Ben Stiller. Zoolander
Ficha técnica:
Título original: Zoolander.
País: Estados Unidos.
Año: 2001.
Duración: 85 minutos aprox.
Dirección: Ben Stiller.
Guión: Drake Sather, Ben Stiller y John Hamburg, basado en una historia de Drake Sather y Ben Stiller.
Director de Fotografía: Barry Peterson.
Música: David Arnold; supervisores: Randall Poster y George Drakoulias.
Casting: Juel Bestrop, Jeanne McCarthy y Kathleen Chopin.
Edición: Greg Hayden.
Director artístico: Stephen Aleschi.
Decorador del set: Donna Hamilton.
Diseño de Vestuario: David C. Robinson.
Diseño de maquillaje: Naomi Donne.
Diseño de peluquería: Alan Dángerio.
Productor: Scott Rudin, Ben Stiller y Stuart Cornfeld. Scott Rudin y Red Hour Production.
Productores ejecutivos: Joel Gallen, Adam Schroeder y Lauren Zalaznick.
Co-Productor: Celia Costas.
Diseño de Producción: Robin Standefer.
Compañías: Paramount Pictures y Village Roadshow Pictures, asociadas con VH1 Films y NPV Entertainment, Red Hour.
Intérpretes:
Ben Stiller: Derek Zoolander,
Owen Wilson: Hansel,
Will Ferrell: Mugatu,
Christine Taylor: Matilda Jeffries,
Milla Jovovich: Katinka,
Jerry Stiller: Maury Ballstein,
Asio Highsmith: Rufus,
Alexander Manning: Brint,
Alexander Skarsgard: Meekus.
David Duchovny J.P. Prewit
Jon Voight : Larry Zoolander.
Vince Vaughn: hermano de Zoolander.
Paris Hilton, Natalie Portman, Lenny Kravitz..
Sinopsis:
El diabólico gurú de la moda, Mugatu (Will Ferrell), ve la oportunidad de transformar a Derek en una máquina de matar. Se trata de una conspiración muy bien diseñada y tan sólo con la ayuda de Hansel (Oen Wilson), y de algunas colaboraciones bien elegidas, como Matilda (Christine Taylor), Derek Zoolander logrará que el mundo se onvierta en un lugar seguro para los modelos masculinos del planeta.
Comentario:
El cambio de milenio provocó una ola de pánico, que ahora, trece o catorce años después, según quien cuente, se contempla como una explosión de histeria estimulada por la prensa con propósitos oscuros, que ha sido denunciada con posterioridad por los cineastas. Ben Stiller enmarca su historia , que construye con Drake Sather y John Hamburg, en el contexto de los intereses de la industria textil y de la subsidiaria de la moda en el lejano oriente, que se ve amenazada seriamente cuando el nuevo Primer Ministro de Malasia decide poner fin a la explotación de su población, implantando un salario mínimo, y acabar definitivamente con el trabajo infantil. Los empresarios norteamericanos, muy perjudicados con estas decisiones políticas, deciden utilizar para asesinarlo, aprovechando un viaje a Estados Unidos, a uno de sus mitos, el galardonado como mejor modelo durante tres años consecutivos, Derek Zoolander, un auténtico descerebrado; es imposible obviar el maltrato visual y discursivo a que somete Ben Stiller a estos trabajadores de la pasarela, a los que machaca hasta hacer picadillo de ellos en secuencias como la de la gasolinera, el enfado de Zoolander cuando le presentan una maqueta del edificio de la institución educativa que quiere construir o el intento de Hansel y Derek de extraer información de un odenador, que los retrotrae a su pasado como pre-homínidos. Sin olvidar sus gestos, como 'acero azul' o sus giros a izquierda y derecha; el monumento a los tres modelos achicharrados en la gasolinera es un homenaje permanente a la idiotez.
El cambio de milenio provocó una ola de pánico, que ahora, trece o catorce años después, según quien cuente, se contempla como una explosión de histeria estimulada por la prensa con propósitos oscuros, que ha sido denunciada con posterioridad por los cineastas. Ben Stiller enmarca su historia , que construye con Drake Sather y John Hamburg, en el contexto de los intereses de la industria textil y de la subsidiaria de la moda en el lejano oriente, que se ve amenazada seriamente cuando el nuevo Primer Ministro de Malasia decide poner fin a la explotación de su población, implantando un salario mínimo, y acabar definitivamente con el trabajo infantil. Los empresarios norteamericanos, muy perjudicados con estas decisiones políticas, deciden utilizar para asesinarlo, aprovechando un viaje a Estados Unidos, a uno de sus mitos, el galardonado como mejor modelo durante tres años consecutivos, Derek Zoolander, un auténtico descerebrado; es imposible obviar el maltrato visual y discursivo a que somete Ben Stiller a estos trabajadores de la pasarela, a los que machaca hasta hacer picadillo de ellos en secuencias como la de la gasolinera, el enfado de Zoolander cuando le presentan una maqueta del edificio de la institución educativa que quiere construir o el intento de Hansel y Derek de extraer información de un odenador, que los retrotrae a su pasado como pre-homínidos. Sin olvidar sus gestos, como 'acero azul' o sus giros a izquierda y derecha; el monumento a los tres modelos achicharrados en la gasolinera es un homenaje permanente a la idiotez.
La película ha sido muy mal tratada por la crítica (comedia loca, rematadamente mal construida, indigerible...Fdez. Santos, 'El País'), lo que actualiza la denuncia de Noël Simsolo acerca de la cegura de los jueces, que en este caso han demostrado tener poco contacto con amplios sectores de espectadores jóvenes e instruidos que han sabido comprender la crítica mordaz, ácida y destructiva del mundo de la moda que supone el film de Ben Stiller, lo que ha provocado, como en otras ocasiones, el divorcio de los críticos con el público.
El protagonista, procede de un mundo de rudos mineros, donde los hombres son muy hombres y se congregan delante del televisor para ver a otros machos dar patadas a un balón. En este medio un personaje como Zoolander es como un grano en el culo; una de las secuencias más duras es aquella en la que el padre y el hermano del modelo se sienten avergonzados de él, cuando, congregados en un bar con sus compañeros tras una dura jornada laboral, un anuncio muestra una imagen ridícula de Derek dsifrazado de pez. Pero ésto no es inusual en amplias zonas de la América profunda, en la que se discrimina al diferente sólo por serlo.
Las imagenes sobre la superficialidad de estos modelos descerebrados se suceden, pero la crítica a la sociedad patriarcal y a la condena del diferente, también. Derek es como es y no dejará de serlo incluso cuando abandone la profesión y monte una escuela de moda. El congelado final de su hijito poniendo morritos fruncidos y con pelo con gomina evidencia que es muy dificil cambiar a las personas.
Toda la historia es un destarifo, como lo eran las screwball de las décadas 30 y 40 del siglo pasado, que han dejado un retrato mordaz de la clase alta americana, pero eso es lo que pretende Ben Stiller, que focaliza su historia en una clase bien diferente, de estracto obrero que busca una forma de salir de la silicosis y las penurias, y a la que la ignorancia hace más vulnerable . El centro educativo que concibe el joven paleto es una institución cuyo objetivo es formar no solo modelos, sino seres humanos profesionales.
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