Incubus. John Hough
Ficha técnica:
Título original
País: Canadá
Año: 1981
Duración : 93 minutos
Dirección : John Hough
Guión : George Franklin, basado en la novela de Ray Russell
Casting : Walker Bowen Inc., Film Extra Services; George Appleby cfe
Dirección de Fotografía : Albert J. Dunk, c.s.c
Música : Stanley Myers
Edición : George Appleby, c.f.e.
Edición de sonido: Brian French, Timothy Roberts
Directores artísticos: Elinor Fairless Hawksley, Susa Longmire
Decorador del set: Hilton Rosemarin
Efectos especiales: Colin Chilvers
Efectos especiales de maquillaje: Maureen Sweeney
Estilita de peluquería: James Keeler
Supervisor de vestuario: Erla Lank
Productores Marc Boyman, John M. Eckert
Productor ejecutivo : Stephen Friedman
Diseño de producción: Ted Watkins
Stephen Friedman, Marc Boyman Production
Intérpretes
John Cassavetes: Sam Cordell
Kerrie Keane: Laura Kincaid
Helen Hughes: Agatha Galen
Erin Flannery: Jenny Cordell
Duncan McIntosh: Tim Galen
John Ireland: Hank Walden
Sinopsis
Una serie de violentos acontecimientos aterrorizan a una pequeña ciudad de los Estados Unidos. Rony, una joven que pasaba el fin de semana con su novio, es la primera de una larga lista de mujeres que son brutalmente violadas por alguien al que nadie ve, pero al que todos temen. Se trata de un ser con una gfuerza extraordinaria y unas características fuera de lo común. Julie, la hija de Sam Cordell, el médico que atiende a las víctimas de las violaciones, mantiene relaciones con Tim, un extraño muchacho que vive con su abuela, una mujer dedicada a las prácticas de brujería. Tim sufre unas alucinaciones y pesadillas que coinciden.
Comentario:
John Hough ( Drácula y las mellizas, 1971; La Leyenda de la casa del Infierno, 1973; American Gothic, 1988 ), combina con maestría los elementos que intervienen en los relatos de terror demoniacos que iniciaron su declive con el nacimiento del género shlaser y su radicalización en el gore o splater, aunque ofrece imágenes sobre las consecuencias de las violaciones, penetraciones secas tan sangrientas e impactantes como las realizadas con los cuchillos del giallo.
Los sentimientos y aspiraciones más inconfesables del hombre se cuecen en el caldero medieval, en el que se mezclan las fantasías eróticas, fomentadas por la represión sexual sobre las creyentes, que daba rienda suelta a las fantasías más vergonzantes , personificadas por monstruos (anticristianos) con exagerados órganos sexuales,(Alfredo Paniagua), y aquellas féminas que iniciaban una vida intelectual e independiente, a las que se acusaba de mantener relaciones con el maléfico en sus célebres Aquelarres y eran, como consecuencia, ajusticiadas en el contexto de una cruenta caza de brujas. La traducción cinematográfica de la posesión infernal se centra en el acto de venganza del Incubus y su trasunto femenino, el Sucubus, ejercida sobre las mujeres, generalmente, puritanas y cristianas. En la película de Hough se dan dos situaciones: las de mujeres agredidas para la única satisfacción del macho, y las posesiones en las que el demonio busca además dejar su semilla en la mujer que es poseida efectivamente mientras duerme (Resemary's Baby, Roman Polansky, 1968); este es el caso de la madre de Tim, acusada de brujería, fruto de la cópula de ésta con el diablo, y el de la posesión infernal de la hija de Sam . En esta ocasión las entidades malignas entran en contacto con sus futuras víctimas, adoptando la forma de seres queridos ya muertos.
