Una encuesta llamada milagro. King Vidor





Ficha técnica:

Título original: On our merry way. ( A miracle can happe.)
País: Estados Unidos.
Año: 1948.
Duración: 108 minutos.
Dirección: King Vidor.
Guión: Larence Stallings, adaptado de una historia original escrita por Lou  Breslow, Arc Oboler, John O'Hara.
Dirección de Fotografía:  Edward Cronjager, A.S.C., Joseph Biroc; John Seitz, A.S.C., Gordon  Avil.
Música: Heinz Roemheld.; supervisión: David Chudnow y Skitch Henderson.
Supervisor de la edición: JJames Smith.
Director artístico: Ernst Fegte.
Decorador del set: Fred Widdowson y Euene Redd.
Productor: Benedict Bogeaus y Burgess Meredith.
Fred MacMurray, dirigdo por Leslie Fenton.
Asistente del productor: Carley  Harriman.
Productor asociado: Arthur M.Landau.
Diseño de vestuario de la mujeres: Greta; de los hombres: Jerry Bos,
Maquillaje: Otis Malcolm,
Peluquería: Scotty Rackin.
United Artists


Intérpretes:

Paulette Goddard
James Stewart
Henry Fonda
Charles Laughton
Fred MacMurray
Burgess Meredith
Harry James
William Demarest
Hugh Herbert
Eduardo Ciannelli
Henry Hull


Sinopsis:

Oliver (Burgess Meredith) es un empleado de la sección de anuncios de un periódico local cuyo sueño es convertirse en  un prestigioso escritor. Un día su mujer, Martha (Paulette Goddard) le sugiere que escriba acerca de la influencia que un niño puede tener en su vida. Oliver, animado, decide hacer un reportaje sobre esta cuestión. La variopinta singladura de los personajes a los que entrevistará dará lugar con cada respuesta a las divertidas historias que componen esta comedia de "splastick" cercana al humor de   cartoon.

Comentario:

Una payasada, una bufonada, propia de los años 40 del siglo XX, en la que el protagonista apela al espectador, se dirige a él y le hace cómplice de una situación muy comprometida por la que atraviesa, y que pone en riesgo su recién estrenado matrimonio. Los mejores actores del momento se prestan a este juego 'moñas' de una religiosidad muy ingenua. La mujer lanza al éxito a su marido, un licenciado en ciencias de la información cum laude, con una pregunta en la que se inquiere al entrevistado sobre la trascendencia de un niño en su vida, con connotaciones sobrenaturales.

Aunque no todas las historias tienen este calado místico, es especialmente tierna la que protagoniza Sir Charles Laughton, aunque tiene su contraplano en la del niño más malévolo, pérfido y canalla  imaginable, del que quiere desprenderse a toda costa el  tío bajo cuya custodia ha quedado el pequeño monstruo tras la muerte de sus padres. La mirada a la religión tampoco es contemplativa, sino muy crítica y supone una censura al alejamiento de la Iglesia, inmersa en ritos repetitivos que acaban perdiendo todo sentido y suponían una ruptura con los feligreses; el reverendo reanuda el contacto con su clientela contándoles historias entretenidas, como la de David y Goliat.

Tras un día excepcional, Oliver vuelve a casa machacado por los acreedores, despreciado por sus jefes, y pidiendo un poco más de paciencia al público: que le deje a solas con su mujer para confesar su engaño y el fracaso consecuente.

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