La duda. John Patrick Shanley
Ficha técnica:
Título original: Doubt.
País: Estados Unidos
Año: 2008.
Duración: 99 minutos.
Dirección y adaptación: John Patrick Shanley,
Guión: John Patrick Shanley basado en su obra homónima.
Casting: Ellen Chenoweth.
Dirección de Fotorafía: Roger Deakins, A.S.C., B.S.C.
Música: Howard Shore.
Edición: Dylan Tichenor, A.C.E.
Productor: Scott Rudin y Mark Roybal.
Productor ejecutivo: Celia Costas.
Diseño de producción: David Gropman.
Diseño de Vestuario: Ann Roth.
Miramax Films Soctt Rudin Production; distribución: Emon
Intérpretes:
Meryl Strrep: Hermana Aloysius Beauvier, Philip Seymour Hoffman: Padre Brendan Flyn,
Viola Davis: Señora Miller,
Alice Drummond: Hermana Verónica,
Audrie Neenan: Hermana Raymond,
Susan Blommaert: Señorita Carson,
Carrie Preston: Christine Hurley
John Costlloe: Warren Hurley,
Lloyd Clay Brown: Jimmy Hurley
Joseph Foster II: Donald Miller,
Mike RRoukis: William London,
...
Sinopsis.
En 1964, en el colegio católico de St. Nicholas, en el Bronx, un carismático sacerdote, el padre Flynn (Philip Seymour Hoffman) tiene un enfrentamiento con la estricta directora del colegio San Nicolás, la hermana Aloysius Beauvier (Meryl Streep); la monja desconfía del liberal y popular padre Flynn y trata de encontrar cualquier fallo en su conducta. Lo que comienza como un problema disciplinario se complica al sospechar la monja que tal vez el sacerdote está abusando del chico. Una joven novicia (Amy Adams) colabora con candidez en la elaboración de una enorme calumnia, fabricada por una mujer que rechaza al religioso por otro tipo de motivaciones ideológicas. Sin pruebas, la única certeza es la duda.
Basada en la obra ganadora de un Premio Pulitzer y un Tony, "La Duda" es un cautivador drama lleno de suspense con fascinantes interpretaciones de Meryl Streep, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams y Viola Davis
En 1964, en el colegio católico de St. Nicholas, en el Bronx, un carismático sacerdote, el padre Flynn (Philip Seymour Hoffman) tiene un enfrentamiento con la estricta directora del colegio San Nicolás, la hermana Aloysius Beauvier (Meryl Streep); la monja desconfía del liberal y popular padre Flynn y trata de encontrar cualquier fallo en su conducta. Lo que comienza como un problema disciplinario se complica al sospechar la monja que tal vez el sacerdote está abusando del chico. Una joven novicia (Amy Adams) colabora con candidez en la elaboración de una enorme calumnia, fabricada por una mujer que rechaza al religioso por otro tipo de motivaciones ideológicas. Sin pruebas, la única certeza es la duda.
Basada en la obra ganadora de un Premio Pulitzer y un Tony, "La Duda" es un cautivador drama lleno de suspense con fascinantes interpretaciones de Meryl Streep, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams y Viola Davis
Comentario:
John Patrick Shanley reflexiona en La duda sobre la desigualdad de hombres y mujeres en el marco de las instituciones religiosas y el distinto comportamiento que se impone a unas y otros. Interpretada magistralmente por Meryl Streep y Philip Seymor Hoffman, retrata un mundo en el que mientras a las mujeres se les impone la castidad y una vida austera, (planos de detalle de los alimentos que consumen las religiosas) , los hombres comen y beben opíparamente e incluso fuman. ¿Puede alguien imaginar a una monja fumando o tomando bebidas alcohólicas?
Debido a estos hábitos, las monjas desarrollan un pensamiento mucho más conservador que los hombres, agrupadas en habitats que las aisla de la sociedad, y que llevan a la protagonista de "La duda" a formular acusaciones a un sacerdote sin fundamento. Una joven novicia colabora en la elaboración de una terrible calumnia, basándose en el apoyo que el sacerdote, de talante liberal, presta a un joven 'negro' y de tendencias homosexuales.
La duda puede experimentarse en sentido positivo, induciendo al que la siente a dar una oportunidad a la víctima, a inclinarse, en su indeterminación entre dos juicios, a favor de la persona que juzga, como hacía los antiguos romanos (in dubio pro reo/ en caso de duda a favor del reo); pero no es así como lo interpreta la muy conservadora religiosa. Resuelve la duda como una certeza, cuando en realidad es un estado de incertidumbre, como comprobará finalmente cuando ha hecho todo el daño que puede hacer. Pero su actitud incide incluso en el espectador, que acaba dudando de la rectitud de las acciones del párroco; de hecho Rosa María Sardá, que estaba interpretando en un teatro de Barcelona la obra de John Patrick Shanley, se había identificado hasta tal extremo con su personaje, que dudaba del sacerdote.
