Good bye Lenin. Wolfgang Becker
Ficha técnica:
Título original: Good bye Lenin!
País: Alemania
Año:2003
Duración: 118 minutos
Dirección: Wolfgang Becker
Guión: Bernd Lichtenberg; co-guionista:Wolfgang Becker
Casting: Simone Bâr
Dirección de Fotografía: Martin Kukula, b.v.k.
Música: Yann Tiersen
Sonido: Wolfgang Schukrafft
Mezclas: Martin Steyer
Decorados: Lothar Holler
Montaje: Peter R.Adam
Dirección artística: Darius Chanai
Diseño de Vestuario: AennePlaumann, s.f.k.
Maquillaje: Lena Lazzarotto
Productores: Stefan Arndt
Productor ejecutivo: Marcos Kantis
Diseño de producción: Milanka Comfort
Intérpretes:
Daniel Brühl: Alex
Katrin Sass: Su madre
Chulpan Khamatova: Lara
Maria Simon: Ariane
Florian Lukas: Denis
AlexanderBeyer: Rainer
Burghart Klaussner: Padre deAlex
Michael Gwisdek: Klapprath
Christine Schorn: Señora Schäffer
Jûrgen Holtz: Señor Ganske
Jochen Stern:Señor Mehlert
...
Sinopsis:
La madre de Alex, una mujer orgullosa de sus ideas socialistas, despierta después de haber pasado ocho meses en coma, concretamente desde octubre de 1989. Alex no se atreve a explicarle la caída del Muro de Berlín y la instauración del capitalismo en Alemania Oriental, así que decide convertir su casa en una isla anclada en el pasado, una especie de museo del socialismo donde su madre viva creyendo que nada ha cambiado.
Wolfgang Becker con una caligrafia gastada que huele a fin de régimen, recrea un mundo imaginario que nunca ha existido y que él construye para su madre, enferma del corazón, a la que las emociones fuertes pueden acabar matando. En su universo imaginario los hombres reconocen sus errores y rectifican y los parados y pobres de la República Federal saltan el muro de Berlín para cruzar al mundo socialista. Pero lo que de verdad está sucediendo es que la unificación ha terminado con los ideales en los que creyó su madre, que ya había sentido los males de la burocratización del sistema y que es precisamente de este paraíso del que huyen los ciudadanos.
Wolfgang recrea las mentalidades del momento en el que un sistema comunista decadente es sustituido por la quimera de la Coca-Cola, Ikea y la ropa interior de diseño, tan falsa como el decorado que levanta alrededor de su madre para que no descubra que las ideas que defendió habían fracasado. Pero también capta la influencia que ejerció sobre los jóvenes la carrera espacial que se inició con el lanzamiento del Sputnik, y la colaboración internacional en la estación espacial Soyuz, así como el prestigio de los llamados astronautas en occidente y cosmonautas en las repúblicas socialistas, uno de los cuales, finalizado su servicio al país seguía trabajando como taxista. La atracción de Alex por estos personajes, que invadían todos los medios de comunicación y las historias de cualquier soporte, ya fuera el papel o las ondas, adquiere cuerpo en el funeral de su madre: construye un cohete y lanza sus cenizas al espacio.
Comentario:
Wolfgang Becker con una caligrafia gastada que huele a fin de régimen, recrea un mundo imaginario que nunca ha existido y que él construye para su madre, enferma del corazón, a la que las emociones fuertes pueden acabar matando. En su universo imaginario los hombres reconocen sus errores y rectifican y los parados y pobres de la República Federal saltan el muro de Berlín para cruzar al mundo socialista. Pero lo que de verdad está sucediendo es que la unificación ha terminado con los ideales en los que creyó su madre, que ya había sentido los males de la burocratización del sistema y que es precisamente de este paraíso del que huyen los ciudadanos.
Wolfgang recrea las mentalidades del momento en el que un sistema comunista decadente es sustituido por la quimera de la Coca-Cola, Ikea y la ropa interior de diseño, tan falsa como el decorado que levanta alrededor de su madre para que no descubra que las ideas que defendió habían fracasado. Pero también capta la influencia que ejerció sobre los jóvenes la carrera espacial que se inició con el lanzamiento del Sputnik, y la colaboración internacional en la estación espacial Soyuz, así como el prestigio de los llamados astronautas en occidente y cosmonautas en las repúblicas socialistas, uno de los cuales, finalizado su servicio al país seguía trabajando como taxista. La atracción de Alex por estos personajes, que invadían todos los medios de comunicación y las historias de cualquier soporte, ya fuera el papel o las ondas, adquiere cuerpo en el funeral de su madre: construye un cohete y lanza sus cenizas al espacio.
Un film ingenuo, tierno, que supone la crónica del amor de un hijo por su madre, por la que está dispuesta a sacrificarse, mentir e inventir, con la colaboración de sus amigos más íntimos.
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