Constantine. Francis Lawrence.
Ficha técnica:
Título original:
País: Esdtados Unidos.
Año: 2005.
Duración: 116 minutos aproxim.
Dirección:Francis Lawrence.
Guión: Kevin Brodbin y Frank Cappello, basado en una historia de Kevin Brodbin, basado en los personajes de DC Comics/Vertigo Hellblazer, Novela Gáfica.
Casting: Denise Chamian, C.S.A.
Director de Fotografía: Philippe Rousselot, A.F.C./A.S.C.
Música: Brian Tyler y Klaus Badelt.
Edición: Wayne Wahrman, A.C.E.
Diseño de Vestuario: Louise Frogley.
Productores: Lauren Shuer Donner, Benjamin Melniker, Michael E.Uslan, Erwin Stoff, Lorenzo Dibonaventura, Akiva Goldsman.
Productores ejecutivos: Gilbert Adler y Michael Aguilar.
Diseño de Producción: Naomi Shohan.
Supervisor de efectos visuales: Michael Fink.
Warner Bros.Pictures/Village Roadshow Picture, ascoiados con Lonely Film Productions, Gmbh & Co.KG. Donners' Company/ Batfilm Productions, Weed Road Pictures/ 3 Arts Entertainment Production.Vertigo DC Comics.
Intérpretes:
Keanu Reeves: John Constantine,
Rachel Weisz: Angela Dodson/Isabel Dodson,
Shia LaBeouf: Chas,
Tilda Swinton: Gabriel
Pruitt Taylor Vince: Father Hennessy,
Djimon Hounsou: Midnite,
Gavin Rossdale: Balthazar,
Peter Stormare: Satan,
Max Baker: Beeman,
Francis Guinan: Padre Garret,
José Zuniga: Detective Weiss.
Sinopsis:
John Constantine ha estado en el infierno y ha vuelto. Nacido con un don
que no deseaba, la capacidad de reconocer claramente a los ángeles y a
los demonios híbridos que andan por la tierra bajo un aspecto humano,
Constantine (Keanu Reeves) se vio empujado a quitarse la vida para
escapar de sus atormentadoras visiones; sin embargo, en contra de su
voluntad resucitó y se vio de nuevo en el mundo de los vivos; aunque
debido a su intento de suicidio se convirtió en un ser mortal. A partir
de entonces, patrulla la frontera terrenal entre el cielo y el infierno,
esperando en vano ganarse la salvación enviando a los esbirros del
diablo de vuelta a las profundidades. Pero Constantine no es ningún
santo. Desilusionado por el mundo que le rodea y enfrentado con el el
más allá, es un héroe amargado que fuma en exceso, lleva una vida dura y
desprecia la sola idea de heroísmo. Constantine luchará para salvar tu
alma pero no quiere tu admiración ni tu agradecimiento - y por supuesto
no quiere tu simpatía. Todo lo que quiere es un aplazamiento. Cuando una
desesperada pero escéptica detective de policía (Rachel Weisz) consigue
su ayuda para resolver la misteriosa muerte de su querida hermana
gemela (Weisz), su investigación les lleva a través del mundo de
demonios y ángeles que está bajo Los Angeles. Atrapados en una
catastrófica serie de acontecimientos sobrenaturales, los dos se
encuentran inextricablemente involucrados y tratan de encontrar su
propia paz a cualquier precio.(Filmaffinity)
Crítica:
De una u otra manera todo el mundo tiene su Rosebud que le ayuda a evocar la infancia perdida, y no son pocos los jóvenes y los que no lo son tanto que crecieron leyendo historietas gráficas de Marvel o de DC Comics, cuyos héroes constituyen un referente de profundas raíces para sus fans. Pero estamos ante una adaptación cinematográfica, que goza y debe gozar de la autonomía que corresponde a un modo de representación absolutamente diferente, a unos tiempos distintos y a unas mentalidades que ya no se han formado con estos relatos, que militan en el campo del videojuego y que interactúan con sus personajes. Algunos de estos videos son millonarios en seguidores, como World of Warcraft, entretenimientos mucho más desacralizados y sometidos a la ironía más feroz en filmes como 'Bienvenidos a Zombieland '(Ruben Fleischer, 2009); hay una diferencia entre unos relatos y otros: los primeros eran el reducto de una elite de privilegiados en un mundo de ignorantes, mientras los segundos están extendidos entre todos los grupos sociales, que, precisamente por esta razón y porque la mayoría surgieron con las nuevas tecnologías y se beneficiaron de los avances en informática, tienen que estar siempre defendiéndose de aquellos que se consideran integrados en una cultura superior.
