Jacques Truffaut. Farenheit 451
Ficha técnica:
Título original: Farenheit 451.
País: Reino Unido.
Año: 1966
Duración: 105 minutos.
Dirección: François Truffaut.
Guión: Françoise Truffaut y Jean Louis Richard, basado en la célebre novela de Ray Bradbury.
Dirección de Fotografía: Nicolas Roeg. Color por tecniolor
Música: Bernard Hermann.
Montaje: Tom Noble.
Director artístico.
Productor: Lewis Allen.
Asesor de Vestuario: Tony Walter
Producción: Enterprise Vineyard Film Productions; Universal Release.
Intérpretes:
Oskar Wermer: Guy Montag,
Julie Christie: Linda/Clarissa,
Cyril Cusacks: el capitán,
Anton Diffring: Fabian,
...
Sinopsis:
Dos mujeres: Linda, la hedonista y conformista esposa de Montag, y Clarissa, una revolucionaria amante y coleccionista de libros, van a determinar el futuro de un disciplinado bombero encargado de quemar libros prohibidos. De pronto, se encuentra convertido en un fugitivo, obligado a escoger no sólo entre dos mujeres, (con el mismo físico, pero distinta espiritualidad), sobre su seguridad personal y su libertad intelectual. El espectador asiste a la quema de aquellas páginas que han forjado sus sueños o sus pesadillas, escritas por Jean Genet, las hermanas Bronte, Henry Miller, el Mafrqués de Sade, Sallinger, Daniel Defoe y tantos otros.
Comentario:
Para Pablo de Santiago y Jesús Orte, hablar de la Nouvelle Vague
es hablar de Françoise Truffaut, que sienta las bases de esta
corriente en un artículo publicado en Cahiers du Cinema con el título
"Una cierta tendencia del cine francés". Forma parte de un grupo de
jóvenes reunidos en torno al teórico de cine André Bazin, fundador de
los Cahiers, junto con Jacques Doniol Valcroce. El equipo estaba
formado por Truffaut, Claude Chabrol, Eric Rommer, Jean Luc Godard y
Jacques Rivere.
El
grupo afirma que el cine comercial estaba minando las esencias del
arte cinematográfico y relegando a los autores a un segundo plano; los
temas baladíes y las adaptaciones literarias estaban acabando con la
política de autor, por lo que el cine necesitaba generar nuevas
tendencias con un estilo personal y más auténtico. El director debía
asumir el papel principal, no como un mero técnico encargado de
coordinar el trabajo de cuantos participaban en el proyecto. Da
comienzo la teoría del cine de autor. Como consecuencia toman
relevancia directores como Alfred Hitchcock ( Truffaut escribe "El cine
según Hitchcock") o Hward Hawks.
Transcurrido el tiempo que nos da perspectiva para el análisis, podemos afirmar que este presupuesto del grupo de jóvenes y entusiastas realizadores ha acabado imponíendose, incluso en la Meca del Cine de Género, del cine por excelencia: Estados Unidos . Hoy el público acude a las salas de proyección atendiendo a la llamada de Steven Spielberg, George Lucas, Gus Van Sant, Peter Jackson, Martin Scorsese o Wes Anderson. Para
Jacques Aumont la célebre política de los autores es una versión suave
de la teoría del artista-creador, que trata de saldar la cuestión de
la responsabilidad creativa de guionista-realizador, es decir, cuál de
los dos técnicos tiene el papel preponderante en la obra
cinematográfica. Para Truffaut este papel le corresponde al realizador.
Estas teorías fueron apoyadas por cineastas norteamericanos como Otto
Preminguer, que no sólo cree que no se debe ser fiel al guión, sino
que, como el oficio del cineasta es poner en escena, debe anteponer las
exigencias de ésta a cualquier otra cosa, modificando lo que sea
necesario la obra narrativa que utiliza. De esta forma, como el
director es el que lleva a cabo su política, es fundamental la
personalidad del mismo: existen directores con personalidades creadoras
dignas de interés y simpatía y otros que no tanto. Esto tiene un
problema, en el que caemos frecuentemente: reconocidas estas
personalidades, puede confiarse plenamente en ellas, "son totalidades
indivisibles, y ni tan siquiera sus aparentes extravíos deberán mermar
la fe en su valor creador". Más que de fe parece que estamos hablando
de mala fe.
Defendían la simplicidad técnica y rechazaban el uso de medios desproporcionados para contar una historia.
Esto favorecía una mayor libertad narrativa y el uso de escenarios
naturales, incluso rodaban en casas particulares. La luz, el sonido y
la música tenían que proceder de la captación de la cámara en el
instante del rodaje y no añadidos durante el montaje. Usaban como
travelling los maleteros de los coches; podemos entender lo que pesan, aún hoy día, estos preceptos, que incluso invitan a muchos a criticar una obra en función de los medios utilizados.
La película que mejor ha resistido el paso del tiempo es "Los cuatrocientos golpes"
de Truffaut, en la que crea al personaje de Antoine Duanel, alter ego
de sí mismo, interpretado por Jean Pierre Leaud; lo veremos crecer, ir a
la "mili", trabajar en diferentes empleos (Besos robados)...; también ha resistido, mejor que otras "Jules y Jim". No obstante hoy nos decidimos por Farenheit 451, basada en la famosa novela de Ray Bradbury, y que inspiró la película de Michael Moore, Farenheit 9/11.
Las
razones de esta elección son que es una película distópica, que
plantea unos interrogantes atemporales y un personaje
femenino muy interesante y actual.
La
obra de ciencia ficción que nos presenta un futuro sin libros no nos
es ajena. Hoy, más que entonces, parece que estamos destinados a tener
que abandonar unos hogares llenos de discos, libros, películas, que
acumulan polvo, lleno de ácaros, y sustituirlos por una serie de grandes
pantallas por toda la casa, que más alla de lo que imaginó Truffaut
están al servicio de un poder invisible y sometidas a la dictadura de
las audiencias de masas deliberadamente desilustradas, cada vez más
manipuladas por las estadísticas. Montag (Oscar Werner) es un bombero,
cuya misión es la de quemar los libros que encuentran en las casas de
los resistentes al régimen, y que son detectados gracias a las denuncias
de personajes anónimos. Poco a poco va interesándose por los libros,
que va ocultando en su casa. Su contraplano es la mujer, Julie
Christie, que interpreta dos papeles: el de Linda, la hedonista y
conformista esposa de Montag y el de Clarissa, una rebelde coleccionista
de libros, de la que se enamora. De pronto se encuentra transformado
en un fugitivo, obligado a elegir no sólo entre dos mujeres, sino entre
su seguridad personal y su libertad intelectual. Optará por lo
segundo, influenciado por la muy interesante Clarissa y su personalidad
muy desarrollada intelectualmente.
Es estupendo imaginar que existe un lugar, como la isla de Mona
de los Druidas Celtas, en los que, ahora como antes, los hombres y
mujeres aprendían libros de memoria y los trasmitían, cuando sus fuerzas
decaían, a los más jóvenes, para que no se perdieran. Es
la primera producción en inglés de Truffaut y representa una pavorosa
fábula en la que la humanidad se transforma en la maldad definitiva.
¿Ocurrirá ésto ahora?
El gran propagador de la obra de Alffred Hitchcock, dejó sentir la influencia del maestro en l clima de su score musical, realizado por Bernard Hermann.
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