El motin del Caine. Edward Dmytryk
Ficha técnica:
Título original: The Caine Mutiny.
País: Estados Unidos.
Año: 1954.
Duración: 124 minutos.
Dirección: Edward Dmytryk,
Guión: Stanley Roberts, basado en la novela de Herman Wouk,"The Caine Mutiny Court-Martial (Huracán sobre el Caine, 1953)
Dirección de Fotografía: Franz Planer.
Música: Max Steiner.
Edición: Franz Planer.
Producción: Stanley Kramer.
Intérpretes:
Humphrey Bogart: Capitán Philips Francis Queeg,
José Ferrer : Barney Greenwald,
Van Johnson: Oficial Steve Mary,k,
Fred MacMurray: : Oficial Tom Keefer,
Claude Atkins: Seaman Lugatch,
Lee Marvin: Meatball,
E.G. Marshall: Comandante Challeer.
Imdb.
Sinopsis:
Durante la Segunda Guerra Mundial se produce un motón en el Caine ante la pérdida del juicio de su capitán, Queeg (Humphrey Bogart).
Comentario:
El film de Dmytryk, basado en la novela de Herman Wouk trató la cuestión del funcionamiento de la Navy en la guerra del Pacífico . El Caine fue un viejo destructor de la Primera Guerra Mundial reciclado en dragaminas, que realizó todo tipo de prestaciones, desde abastacer de combustibles a los hidroaviones hasta transportar torpedos. Una de las cracterísticas del buque era la anormalidad psicológica que a modo de epidemia, alcanzaba no sólo a su capitán, sino a la mayor parte de sus subalternos.
Un estudiante de Princenton, que se enroló en la marina para librarse de ser reclutado como soldado de infantería en tierra, Willie Keith, encargado de las telecomunicaciones, responsabiliza al Comandante De Vriess de que los tripulantes sean sucios, holgazanes e indisciplinados, situación que se agrava con la llegada de Queeg, (Humphrey Bogart), nuevo comandante de la nave . Al tomar el mando, informa de sus criterios a los oficiales: "A bordo de mi barco, un redimiento excelente es lo normal. Un rendimiento normal es inferior a lo normal. Un rendimiento inferior a lo norma está prohibido."; "Hay cuatro sistemas de hacer las cosas dentro de mi barco: el sistema correcto, el sistema erróneo, el sistema de la Navy y mi propio sistema." De hecho debuta haciendo las cosas a su manera y el resultado es clamitoso (Javier Coma. La ficción bélica). A ello se unen pronto las muestras de desequilibrio mental, cuando encalla el barco en el muelle de Pearl Harbor, o cuando navega en círculo hasta cortar el cable de remolque de un blanco, derivando siempre las responsabilidades hacia sus subordinados.
El estrambótico individuo tiene un tic, de tinte simbólico freudiano: cada vez que algo le preocupa juguetea con dos bolitas de acero que lleva en su mano, como ' si de forma inconsciente quisiese afirmar su hombría cuando teme sentirse indefenso'. La situación se agrava con castigos arbitrarios a la tripulación y el transporte, expresamente prohibido, de botellas de whisky, adquiridas a bajo precio, que él mismo se encarga de transportar en una lancha, tras desviar el Caine, a un embarcadero, perdiendo la carga por su inutilidad e imponiendo a Keith el castigo de pagar las pérdidas de su peculio personal. Arbitrariedad, incompetencia y corrupción son las virtudes que adornan a este oficial, a las que unen facetas de su carácter desconocidas: la cobardía que lo lleva a la inactividad, la incompetencia, las manías abusivas, la propensión al embuste y la infracción de las normas.
A la locura de Queeg se une la idiosincrasia de Thomas Keefer, un teniente del Caine, que se niega a secundar la denuncia de Maryk, y lo deja solo en la estacada, a pesar de haber sido el primero en señalar el extraño comportamiento del capital y de ser un lector asiduo de Freud, cuyas teorías afirma desconocer. Maryk será juzgado por rebelarse y gozará de un extraño abogado, Barney Greenwald, curiosamente partidario del capitán incompetente. Choca también el sentido de la ética de una institución que juzga al que ha salvado un barco a la deriva, a causa de la incompetencia de un demente, cuya carrera queda interrumpida por el simple hecho de haber sido sometido a un proceso. 'La honradez y la hombría son, por tanto. castigadas'.
Esta historia obligó a Wouk a advertir de que todo era imaginario, excepto los escenarios bélicos. Por otro lado, cuando la novela se adaptó al cine en 1954, producida por Stanley Kramer, bajo el manto protector de la Columbia, las circunstancias habían cambiado y la permisividad frente al antimilitarismo había desaparecido. Las productoras debieron ceder para poder rodar en los buques y usar instalaciones militares, ambiente potenciado por la guerra fría y la contienda coreana, y en el plano doméstico por el maccarthismo y la 'Caza de Brujas'; el director Edward Dmytryl y el guionista Stanley Roberts, perseguidos por sus vinculaciones con el partido comunista, 'habían tenido que blanquearse dando nombres de afiliados de esta organización, algo que también ocurrió con el actor José Ferrer, lo que tuvo una influencia ineludible en el film. La marina no accedió a dar el visto bueno hasta que todos los miembros estuvieran 'blanqueados' y hubiera garantías de su sumisión, lo que les obligaba a denunciar cobardemente a compañeros de profesión. Una de las primeras condiciones es que desapareciera del título la palabra motín, sustituida por la de incidente, insistiendo en que no había habido motines en la marina en las tres últimas décadas., seguida de otro cambio sustancial: Queeg no procedía de la Navy regular, sino de la Reserva y su desmoronamiento era una consecuencia de la deslealtad de sus oficiales. El convenio con las fuerzas armadas se hace visible en las líneas informativas que aparecen en la película en los títulos de crédito
El film se proyectó por primera vez en el Pentágono y recibió el visto bueno del Departamento de Defensa; no molestó a un público, afectado por la mansedumbre ante la institución naval, pero esta docilidad, 'fruto podrido del convenio de Kramer con los almirantes, enojó al mismísimo Wouk cuando la detectó en el guión.' Y cabe observarla en el trabajo de los actores, elegidos y dirigidos eficazmente con vistas a que la Navy quedara complacida (Javier Coma) Incluso el trabajo de Humphrey Bogart, un rebelde conocido que gozaba de las simpatías de los espectadores, al tocar al singular capitán con su faceta interpretativa del perdedor, con que había humanizado a los seres de ficción de buena parte de sus películas, suscitó las miradas compasivas del público.
Éste era el ambiente en que trabajaron muchos guionistas, realizadores o actores en épocas de reducción de las libertades en general y del cine en particular.
Éste era el ambiente en que trabajaron muchos guionistas, realizadores o actores en épocas de reducción de las libertades en general y del cine en particular.
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