La abuela de Tim, un destacado miembro de las fuerzas vivas de la localidad, - que controla a los funcionarios públicos que ella misma ha colocado en los puestos clave, relacionados con las posibles actividades de su nieto, como la policía -, es la fiel guardiana del secreto de la semilla del diablo. Sólo actúan como 'visitantes de dormitorio' con estas dos mujeres, las demás son agredidas in situ, es decir, en el lugar en el que son deseadas y poseidas por el ser diabólico. Tim nace con la capacidad de presentir las acciones del Incubo , su padre, y cada vez que éste actúa el hijo entra en trance y sufre una pesadilla, en la que recrea la violación de su madre en una cámara de tortura. La referencia a estas posesiones demoniacas se explicita con una interpretación, en la que se ha invertido el cuadro, de la obra del pintor neoclásico, de orientación prerromántica, de origen suizo Johann Heinrich Füssli (1741-1825).
Muy recomendable el artículo de Alfredo Paniagua (fiebredecabina) en la que establece una relación vampírica del padre con su hija, afectada por el denominado complejo de Electra por Jung, contrapartida femenina del Compleo de Edipo : " Los protagonistas, padre (John Cassavettes) e hija (Erin Noble), comparten una relación de posesión/evasión. Hay un miedo implícito del padre por el paso de su hija de la adolescencia a la madurez y lo que supone esto de liberación de la tutela paterna y de la inminente pérdida de la virginidad. En numerosos momentos de la cinta parece que Cordell ha sustituido a la figura de su difunta mujer por la de su hija. Este sentimiento se sublima en escenas de amor paternal de dudosa inocuidad sexual. En este sentido, el personaje de Cassavettes parece ser la personificación de un íncubo incestuoso que desea inconscientemente arrebatar la virginidad a su propia hija, una suerte de cristiano (agnóstico) reprimido que también se deleita con lascivia cuando mira los cuerpos de las mujeres que llegan a la morgue."
Es muy ilustrativa, en este sentido, la descripción que lee la periodista/Sucubus, del Incubus: "Metamórficos, mutantes de la forma, capaces de controlar su tamaño endurecer y aumentar su fuerza y su musculatura; tienen aspecto humano, están entre nosotros y sobreviven por parecer humanos (momento en que la cámara enfoca al doctor), se materializan a través de los sueños y pesadillas; (...) surgieron a partir del deseo de procrear, y era sabido que copulaban con brujas y las preñaban..."
Película de serie B, muy rica semánticamente y una pieza significativa del género de connotaciones históricas y sociales, con fuerte arraigo en los conflictos freudianos de las relaciones en el seno de las familias. A la relación freudiana entre el doctor Sam Cordell y su hija, se contrapone la edípica entre Tim y su abuela, que ha ejercido el papel de madre poseiva y sobreprotectora del nieto. Todo ello contado con un trazo magistral muy efectivo, a pesar de que las posesiones se han producido en off visual, lo que paradójicamente hace más eficaz la explicitación de sus consecuencias; muy impactante el dibujo del cadáver en el lavabo en el que ha sido agredida una chica que acude a un concierto del grupo de los 70 , los Sansom, cuyo videoclip se intercala con las imágenes que preceden a la agresión.
Comentario:
John Hough ( Drácula y las mellizas, 1971; La Leyenda de la casa del Infierno, 1973; American Gothic, 1988 ), combina con maestría los elementos que intervienen en los relatos de terror demoniacos que iniciaron su declive con el nacimiento del género shlaser y su radicalización en el gore o splater, aunque ofrece imágenes sobre las consecuencias de las violaciones, penetraciones secas tan sangrientas e impactantes como las realizadas con los cuchillos del giallo.
