Kramer contra Kramer. Robert Benton.
Ficha técnica:
Título original: Kramer vs. Kramer.
País: Estados Unidos.
Año: 1979.
Duración: 105 minutos.
Dirección: Robert Benton.
Guión: Robert Benton.
Dirección de Fotografía: Néstor Almendros.
Música: Herb Harris, John Kander.
Montaje: Gerald B.Greenberg.
Productores: Stanley R. Jaffe, Richard Fischoff.
Diseño de Vestuario: Ruth Morley.
Maquillaje: Allen Weisinger
Intérpretes:
Dustin Hoffman: Ted Kramer,
Meryl Streep: Joanna Kramer,
Jane Alexander: Margareth Phelps
Justin Henry: Billy Kramer,
Howard Duff: John Shaunessy,
George Coe: Jim O'Connor.
Sinopsis:
Ted Kramer (Dustin Hoffman) es un hombre que antepone su trabajo a su familia. Su esposa Joanna (Meryl Streep)
no resiste más esta situación y le abandona. Ted se ve ahora ante la
necesidad de ocuparse de la casa y, sobre todo, de su hijo pequeño,
Billy. Después de un tiempo, cuando Ted ya se desenvuelve bien solo,
Joanna regresa y reclama la custodia del niño. Sin embargo, Ted no está
dispuesto a separarse de su hijo, de manera que Joanna lleva el asunto
ante los tribunales donde deberá decidirse quién de los dos obtendrá la
custodia del hijo. (Wikipedia).
La cinta obtuvo varios premios Oscar en 1979:
Mejor película,
Mejor director Robert Benton,
Mejor actor Dustin Hoffman,
Mejor actor de reparto Justin Henry ( Candidato),
Mejor actriz de reparto Meryl Streep,
Mejor actriz de reparto Jane Alexander ( Candidata ),
Mejor guion adaptado Robert Benton,
Mejor fotografía Néstor Almendros (Candidato
),
Mejor montaje Gerald B. Greenberg ( Candidato ).
Comentario:
En este verano en el que la 'Gran Depresión' producida por la crisis ocasionada por la caída de grandes empresas norteamericanas como Lehman Briothers o Citigroup, los cines entretienen al público con películas de brujos, magos y fantasmas ( Expediente Warren: The conjuring de James Wan; El último Elvis, Armando Bo; El Hipnotista, Lasse Hällstrom; Ahora me ves, Louis Leterrier...), muy adecuados para gentes que creen que han superado la Historia y que frente al pesimismo la vacuna más efectiva es la evasión. La Televisión sigue la misma política, y además saca del arcón de los recuerdos alegatos en favor de la patria compartida en la custodia de los hijos, como Kramer contra Kramen, que hizo furor en su tiempo, o Señora Doubtfire, dirigida por Chris Columbus. En ambas se apuesta por el hombre como el mejor garante de la educación de los hijos, con matices.
El film protagonizado por Dustin Hoffman no sólo se conforma con hacer un alegato a favor de la custodia del padre, sino que destruye completamente a la madre, desde parámetros de la sociedad patriarcal, en la que se cuentan los amantes de una mujer que se marchó de casa porque se sentía abandonada emocionalmente por el marido, dejándole a cargo de un niño de casi seis años. Lo perdió todo por encontrarse a sí misma y fue fácil presa de una sociedad conservadora y retro. Y no vale decir que ésto no es lo que importa, que se habla de quién está capacitado, sea hombre o mujer, para hacerse cargo de un niño, porque estamos en plena batalla por la custodia compartida y aún no se ha decidido el combate. La última imagen del film es maniquea y vergonzante, y la conclusión terrible: Kramer había dejado de lado a su familia absorbido por su trabajo, lo que in duda redunda en el bienestar económico de todos, aunque no en el espiritual, emotivo y personal. La esposa no lo puede soportar, pero pagará su error caro: perderá la custodia del hijo para siempre, y no porque así lo haya decidido un juez, sino porque entre lágrimas y en medio de un drama insoportable, reconoce que él está más capacitado que ella para cuidar del niño, un ser del que hasta llegar a los seis años sólo se había ocupado ella. La sociedad recompensó a Robert Benton con un montón de Oscars.
