Muerte en el Nilo. John Guillermin Film

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Ficha técnica:

Título original: Death on the Nile.
País: Estados Unidos
Año: 1978.
Duración: 142 minutos

Dirección: John Guillermin.
Guión: Anthony Shaffer, basado en una novela de Agatha Cristhies.
Casting: Dyson  Lovell.
Director de Fotografía: Jack Kardiff.
Cámara: Alec Mills.
Música: Nino Rota; dirigida por Marcus Dods.
Edición: Malcolm Cooke..
Dirección artística: John Peterson.

Diseño de Vestuario: Anthony Powell


Productores: John Brabourne y Richard Goodwin Production.
Productor asociado: Morton Knatchbull.
Productor Manager: Barrie Melrose.
Diseño de producción: Peter Murton.
Compañías: StudioCanal

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Intérpretes:

Peter Ustinov: Hércules Poirot, detective Holandés,
Jane Birkin: Louise Bourget,
Lois Chiles: Linne Ridgewait,
Bette Davis: Mrs. Van Schuyler,
Mia Farrow: Jacqueline De Bellefort,
Jon Finch: Mr. Ferguson,
Olivia Hussey: Rosalie Otterbourne,
George Kennedy: Andrew Pennigton,
Angela Lansbury: Mrs. Salome Otterbourne,
Simon MacCorkindale: Simon Doyle,
David Niven: Coronel Race,
Maggie Smith: Miss Bovers,
Jack Warden: Dr. Wesner,
Harry Andrews: Barnstaple,
Andrew Manson: Egipcio.
Sam Wanamaker: Rock Ford,

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Sinopsis:

Una heredera americana es asesinada durante un crucero por el Nilo. El detective Hércules Poirot es el encargado de descubrir este y otros asesinatos que se suceden en el viaje.

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Comentario:

Muerte en el Nilo, (1978 ),  película del cineasta británico John Guillermin,  director, escritor y productor de cine inglés, que realizó grandes superproducciones, tanto en su país como en EE.UU., la Meca del cine, (El coloso en llamas, 1974, King Kons I y II, 1976  y 1986), se convirtió pronto en otra más de sus obras de culto, una adaptación literaria de la escritora de novelas policíacas y de suspense , Agatha Christie, una escritora conservadora  que gozaba de las simpatías de un público elitista y 'tory' y de otros sectores más populares proclives a imitar el comportamiento social de las clases altas, en la medida de sus posibilidades. La película contenía todos los ingredientes para hacerla atractiva a  sus lectores, un relato coral en un crucero por el río Nilo, cuando estos viajes sólo estaban al alcance de la categoría de los pasajeros que representa y para cuya adaptación cinematográfica se contrató a los actores más destacados de la comedia británica, de maneras exquisitas, distinguidas y elegantes, aptos para encarnar a los hombres y mujeres de porte aristocrático que emanaban de la imaginación de la escritora, educada en París, que tras su enigmática e impenetrable fachada guardaban secretos importantes que podían arrastrarlos a cometer los crímenes más vulgares con pistolas de diseño. No obstante hubo que moderar su exaltación patriótica pro-colonialisra y su manipulación tendenciosa e hiriente del único comunista que aparece en esta historia, que podía levantar ampollas en un mundo capitalista  que aún estaba digiriendo la revolución francesa de mayo de 1968, precedida por otros movimientos de liberación,  anti-segregacionistas y en pro de los derechos civiles que la precedieron al otro lado del Atlántico y que habían costado la vida al presidente John Kennedy (El mayordomo,  Lee Daniels 2013) . John Guillermin evitó la polémica y procuró que su público no desviara la atención de la trama de la historia.

Enormes decorados de cartón piedra del Valle de la Muerte, las Pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos, la célebre esfinge y los templos de Abu Simbel y Karnak satisfacen el ansía de conocer de una población que iba accediendo poco apoco al conocimiento, aunque todavía muy limitado, de la historia del hombre, y a la que Guillermín complace con una edición interesante que incluye elipsis como la de la boda soñada por Jacqueline de Bellefort (Mia Farrow) que en la realidad se transforma en la de aquella a la que, hasta ese momento, consideraba su amiga, Linne Ridgewait (Lois Chiles);  a su alrededor una atractiva sirvienta, interpretada por Jane Birkin (la hermosa madre de Charlotte Gainsbourg, actriz-fetiche de Lars Von Trier), una escritora que encarna Angela Lansbury, una anciana cleptómana (Bette Davis) y su señorita de compañía y otros muchos pasajeros, todos los cuales tenían razones para asesinar a la joven heredera. Jacqueline, cuyos motivos eran conocidos porque no se molestaba en ocultarlos y había asumido las consecuencias de una actuación que el destino había decidido por ella, comienza a funcionar como una'gota malaya' que va deteriorando la paz y la confianza del matrimonio en luna de miel.

Si la edición es buena, Guillermin se muestra como un buen artífice de la tensión que acompaña al suspense de la acción; la secuencia de Karnak es un buen ejemplo de que se puede crear inquietud no solo con una BSO (música y sonido) fuertemente diegética, sino con el silencio más absoluto, que acompaña a los visitantes del complejo milenario, que se mueven entre sus inmensas columnas, acompañados en su deambular entre ellas, del sigilo y una paz más amedrantadora que un ruido atronador, momento en el que incluso los planos subjetivos, que esconden al que va a actuar de forma criminal de inmediato, se combinan con un montaje de foto-fija muy curioso. En definitiva, Guillermin realiza una película que interesa por muchos motivos,a los que se suma el hecho de que es una obra maestra que marca la senda a futuros cineastas, a la vez que entretiene cuando frivoliza sobre la naturaleza de la condición humana, por mucho que se revista de clase media alta.