Brian de Palma. La hoguera de las vanidades. Ficha técnica.










Ficha técnica:


Título original: The bonfire of the vanities.
País: Estados Unidos
Año: 1990
Duración: 120 minutos.

Dirección: Brian De Palma.
Guión: Michael Cristofer, basado en la novela de Tom Wolfe.
Casting: Lynn Stalmaster.
Dirección de Fotografía: Vilmos Zsigmond, A.S.C.
Música: Dave Grusin.
Edición: David Ray y Bill Pankow.
Diseño de vestuario: Ann Roth.

Co-productor: Frad Caruso.
Productor: Brian De Palma.
Productores ejecutivos: Peter Guber y Jon Peters.
Diseño de producción: Richard Sylbert.
Warner Bros. Pictures.


Intérpretes:


Tom Hanks: Sherma McCoy,
Bruce Willis: Peter Fallow.
Melanie Griffith: María Ruskin,
Morgan Freeman: Juez  White,
Kim Cattrall: Judy McCoy, 
Saul Rubinek: Jed Kramer
John Hancock : reverendo McCoy,,
Clifton James: Albert Fox,
Barton Heyman,: Detective Martín.
Kevin Dunn, : Tom Killian,
Donald Moffat : Mr.MacCoy,
Norman Parker : Detective Goldberg,
Louis Giambalvo: Ray Andruitti,
Mary Alice: Annie Lamb,
Kurt Fuller: Pollard Browning.
Robert Stephens: Sir Gerald Moore.
Richard Libertini: Ed Rifkin,
Andre Gregory: Aubrey Buffing,
Kirsten Dunst: Campbell McCoy.


Sinopsis:


Sherman McCoy era era el número uno  uno de Wall Street...todo en su vida iba bien. Tenía el trabajo perfecto, la casa perfecta, la mujer perfecta. Pero una noche se introdujo  con su coche por la calle equivocada, con la mujer equivocada. Desde entonces nada le ha ido bien.

Tom Hanks protagoniza a McCoy, Bruce  Willis a un periodista con una posibilidad de subir a la cima, Melanie Griffith interpreta a la amante de McCoy y Morgan Freeman al juez honrado, en cuya sala la verdad puede, o no, salir a la luz. Basada en  el betseller de  Tom Wolfe y dirigida por Brian De Palma  (Misión imposible) , es una apasionante historia sobre el lujo y la ostentación de la  'Década de la Codicia', irónica, divertida y reflejo de una época tan apasionante que una simple chispa puede encender el hoguera.

Comentario:


Nuva York a vista de pájaro, observado desde la gárgola de un edificio modernista, que constituye una atalaya  desde la que se  permite observar el emporio mundial de la riqueza y los negocios rápidos, basados en la especulación financiera. (en poco tiempo se pasó de una arquitectura modesta a un bosque de inmensos monolitos de acero y cristal), enriquecimiento rápido emblematizado  por esas dos torres gemelas, los edificios del World Trade Center, que se erguían  con vanidad, adoptando la función de estrella polar de los ambiciosos. El orgullo con el que el cine americano exhibía este símbolo nos permite entender qué supuso verlos desplomarse como consecuencia  de un atentado terrorista.

 La Hoguera de las Vanidades es un film de Brian de Palma que fue un fracaso de público, taquilla y crítica. Está basada en una novela de Tom Wolfe. Comienza con una máxima incomprensible: ¿De qué sirve ganar el mundo si pierdes el alma? Narra la historia de un privilegiado de Wall Street, (lo que apenas tiene significación en el film ) que arruina su vida entera, por un error mínimo (cambiar de carril en la autovía) se introduce en el Bronx; su amante, es una de estas mujeres poco formadas y sin escrúpulos, que pululan en torno a los millonarios y les ofrecen su juventud a cambio de un estatus. A partir de este momento se inicia una narración, que en realidad es  un enredo de políticos demagogos, predicadores negros demagogos, y periodistas desaprensivos, en realidad el gran circo del mundo, pero representado con tan escaso interés que,cuando el juez, única persona justa, pronuncia su alegato suena postizo. Demasiado amarillo. 

Estilísticamente  el cine de Brian de Pârma se caracteriza por las pantallas partidas, que han hecho escuela, y de las que hay alguna en el film,  y el voyeurismo, apenas presente; una de la cosas que más me ha gustado es ver a Kirsten Dunst, actriz fetiche de Sofía Coppola,  muy niña. No hay análisis económico, ni social, en profundidad; llegas a sentir lástima por el individuo, mientras todos los colectivos son perversos: los ricos, los pobres, los negros, los blancos, los periodistas... Lo más notable y bien realizado es el plano secuencia inicial, mientras desfilan los títulos de crédito, en el que la cámara acompaña a un escritor de éxito, un hombre que ha sufrido para llegar a la cima y que muestra el más tremendo desprecio por los aduladores sempiternos del poder, delos trepas que pululan a su alrededor y que merecen el trato que el altanero y soberbio escritor les da.


 

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