Noche de miedo. Craig Gillespie. Ficha técnica completa y comentario
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Ficha técnica:
Título original: Fright night
País: Estados Unidos
Año: 2011
Duración: 106 minutos
Dirección: Craig Gillespie
Guión: Marti Noxon, basado en un texto de Tom Holland para la película noche de miedo
Casting: Alison Jones
Dirección de Fotografía: David Aguirresarobe
Música: Ramin Djawadi
Edición: Tatiana S.Riegel
Director artístico: Randy Moore
Efectos especiales: Chad Baalbergen
Diseño de Vestuario: Susan Matheson
Maquillaje: Aurora Bergere
Productor: Michael De Luca y Alison Rosenzwig
Diseño de producción: Richard Bridgland
Productores ejecutivos: Josh Bratman, Lloyd Ivan Miller, Ray Angelic Producción 3D: Keith Melton
Dreamworks Pictures y Reliance Big Entertainment, Gaeta, Rosezwig Films, Michael de Luca Productions; distribución: The Walt Disney Company , Buena Vista Internacional
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Intérpretes
Anton Yelchin: Charley Brewster
Colin Farrell: Jerry Dandrige
Tony Colette: Jane, madre de Charley
Christopher Mintz-Plasse: Ed
David Tennat: Peter Vincent
Imogen Poots: Amy
Dave Franco: Mark
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Sinopsis:
Charlie Brewster (Anton Yelchin), un joven que realiza su último año de enseñanza secundaria, es uno de los estudiantes más populares y sale con la chica más codiciada de todo el colegio. De hecho, se siente tan reconocido que ha comenzado a dejar de lado a su mejor amigo. Pero las cosas se complican cuando Jerry (Colin Farrell) se muda al lado de su casa. Al principio, su nuevo vecino parece genial, pero según pasan los días, algo en su comportamiento resulta raro. Desafortunadamente, nadie, ni siquiera la madre de Charlie (Toni Collette), percibe nada. Después de observar que en la casa de al lado pasan cosas extrañas, Charlie llega a una ineludible conclusión: Jerry es un vampiro que se sirve del vecindario para cazar sus presas. Ante la incredulidad de los demás, el protagonista deberá ingeniárselas para deshacerse del monstruo por sí solo en esta moderna versión del clásico de la comedia y el terror dirigida por Craig Gillespie.
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Comentario:
Un buen remake que mereció los elogios de la crítica, lo mejor que le ha pasado al cine de terror desde el colorante rojo y el jarabe de maíz (Colin Cover, Minneapolis Star Tribune). Un plano general cenital, tomado desde una avión, recorre el suburbio donde vive Charlie Brewster, una 'maqueta' en la que todas las viviendas son tan iguales y las actitudes tan homologables, que la única forma de ser diferente es hacerse vampiro; el primero en caer es el imaginativo compañero de clase del protagonista, interpretado por Christopher Montz-Passe, (Bruma Roja en Kick-ass), que sigue un programa sobre muertos vivientes, 'Noche de miedo' , dirigido por un tal Peter Vincent; este joven, a pesar de su erudición sobre el tema, ignora que los vampiros pueden entrar en casas deshabitadas o destruidas, aunque no hayan sido invitados.
Un film hecho por y para adolescentes, que combina magistralmente lo divertido y lo amenazador, a lo que contribuye un actor de la categoría y versatilidad de Colin Farrell, un vampiro en plena forma física que, consciente de la vulnerabilidad de un joven que carga sobre sus hombros con dos mujeres, su madre y su novia, está decidido a disputárselas desde el primer momento. La madre, muy en su papel, acusa al hijo de llevar la vida de un vampiro, lo que la homologa con la categoría de las progenitoras, que no entiende por qué el hijo sale tanto de noche y ella no puede invitar a un hombre atractivo a su casa.
Las nuevas tecnologías se ponen al servicio del discurso audiovisual: los jóvenes acuden a los medios informáticos para obtener información , los estudiosos piden respuestas a charlatanes que obtiene sus títulos en internet y el director se apoya en las nuevas tecnologías para hacer una película de vampiros en 3D, con explosiones espectaculares de los no vivos cuando se exponen a la luz del día. A pesar de ello es una historia narrada de forma bastante convencional, formal y discursivamente, bien ejecutada, convincente, pero con escasas sorpresas. Ahora el vampiro es urbano, conduce un todo-terreno y conjuga las agresiones físicas de un psicópata con los tradicionales mordiscos; la mayor novedad consiste en la pérdida de la fe de la población actual que convierte en ineficaces las cruces, los ajos y las estacas de madera; una buena señal de tráfico clavada en la espalda es un arma mucho más poderosa.
