternancia de secuencias en las que vemos al joven con sus amigos en un coche, buscando a los asesinos, y la mano del padre dando vueltas a unas bolas de acero, para poder soportar la ansiedad de la espera, es francamente impactante y dolorosa.
Ejecutada la sentencia dictada por los propios jóvenes, el joven Doughboy, hermano del asesinado Brandi, un pobre parásito, violento, bebedor y sexista, le reconoce a Tre que su mejor opción había sido la de bajarse del coche, algo preferible a 'que esa mierda le hubiera perseguido toda la vida', y su discurso final es una llamada de socorro, no solo a la sociedad americana, sino a la población global, sobre la situación que viven los negros en el corazón del mundo desarrollado: "hace tiempo que no me levantaba tan temprano. Esta mañana me he puesto la TV y hablaban de toda esa mierda de vivir en un mundo podrido y vil, y han salido otros países y la gente que vive en ellos y me he puesto a pensar, tío: o bien no lo saben, o no lo dicen o no les importa lo que les pasa a los negros." Dos semanas después de enterrar a su hermano, Doughboy será asesinado, confirmando la teoría de Charlotte Bronté en 'Jane Eyre' de que es más fácil ir a resolver los asuntos de los demás, que poner orden en tu propia casa. El polícia blanco que hace la patrulla junto a su compañero de color se muestra asombrado ante el desprecio y la actitud seriamente amenazante, que le hubiera valido el puesto en caso de haber actuado de esta forma con un hombre blanco, con que éste trata a los que entre sí se llaman 'hermanos'.
Los hermanos Hughes prestarán atención a aquellos otros jóvenes de los que nadie se ocupa y el discurso resultante no puede ser más triste y desesperanzador: nadie puede hacer nada para que unos jóvenes, recluidos en unas ghettos, con licorerías, venta de drogas y policías de gatillo fácil, encuentren la forma de llevar un vida honrada y larga. La muerte está al acecho, y sus víctimas descansan sin paz en descampados, en los que se pudren ante la vista morbosa de los niños más pequeños; unos jóvenes a los que nadie reclama, y cuyos padres no quisieron perder su tiempo en enseñar, educar y vigilar, confundiendo atrevimiento e ignorancia con valentía e independencia. Ter vive en sociedad y es casi imposible que no sufra la influencia de la calle, e incluso esté a punto de caer en el fango, aunque años de cuidado, vigilancia y protección han levantado un edificio en su interior, difícil de derribar. Dougboy lamenta que su madre nunca lo haya querido, que haya preferido a Brandi, con más futuro porque le gustaba jugar al fútbol, aunque antes de cumplir la mayoría de edad ya había tenido un hijo, que como los de 'Menace IISociety', crecería sin padre, cuidado por su abuela y por su madre.
Singleton no presenta a un colectivo hacinado en barrios sórdidos, en casas ruinosas, como los que nos muestra Spike Lee, sino en urbanizaciones de casas unifamiliares, aisladas unas de las otras, con pequeños jardines y muebles nuevos, algunos de los cuales, como los sofás de colores claros y a la moda, cubren con plásticos transparentas para evitar que se ensucien; los jóvenes llevan buena ropa y enormes coches, y se reúnen en una zona de ocio, en la que con frecuencia se producen verdaderos tiroteos y se generan enemistades y rencores que, en ocasiones obedecen simplemente a que el agredido es más educado y respetuoso que los demás y tiene potencial para conseguir una carrera y salir del barrio, perfil que a Brandi le costará la vida. No es un barrio afectado por la indigencia, sino por la falta de valores, que según Furious se busca desde el propio poder, con el objetivo de que el pueblo negro se autoinmole.
Un film necesario para que no se nos olvide el peso de la educación en el respeto a los demás, sea cual sea el color de su piel, su religión, su edad, su clase social..., realizado por un, entonces, joven cineasta que estuvo a punto de conseguir un Óscar con esta película, cuando tenía 21 años. Y no olvidemos que era su opera prima.
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