Las flores de la guerra. Zhang Yimou
Ficha técnica:
Título original: Jin Ling shi san chai.
País: China.
Año: 2011.
Duración: 145 minutos.
Dirección: Zhang Yimoun.
Guión: Liu Heng, basado en la novela de Yan Geling
Director de Fotografía: Zhao Xiaoding. Color.
Música: Chen Quigang.
Montaje: Meng Peicong.
Productor: Zhang Weiping.
Diseño de producción: Yohei Taneda.
Compañías: Beijing New Picture Film Co., EDKO Film.
Intérpretes:
Christian Bale: John Miller,
Ni Ni: Yu Mo,
Shigeo Kobayashi: Teniente Kato,
Dawei Tong: Comandante Li,
Paul Schneider: Tery,
Zhang Xinyl: Shu,
Atsuo Watabe: Coronel Hasegawa,
Huang Tianyuan:: George Chen,
Zhang Doudou: Ling,
Han Xiting: Yi.
Sinopsis:
En 1937, la ciudad de Nanking es el principal frente de la Guerra entre China y Japón. John Miller llega a una iglesia católica para preparar el entierro de un sacerdote. A su llegada, el joven norteamericano, que trata de aprovecharse de las necesidades de la guerra, se ve convertido en el único adulto entre un grupo de alumnas que viven escondidas en el convento. Poco después, buscarán refugio en la misma iglesia varias prostitutas de un burdel cercano. Cuando John se encuentra en la posición indeseada de protector de los dos grupos ante los horrores del ejército invasor japonés, descubre el significado del sacrificio y el honor.
Comentario:
Beatriz Martínez sentencia que la película demuestra el estado de desorientación del director después de una trayectoria llena de éxitos, que han discurrido desde el cine más pequeño y minimal, a la monumentalidad y el barroquismo escénico, desde el naturalismo metafórico y la plastic expression, al envoltorio preciosista y el abigarramiento formal. ( Entre lo profano y lo sagrado. Beatriz Martínez. Dirigido por...Marzo 2013). Beatriz Martínez presta atención al interés que el realizador ha sentido siempre por las mujeres, a las que ha convertido en el centro de gravedad de la mayor parte de sus películas, erigiéndose en abanderado de su libertad de expresión. La masacre de Nankin, en el que hubo más de 20.000 violaciones, es un marco muy apropiado para analizar el constructo de género, emblematizado en las niñas que estudian encerradas en un convento y unas prostitutas coartadas por su condición.
Abandonados los elementos fantásticos, parece haber vuelto a la época en que realizó ¡Vivir! (1994) pero, perdida la frescura del pasado nos brinda una mirada tendenciosa, sin fuerza, impersonal o anticuada, cargada de un patriotismo que ensalza las heroicidades de los soldados chinos frente a los crueles japoneses. La producción china más costosa de la historia aparece a los ojos de la crítica tan despojada de cualquier elemento autoral que podría ser considerada como un telefilm bien rodado. Los ha habido más duros, como Jordi Costa, del diario 'El País', que lo llama 'cineasta del régimen', o Sergi Sánchez, del diario 'La Razón', que lo designa con el calificativo de 'chaquetero'.
También hay quien lo ha visto con mayor benevolencia:"Se trata, a pesar de la abundancia de medios, de una película intimista. El autor escruta rostros, sentimientos y -por supuesto- también toma partido. No está a la altura de sus mejores obras, pero logra captar al espectador y emocionarle"
Comentario:
Beatriz Martínez sentencia que la película demuestra el estado de desorientación del director después de una trayectoria llena de éxitos, que han discurrido desde el cine más pequeño y minimal, a la monumentalidad y el barroquismo escénico, desde el naturalismo metafórico y la plastic expression, al envoltorio preciosista y el abigarramiento formal. ( Entre lo profano y lo sagrado. Beatriz Martínez. Dirigido por...Marzo 2013). Beatriz Martínez presta atención al interés que el realizador ha sentido siempre por las mujeres, a las que ha convertido en el centro de gravedad de la mayor parte de sus películas, erigiéndose en abanderado de su libertad de expresión. La masacre de Nankin, en el que hubo más de 20.000 violaciones, es un marco muy apropiado para analizar el constructo de género, emblematizado en las niñas que estudian encerradas en un convento y unas prostitutas coartadas por su condición.
Abandonados los elementos fantásticos, parece haber vuelto a la época en que realizó ¡Vivir! (1994) pero, perdida la frescura del pasado nos brinda una mirada tendenciosa, sin fuerza, impersonal o anticuada, cargada de un patriotismo que ensalza las heroicidades de los soldados chinos frente a los crueles japoneses. La producción china más costosa de la historia aparece a los ojos de la crítica tan despojada de cualquier elemento autoral que podría ser considerada como un telefilm bien rodado. Los ha habido más duros, como Jordi Costa, del diario 'El País', que lo llama 'cineasta del régimen', o Sergi Sánchez, del diario 'La Razón', que lo designa con el calificativo de 'chaquetero'.
También hay quien lo ha visto con mayor benevolencia:"Se trata, a pesar de la abundancia de medios, de una película intimista. El autor escruta rostros, sentimientos y -por supuesto- también toma partido. No está a la altura de sus mejores obras, pero logra captar al espectador y emocionarle"
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