John Ford. El hombre tranquilo.





Una de las mayores aportaciones de John Ford, es la creación del hombre tranquilo, duro, recio, curtido en trabajos duros, pero fuerte ante las provocaciones o los avatares del destino, que suele tener a su lado una mujer también fuerte, con un sentimiento muy sólido acerca de la familia. Tranquilo era el protagonista de Qué verde era mi valle que entrega sus hijos a la mina, ve a otros emigrar a América, enfermar al benjamín, salir a su propia hija de casa para casarse con el propietario, con el que tendrá una vida infeliz y por fin dar su propia vida en beneficio de la colectividad; todo ello no le impide morir en paz y sosiego consigo mismo.

En el film que nos ocupa, El hombre tanquilo, el protagonista, Sean Thornton (John Wayne, actor fetiche de Ford) es un famoso boxeador en EE.UU., Tornado Thornton, pero un simple oriundo del lugar en su Irlanda natal, que huye de un pasado oscuro. Llega a Innisfree, un pequeño pueblo, situado en uno de los queridos valles del cineasta, y tiene un conflicto con un grandullón con el que compite por la adquisición de las tierras y la casa de su familia. El destino quiere que se enamore de Mary Kate Danaer, (Mauren O¡Hara), una joven pelirroja intrigante, de gran carácter y a la que todos llaman  la  'solterona' en una época en la que aplicar estos calificativos despectivos   era moneda corriente.



Thornton se verá obligado a enfrentarse con su realidad (claro que a su manera, con escapadas hacia la libertad incluidas ), aceptar la cultura de sus ancestros y resolver la cuestión al estilo irlandés, del que no están excluidos el whisky y las bofetadas. Son francamente encantadoras las secuencias que representan las viejas costumbres y tradiciones, como la del cortejo de los novios, y lo que la arcaica novia interpreta como un mal augurio, tras un beso en el cementerio donde descansan sus antepasados.
Francisco Javier Urkijo la considera una de las películas más eufóricas de Ford. y su  mejor film . Fue tachada en otro tiempo como una joya menor por su adscripción al género de la comedia, pero con el paso del tiempo fue ganando la aceptación de los críticos más intelectuales.Con todo la cinta  destila  la misoginia de los tiempos:  Mary Kate se empeña en recuperar su dote, con un  sentido de la propiedad arraigado en el alma de las mujeres desde los tiempos más primitivos y para lograr su objetivo no  excluye ningún conflicto. El  contraplano de  la placidez de la vida campestre lo constituye, pues, el dinero.
La película está  plagada de imágenes políticamente incorrectas en la actualidad:  primeros planos de hombres fumando. o  aquella en la que vemos John Wayne arrastrando a su mujer a una pelea final entre ambos, para la que se ha congregado la comunidad.

Ford reflexiona sin piedad sobre el ser humano y sus relaciones esenciales, sobre las raíces de la persona como única fuente de la que manan sus virtudes y su cristalización dentro de una cultura determinada , realiza una acertada utilización del viento y la lluvia como fuerzas de la naturaleza en correspondencia con los impulsos naturales de los personajes.




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