Los sentimientos y aspiraciones más inconfesables del hombre se cuecen en el caldero medieval, en el que se mezclan las fantasías eróticas, fomentadas por la represión sexual sobre las creyentes, que daba rienda suelta a las fantasías más vergonzantes , personificadas por monstruos (anticristianos) con exagerados órganos sexuales,(Alfredo Paniagua), y aquellas féminas que iniciaban una vida intelectual e independiente, a las que se acusaba de mantener relaciones con el maléfico en sus célebres Aquelarres y eran, como consecuencia, ajusticiadas en el contexto de una cruenta caza de brujas. La traducción cinematográfica de la posesión infernal se centra en el acto de venganza del Incubus y su trasunto femenino, el Sucubus, ejercida sobre las mujeres, generalmente, puritanas y cristianas. En la película de Hough se dan dos situaciones: las de mujeres agredidas para la única satisfacción del macho, y las posesiones en las que el demonio busca además dejar su semilla en la mujer que es poseida efectivamente mientras duerme (Resemary's Baby, Roman Polansky, 1968); este es el caso de la madre de Tim, acusada de brujería, fruto de la cópula de ésta con el diablo, y el de la posesión infernal de la hija de Sam . En esta ocasión las entidades malignas entran en contacto con sus futuras víctimas, adoptando la forma de seres queridos ya muertos.
La abuela de Tim, un destacado miembro de las fuerzas vivas de la localidad, - que controla a los funcionarios públicos que ella misma ha colocado en los puestos clave, relacionados con las posibles actividades de su nieto, como la policía -, es la fiel guardiana del secreto de la semilla del diablo. Sólo actúan como 'visitantes de dormitorio' con estas dos mujeres, las demás son agredidas in situ, es decir, en el lugar en el que son deseadas y poseidas por el ser diabólico. Tim nace con la capacidad de presentir las acciones del Incubo , su padre, y cada vez que éste actúa el hijo entra en trance y sufre una pesadilla, en la que recrea la violación de su madre en una cámara de tortura. La referencia a estas posesiones demoniacas se explicita con una interpretación, en la que se ha invertido el cuadro, de la obra del pintor neoclásico, de orientación prerromántica, de origen suizo Johann Heinrich Füssli (1741-1825).
Muy recomendable el artículo de Alfredo Paniagua (fiebredecabina) en la que establece una relación vampírica del padre con su hija, afectada por el denominado complejo de Electra por Jung, contrapartida femenina del Compleo de Edipo : " Los protagonistas, padre (John Cassavettes) e hija (Erin Noble), comparten una relación de posesión/evasión. Hay un miedo implícito del padre por el paso de su hija de la adolescencia a la madurez y lo que supone esto de liberación de la tutela paterna y de la inminente pérdida de la virginidad. En numerosos momentos de la cinta parece que Cordell ha sustituido a la figura de su difunta mujer por la de su hija. Este sentimiento se sublima en escenas de amor paternal de dudosa inocuidad sexual. En este sentido, el personaje de Cassavettes parece ser la personificación de un íncubo incestuoso que desea inconscientemente arrebatar la virginidad a su propia hija, una suerte de cristiano (agnóstico) reprimido que también se deleita con lascivia cuando mira los cuerpos de las mujeres que llegan a la morgue."
Es muy ilustrativa, en este sentido, la descripción que lee la periodista/Sucubus, del Incubus: "Metamórficos, mutantes de la forma, capaces de controlar su tamaño endurecer y aumentar su fuerza y su musculatura; tienen aspecto humano, están entre nosotros y sobreviven por parecer humanos (momento en que la cámara enfoca al doctor), se materializan a través de los sueños y pesadillas; (...) surgieron a partir del deseo de procrear, y era sabido que copulaban con brujas y las preñaban..."
Película de serie B, muy rica semánticamente y una pieza significativa del género de connotaciones históricas y sociales, con fuerte arraigo en los conflictos freudianos de las relaciones en el seno de las familias. A la relación freudiana entre el doctor Sam Cordell y su hija, se contrapone la edípica entre Tim y su abuela, que ha ejercido el papel de madre poseiva y sobreprotectora del nieto. Todo ello contado con un trazo magistral muy efectivo, a pesar de que las posesiones se han producido en off visual, lo que paradójicamente hace más eficaz la explicitación de sus consecuencias; muy impactante el dibujo del cadáver en el lavabo en el que ha sido agredida una chica que acude a un concierto del grupo de los 70 , los Sansom, cuyo videoclip se intercala con las imágenes que preceden a la agresión.
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