Jimmy P. Arnaud Desplechin
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Ficha técnica:
Título original: Jimmy P
Páís: Francia/USA
Año: 2013
Duración: 117 minutos
Dirección: Arnaud Desplechin
Guión: Arnaud Desplechin, Kent Jones y Julie Peyr
Dirección de Fotografía: Stéphane Fonaine. Color
Música: Howard Shore
Montaje: Laurence Briaud.
Productores: Pascal Caucheteux y Jennifer Roth
Compañías: Why Not Productions en co-producción con Orange Studio, France2 Cinema, Hèrodiade, Le Pacte, Worldview Entertainment y la colaboración de Canal +, Ciné +, France Televisions, Smuggier Films
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Intérpretes:
Benicio del Toro: Jimmy Picard
Mathieu Amalric: Georges Devereux
Gina McKee: Madeleine Larry Pine: Dr. Karl Menninger
Joseph Gross: Dr. Holt
Gary Farmer: Jack
Michelle Trush: Gayle Picard
Misty Upham: Jane
A.Martínez: Bear Willie Claw
Michael Greyeyes: Allan
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Sinopsis:
Al final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Jimmy Picard, un indio Blackfoot que combatió en Francia, ingresa en el hospital militar de Topeka (Kansas), un centro especializado en enfermedades mentales. Picard sufre varios trastornos: vértigo, ceguera temporal, pérdida de audición... Debido a la ausencia de causas fisiológicas, el diagnóstico es esquizofrenia. La dirección del hospital decide, sin embargo, pedir la opinión de un etnólogo y psicoanalista francés, especialista en culturas amerindias.
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Premios:
2013: Festival de Cannes: Sección oficial largometrajes a concurso
2013: Festival de Sevilla: Sección oficial a concurso
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Críticas y comentario:
No hay nada que altere el continuum plano en todos los elementos que constituyen el lenguaje audiovisual: guión, edición, color, movimiento de las cámaras, trabajo de los actores. Esta insoportable sensación de no avanzar hace exclamar a Carlos Boyero:" La terapéutica cháchara entre el curador y su paciente puede aburrir al espectador más comprensivo. No hay problema si te duermes un rato. Al despertar sentirás que no te has perdido nada trascendente, que todo sigue igual de monótono y plano. Benicio del Toro y Mathieu Amalric son dos actores atractivos, pero su contrastado magnetismo aquí te deja absolutamente indiferente." ( Un admirable retrato de la infancia y del desgarro familiar. Diario El País).
Más o menos opina lo mismo Javier Ocaña: " La pena es que ahora que parece que su siguiente trabajo llega con normalidad a nuestras salas, y no con retraso mayúsculo o vía DVD-VOD, resulta que Jimmy P. es un ladrillo en toda regla." (El incómodo Desplechin. Diario El País). A.O. Scott (Therapist and Patient, odd and charming), considera, sin embargo, la película de Desplechin un film reflexivo, gentil y absorbente.
Israel Paredes Badía en la entradilla de su artículo "El aburrimiento como fascinación", aunque se siente decepcionado, afirma que Desplechin consigue hacer del aburrimiento algo fascinante: "El propio cineasta ha manifestado que en la presentación de ambos personajes buscó el crear una cierta disfunción a partir de las interpretaciones de ambos actores, potenciando dos supuestas maneras de actuar diferentes que, podría decirse, corresponden a un actor norteamericano y a otro francés, diferenciación que, a su vez, se podría traducir en dos estilos diferentes de creación cinematográfica" y a la par "una suerte de combinación estilística, como si quisiera adaptarse a unos modos de creación sin renunciar a los suyos propios y, además, enfatizando en pantalla esa dualidad (...) Pero lo más que consigue, y muy bien, es crear extrañeza."
Ocurre que, por muy buenas que sean las intenciones, por muy profunda que sea la reflexión, sobre la otredad, la sensación de considerarse extranjero en un país creado por extranjeros, mediante una conversación prolongada entre un médico y su paciente, el resultado es indeseado y exige un manifiesto adjunto para que el espectador entienda la excelencia de la obra, sensación que no le llega por la mera contemplación de la misma; esto produce, en definitiva, un sentimiento de decepción de crítica y público. Si buscaba el extrañamiento en este film sobre extraños, con elementos molestos que incomodaran al espectador para obligarle a reflexionar (esquemas y acompañamiento musical redundante), lo más que ha conseguido es hastiarlo. Israel Paredes concluye afirmando que " Jimmy P. acaba siendo fascinante por el atroz aburrimiento que produce. Y en esta contradicción, que produce, una vez más, extrañeza al pensarlo, se sitúa una obra enigmática y estimulante." (Ibid) . Extraña forma de fascinar.
Más o menos opina lo mismo Javier Ocaña: " La pena es que ahora que parece que su siguiente trabajo llega con normalidad a nuestras salas, y no con retraso mayúsculo o vía DVD-VOD, resulta que Jimmy P. es un ladrillo en toda regla." (El incómodo Desplechin. Diario El País). A.O. Scott (Therapist and Patient, odd and charming), considera, sin embargo, la película de Desplechin un film reflexivo, gentil y absorbente.
Israel Paredes Badía en la entradilla de su artículo "El aburrimiento como fascinación", aunque se siente decepcionado, afirma que Desplechin consigue hacer del aburrimiento algo fascinante: "El propio cineasta ha manifestado que en la presentación de ambos personajes buscó el crear una cierta disfunción a partir de las interpretaciones de ambos actores, potenciando dos supuestas maneras de actuar diferentes que, podría decirse, corresponden a un actor norteamericano y a otro francés, diferenciación que, a su vez, se podría traducir en dos estilos diferentes de creación cinematográfica" y a la par "una suerte de combinación estilística, como si quisiera adaptarse a unos modos de creación sin renunciar a los suyos propios y, además, enfatizando en pantalla esa dualidad (...) Pero lo más que consigue, y muy bien, es crear extrañeza."
Ocurre que, por muy buenas que sean las intenciones, por muy profunda que sea la reflexión, sobre la otredad, la sensación de considerarse extranjero en un país creado por extranjeros, mediante una conversación prolongada entre un médico y su paciente, el resultado es indeseado y exige un manifiesto adjunto para que el espectador entienda la excelencia de la obra, sensación que no le llega por la mera contemplación de la misma; esto produce, en definitiva, un sentimiento de decepción de crítica y público. Si buscaba el extrañamiento en este film sobre extraños, con elementos molestos que incomodaran al espectador para obligarle a reflexionar (esquemas y acompañamiento musical redundante), lo más que ha conseguido es hastiarlo. Israel Paredes concluye afirmando que " Jimmy P. acaba siendo fascinante por el atroz aburrimiento que produce. Y en esta contradicción, que produce, una vez más, extrañeza al pensarlo, se sitúa una obra enigmática y estimulante." (Ibid) . Extraña forma de fascinar.
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