A modo de ejemplo podemos leer lo que decía, repecto a Constantine Miguel A. Refoyo (La Butaca.net): "Estamos ante una errónea y desangelada adaptación de una serie de "Hellblazer", concretamente la que se extiende del número 41 al 46 en la edición USA, pertenecientes a la saga "Dangerous habits" ("Hábitos peligrosos"), escrita por Garth Ennis, relatando cómo este atípico exorcista se ve obligado a realizar encargos "benévolos" para evitar terminar en el Infierno debido a un cáncer de pulmón y salvar así su alma. Aquí no existe un trasfondo siniestro en cuanto a imaginería judeocristiana se refiere y abusa en todo momento de una parafernalia satánica no justificada, pasando de puntillas en todo aquello que se insinúa. En una anodina y maniquea batalla entre el Bien y el Mal, entre el Cielo y el Infierno, toda la dimensionalidad del cómic, esa complejidad de los Híbridos (ángeles y demonios que conviven en la Tierra con el ser humano) y de los pactos duales entre ambos bandos, en esta película facturada por un insípido Francis Lawrence se degrada hasta los términos de lo vulgar e irritante..."
Precisamente donde más falla el film es en el intento de adaptar la imagen visual gráfica a la cinematográfica, tarea que facilita el uso de la tecnología informática, sin la cual se hace muy difícil representar en la pantalla escorzos tan atrevidos, picados tan exagerados y edición radical, que pasa de planos muy generales a primerísimos primeros planos sin solución de continuidad, pero falla en el resultado final, una imagen abigarrada de colores intensos, que arrastrada durante más de dos horas produce irritación y aburrimiento. ¿Qué historia ha querido contarnos Francis Lawrence? Algo tan manido como el enfrentamiento del bien y del mal, y entre ambas dimensiones una zona híbrida, que los de los extremos llaman equilibrada, pero que Constantine denomina hipócrita. Desde luego no está solo en este análisis. Y por si faltaba poco un Arcángel Gabriel borde, que considera que Dios es demasiado permisivo y perdona al final a todos, por lo que hay que hacerselas pasar canutas al hombre en esta vida terrenal para que se merezca el Paraiso.
En este contexto de exorcismos demoniacos, crucifijos, ametralladoras en forma de cruz que disparan agua bendita, la lanza del destino con la que el centurión mató a Cristo y demonios de toda calaña, el significado que se transmite con mayor claridad, y al que parece obedecer la realización del film es que fumar mata. Tilda Swinton, que personifica a Gabriel parece una Ministra de Sanidad que se alegra en anunciar a sus pacientes que se mueren a causa de haber llevado una mala vida; pero no debe haber sido tan mala, porque los perversos malignos y sus híbridos de la zona intermedia parecen empeñados en resucitarlo una y otra vez, para que fume más, beba más y finalmente se merezca el infierno con calificación cum laude. Él ayuda bastante encendiendo un pitillo en el mismo instante de su muerte.
Curiosamente en la zona de equilibrio, o de hipocresía, apenas hay ángeles, y el único que vemos es uno andrógino canalla, pérfido y malévolo: Gabriel. Todos, incluida la bella Ángela (nombre significativo) y su hermana gemela Isabel, ambas interpretadas por Rachel Weisz, policías, locas y suicidas, son firmes opositores a un puesto en el chiringuito de Belcebú; curiosamente el hospital deesde cuya azotea se precipita Isabel, un edificio de muchas plantas, está atravesado por una inmensa cruz que preside su fachada, lo que parece querer indicarnos que el poder del maléico es superior.. Y es que hay que reconocerlo: los buenos son un poco pavos y nada atractivos. Por lo tanto ironía no le falta al filme de Francis Lawrence, que utiliza un discurso manido y muy conocido por la población, inspirándose en ese personaje creado por Alan Moore, que ha perdido en el camino profundidad religiosa y de representación de los monstruos del pensamiento judeocristiano. Pero quizás eso ya le importe a muy poca gente. El mensaje del tabaco les llega más, y quizás, como Constantine, cuanto más les amenazan con las penas del infierno, más fuman, y eso que la película nos muestra los pulmones del protagonista invadidos por el cáncer.
Tónia Pallejà (La Butaca.net) se quejaba de otra adulteración del original: "John Constantine es un bebedor y fumador compulsivo que podría definirse como un tipo cínico, solitario y atormentado hasta la autodestrucción, que no duda en jugar sucio si la situación lo requiere y actúa siempre por interés propio con la intención de ganarse el Cielo después de haber sido condenado al Fuego Eterno por un intento de suicidio." Si algo se esfuerza en defender a lo largo del metraje Francis Lawrence es precisamente ese carácter cínico y canalla del protagonista, y la defensa de sus propios intereses, ante ese Lucifer desorientador, vestido de blanco como Dios, pero con los pies y las manos suciosde sangre o de cualquier otra porquería. La crítica norteamericana no fue buena, porque la película no es buena, pero no porque manipule más o menos que otras; el realizador se esfuerza en probar que sólo hay 'buenos' y 'malos' y los que están en el centro son más malos que ninguno y Constantine es un manipulador nato, un estafador y un canalla sin paliativos, y por ello muy atractivo. Aviso a navegantes.
Coincido con tu crítica Rosa, aunque ya sólo por ver a keanu la volvería a ver.. je je
ResponderEliminarMe alegro mucho de que coincidas conmigo. Hay mucha tela que cortar en el mundo del cómic y sus fans pero como en todo medio de comunicación,oral, escrita en papel o en pantalla, la vida evoluciona y hay que estar al tanto.
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