No es difícil atribuir cualquier perversión a un hombre demócrata, que lamenta el asesinato de Kennedy y lo condena desde el púlpito y habla a sus feligreses de la duda y la intolerancia. Pero lo peor que le puede pasar a este hombre, que lleva las uñas excesivamente largas a juicio de la religiosa, es que se cruce en su camino un estudiante negro y homosexual, que se ha escolarizado en el colegio religioso porque ha estado a punto de perder la vida en el colegio público, a causa de la homofobia de los compañeros; el acoso sigue en la institución dirigida por la hermana Aloysius, pero la protección del reverendo es un muro de contención, que la monja se encarga de derribar.
Cuando optamos por la educación de nuestros hijos, La duda nos ofrece un buen ejemplo de lo que supone este modelo religioso, en el que, si bien es cierto que la Hermana James habla a sus alumnos del New Deal de Roosvelt, como algo positivo, debe soportar que la superiora interrumpa sus clases para vigilar los más mínimos gestos o desviaciones del atuendo de sus alumnos, por mucho que ella les grite a los estudiantes que esa es su clase." Las gatas salen a cazar y lo hacen mejor que los machos", le advierte la superiora, que "traslada a profesores y escolares a la Edad Media, en la que el objetivo es perseguir cualquier rasgo de humanidad en el individuo y combatir esta debilidad, vieja táctica de mentes perversas para anular la bondad en nombre de la virtud" , advierte el Padre Flynn. El amor no es malo, recuerda, y matiza, ante el escándalo de la joven monja, " el amor al prójimo". Una de las imágenes más terribles es la de esos niños bailando un mambo con sus negros uniformes. En este medio no hacen falta pruebas racionales, sólo certezas.
La cuestión no reside en si el clérigo protege al niño porque también es homosexual, algo que nadie ha demostrado, sino que ha protegido a un joven al que su padre maltrata por su orientación sexual; en muchos lugares del mundo están saliendo a la luz casos de religiosos proxenetas, que siempre han gozado de la cobertura de sus superiores, algo que insinúa constantemente la monja. La falta de pruebas la aboca, ahora de verdad, a ese estado de zozobra que es la duda.
La duda puede experimentarse en sentido positivo, induciendo al que la siente a dar una oportunidad a la víctima, a inclinarse, en su indeterminación entre dos juicios, a favor de la persona que juzga, como hacía los antiguos romanos (in dubio pro reo/ en caso de duda a favor del reo); pero no es así como lo interpreta la muy conservadora religiosa. Resuelve la duda como una certeza, cuando en realidad es un estado de incertidumbre, como comprobará finalmente cuando ha hecho todo el daño que puede hacer. Pero su actitud incide incluso en el espectador, que acaba dudando de la rectitud de las acciones del párroco; de hecho Rosa María Sardá, que estaba interpretando en un teatro de Barcelona la obra de John Patrick Shanley, se había identificado hasta tal extremo con su personaje, que dudaba del sacerdote.
No es difícil atribuir cualquier perversión a un hombre demócrata, que lamenta el asesinato de Kennedy y lo condena desde el púlpito y habla a sus feligreses de la duda y la intolerancia. Pero lo peor que le puede pasar a este hombre, que lleva las uñas excesivamente largas a juicio de la religiosa, es que se cruce en su camino un estudiante negro y homosexual, que se ha escolarizado en el colegio religioso porque ha estado a punto de perder la vida en el colegio público, a causa de la homofobia de los compañeros; el acoso sigue en la institución dirigida por la hermana Aloysius, pero la protección del reverendo es un muro de contención, que la monja se encarga de derribar.
Cuando optamos por la educación de nuestros hijos, La duda nos ofrece un buen ejemplo de lo que supone este modelo religioso, en el que, si bien es cierto que la Hermana James habla a sus alumnos del New Deal de Roosvelt, como algo positivo, debe soportar que la superiora interrumpa sus clases para vigilar los más mínimos gestos o desviaciones del atuendo de sus alumnos, por mucho que ella les grite a los estudiantes que esa es su clase." Las gatas salen a cazar y lo hacen mejor que los machos", le advierte la superiora, que "traslada a profesores y escolares a la Edad Media, en la que el objetivo es perseguir cualquier rasgo de humanidad en el individuo y combatir esta debilidad, vieja táctica de mentes perversas para anular la bondad en nombre de la virtud" , advierte el Padre Flynn. El amor no es malo, recuerda, y matiza, ante el escándalo de la joven monja, " el amor al prójimo". Una de las imágenes más terribles es la de esos niños bailando un mambo con sus negros uniformes. En este medio no hacen falta pruebas racionales, sólo certezas.
La cuestión no reside en si el clérigo protege al niño porque también es homosexual, algo que nadie ha demostrado, sino que ha protegido a un joven al que su padre maltrata por su orientación sexual; en muchos lugares del mundo están saliendo a la luz casos de religiosos proxenetas, que siempre han gozado de la cobertura de sus superiores, algo que insinúa constantemente la monja. La falta de pruebas la aboca, ahora de verdad, a ese estado de zozobra que es la duda.
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