Tiene razón quien afirma que en nuestro país estamos empezando a vivir esta realidad, porque en 1979 la mujer que osaba hacer lo que hace Joanna Kramer, (Meryl Streep), daba con sus huesos en la cárcel. Algo se ha adelantado, y el mérito de Robert Benton es ponernos ante el dilema sin posibilidad de escapar,- aunque siempre las hay-, hacia elecubraciones abstractas en torno al ser humano. ¿Puede un hijo estar mejor con su padre que con su madre ? Puede. Pero no es el caso que plantea Kramer contra Kramer, que se ensaña con la madre, una mujer cándida e inocente, maravillosamente interpretada por una jovencísima e impresionante Meryl Streep, que ya apuntaba maneras de la gran actriz en que se iba a convertir. Sólo por su interpretación, además de conocer la sensibilidad del sector al que representa Kramer, vale la pena ver esta película.
Comentario:
En este verano en el que la 'Gran Depresión' producida por la crisis ocasionada por la caída de grandes empresas norteamericanas como Lehman Briothers o Citigroup, los cines entretienen al público con películas de brujos, magos y fantasmas ( Expediente Warren: The conjuring de James Wan; El último Elvis, Armando Bo; El Hipnotista, Lasse Hällstrom; Ahora me ves, Louis Leterrier...), muy adecuados para gentes que creen que han superado la Historia y que frente al pesimismo la vacuna más efectiva es la evasión. La Televisión sigue la misma política, y además saca del arcón de los recuerdos alegatos en favor de la patria compartida en la custodia de los hijos, como Kramer contra Kramen, que hizo furor en su tiempo, o Señora Doubtfire, dirigida por Chris Columbus. En ambas se apuesta por el hombre como el mejor garante de la educación de los hijos, con matices.
El film protagonizado por Dustin Hoffman no sólo se conforma con hacer un alegato a favor de la custodia del padre, sino que destruye completamente a la madre, desde parámetros de la sociedad patriarcal, en la que se cuentan los amantes de una mujer que se marchó de casa porque se sentía abandonada emocionalmente por el marido, dejándole a cargo de un niño de casi seis años. Lo perdió todo por encontrarse a sí misma y fue fácil presa de una sociedad conservadora y retro. Y no vale decir que ésto no es lo que importa, que se habla de quién está capacitado, sea hombre o mujer, para hacerse cargo de un niño, porque estamos en plena batalla por la custodia compartida y aún no se ha decidido el combate. La última imagen del film es maniquea y vergonzante, y la conclusión terrible: Kramer había dejado de lado a su familia absorbido por su trabajo, lo que in duda redunda en el bienestar económico de todos, aunque no en el espiritual, emotivo y personal. La esposa no lo puede soportar, pero pagará su error caro: perderá la custodia del hijo para siempre, y no porque así lo haya decidido un juez, sino porque entre lágrimas y en medio de un drama insoportable, reconoce que él está más capacitado que ella para cuidar del niño, un ser del que hasta llegar a los seis años sólo se había ocupado ella. La sociedad recompensó a Robert Benton con un montón de Oscars.
Tiene razón quien afirma que en nuestro país estamos empezando a vivir esta realidad, porque en 1979 la mujer que osaba hacer lo que hace Joanna Kramer, (Meryl Streep), daba con sus huesos en la cárcel. Algo se ha adelantado, y el mérito de Robert Benton es ponernos ante el dilema sin posibilidad de escapar,- aunque siempre las hay-, hacia elecubraciones abstractas en torno al ser humano. ¿Puede un hijo estar mejor con su padre que con su madre ? Puede. Pero no es el caso que plantea Kramer contra Kramer, que se ensaña con la madre, una mujer cándida e inocente, maravillosamente interpretada por una jovencísima e impresionante Meryl Streep, que ya apuntaba maneras de la gran actriz en que se iba a convertir. Sólo por su interpretación, además de conocer la sensibilidad del sector al que representa Kramer, vale la pena ver esta película.
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