La atracción sexual entre el vampiro y su víctima, que se produce en una discoteca ante la mirada aterrada del joven novio, precede a la transformación de la mujer, y los únicos hombres que sobreviven son los que saben ocultarse de las miradas del macarra; pero Charlie no quiere pasarse toda la vida escondido y con el apoyo del showman, víctima también de los chantajes de los individuos como Jerry, que acabaron con su propia familia, pasan a la acción. El no-vivo, de acuerdo con su naturaleza, les da la bienvenida a 'La noche de miedo' de verdad, en la que va a poner en juego todas sus cualidades y prácticas predatorias . Final feliz y con convenciones forzadas, pero que funciona y resulta divertido; como dice Santiago Segura, y no le falta razón, mucha gente quiere salir contenta del cine, aunque queda abierta la posibilidad...
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Comentario:
Un buen remake que mereció los elogios de la crítica, lo mejor que le ha pasado al cine de terror desde el colorante rojo y el jarabe de maíz (Colin Cover, Minneapolis Star Tribune). Un plano general cenital, tomado desde una avión, recorre el suburbio donde vive Charlie Brewster, una 'maqueta' en la que todas las viviendas son tan iguales y las actitudes tan homologables, que la única forma de ser diferente es hacerse vampiro; el primero en caer es el imaginativo compañero de clase del protagonista, interpretado por Christopher Montz-Passe, (Bruma Roja en Kick-ass), que sigue un programa sobre muertos vivientes, 'Noche de miedo' , dirigido por un tal Peter Vincent; este joven, a pesar de su erudición sobre el tema, ignora que los vampiros pueden entrar en casas deshabitadas o destruidas, aunque no hayan sido invitados.
Un film hecho por y para adolescentes, que combina magistralmente lo divertido y lo amenazador, a lo que contribuye un actor de la categoría y versatilidad de Colin Farrell, un vampiro en plena forma física que, consciente de la vulnerabilidad de un joven que carga sobre sus hombros con dos mujeres, su madre y su novia, está decidido a disputárselas desde el primer momento. La madre, muy en su papel, acusa al hijo de llevar la vida de un vampiro, lo que la homologa con la categoría de las progenitoras, que no entiende por qué el hijo sale tanto de noche y ella no puede invitar a un hombre atractivo a su casa.
Las nuevas tecnologías se ponen al servicio del discurso audiovisual: los jóvenes acuden a los medios informáticos para obtener información , los estudiosos piden respuestas a charlatanes que obtiene sus títulos en internet y el director se apoya en las nuevas tecnologías para hacer una película de vampiros en 3D, con explosiones espectaculares de los no vivos cuando se exponen a la luz del día. A pesar de ello es una historia narrada de forma bastante convencional, formal y discursivamente, bien ejecutada, convincente, pero con escasas sorpresas. Ahora el vampiro es urbano, conduce un todo-terreno y conjuga las agresiones físicas de un psicópata con los tradicionales mordiscos; la mayor novedad consiste en la pérdida de la fe de la población actual que convierte en ineficaces las cruces, los ajos y las estacas de madera; una buena señal de tráfico clavada en la espalda es un arma mucho más poderosa.
La atracción sexual entre el vampiro y su víctima, que se produce en una discoteca ante la mirada aterrada del joven novio, precede a la transformación de la mujer, y los únicos hombres que sobreviven son los que saben ocultarse de las miradas del macarra; pero Charlie no quiere pasarse toda la vida escondido y con el apoyo del showman, víctima también de los chantajes de los individuos como Jerry, que acabaron con su propia familia, pasan a la acción. El no-vivo, de acuerdo con su naturaleza, les da la bienvenida a 'La noche de miedo' de verdad, en la que va a poner en juego todas sus cualidades y prácticas predatorias . Final feliz y con convenciones forzadas, pero que funciona y resulta divertido; como dice Santiago Segura, y no le falta razón, mucha gente quiere salir contenta del cine, aunque queda abierta la posibilidad...
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